¿Es lo mismo decir un año nuevo que un nuevo año? ¿Verdad que no?
Efectivamente, el año nuevo se nos da gratis... pero el nuevo año nos reta. Por esta diferencia es que nos saludamos en el año nuevo con expresiones infantiles de felicidad. Feliz Año Nuevo es una expresión sin contenido ontológico y, consiguientemente, mentirosa porque la felicidad ni se compra, ni nos la pueden dar, ni dura un año y, sin embargo así nos lo deseamos masivamente. ESTO ES UN SUEÑO. Los sueños, son simplemente sueños, es decir, y en el mejor de los casos, proyecciones frustradas de nuestros inconscientes (y a saber... qué categoría tienen esas proyecciones inconscientes)
No nos saludamos diciendo te doy mi felicitación o te auguro o te aseguro felicidad para este año nuevo, porque sabemos que para tener en el año momentos de felicidad hay que proponernos tareas, metas, objetivos y metodologías que aseguren esas tareas, esas metas y esos objetivos; en suma, para lograr momentos de felicidad necesitamos educarnos (ed ducere = salir de para llegar a) vale decir... necesitamos trabajar, salir de nuestros espacios caracterológicos de comodidad y evaluarnos desde la honestidad. Así, los sueños... SUEÑOS NO SERÁN y no importará el grado o la cuantía en que hayamos conseguido las tareas, las metas y los objetivos porque la cuantía dependerá de muchas variables ajenas a nosotros; en cambio la acción o acciones dependerá de nosotros solamente y eso sí da paz, gozo y felicidad. O dicho con lenguaje psicologista, nos da "autoestima, autonomía y libertad".
Y para lograr esos momento, esos espacios de felicidad... ¿de qué hemos de salir? (educarnos); pues de lo que somos: de nuestro soma (o cuerpo) de nuestra psique (o alma) y de nuestro espíritu... para llegar a otra-s persona-s... a su cuerpo-s, a su alma-s y a su espíritu-s... sin suplirlas y sin presionarlas.
Si nos quedamos solamente en nosotros volveremos a la mentira del "feliz año nuevo" de adolescencia tardía; en cambio, si nuestras tareas, metas y objetivos las orientamos hacia "otros"... estos "otros" nos harán ver en qué medida son sueños o no lo son, en los momentos de felicidad del nuevo año.
Creo que hay una sola forma para lograr la verdad del nuevo año, para lograr que el NUEVO AÑO, sueño no sea: LA HONESTIDAD, vale decir, cuando las tareas, metas, objetivos y metodologías, que nos proponemos alcanzar, nos beneficien a nosotros en igual medida que a los que nos rodean; de no ser así no tendremos paz posible, ni gozo posible ni felicidad posible, sino lo contrario... resentimientos, irascibilidad y expresiones diversas de neuroticidad.
En consecuencia tareas, metas, objetivos y metodologías en cada una de nuestras dimensiones (cuerpo, alma y espíritu) guiadas por la honestidad (que sobradamente sabemos que es mucho más que veracidad) harán que los sueños, sueños no sean.
No nos propongamos ejecutar muchas tareas, metas, objetivos y metodologías porque nos fatigaremos, nos neurotizaremos y nos frustraremos. Propongámonos no más de 3 para cada una de nuestras dimensiones.
No soy ningún ejemplo para nadie, ni lo pretendo ser pero, a guisa de orientación didáctica les confesaré mis tareas, metas y objetivos para este año 2018.
EN EL CUERPO: - hacer ejercicio físico diariamente por 30 minutos porque desde la honestidad... soy viejo y he de prevenir el no ser carga o serlo en el menor grado posible para quienes me acompañen hasta el final de mi vida.
- levantarme de la mesa, siempre, con sensación de apetito aún no satisfecho, porque es un modo eficiente de prevención de enfermedades, en la vejez especialmente. De este modo los que me asistan tendrán menos trabajo
- no ingerir alimento sólido entre-comidas, porque ese hábito hace incontrolable -poco a poco- la pereza que gravaría el peso a mis asistentes y les haré cargar, desproporcionadamente, con mi responsabilidad de auto-valimiento
EN EL ALMA: - leer y estudiar un libro de mis especialidades, por mes, porque mi percepción visual es cada vez más lenta y de hacer lecturas ajenas a mis especialidades, me distraerían pero me impedirían ser eficiente en mis quehaceres profesionales; no se beneficiarían los demás.
- escribir un post en el blog de "dialogando" mensualmente... en el que toda persona que quiera pueda expresar libremente su pensar, su sentir y su desear para enriquecimiento de todos.
- escuchar a todos y no contradecirles ni imponerles criterios y juicios de valor porque contradigan los míos, porque la verdad absoluta sólo existe en D´os; los demás -en comunidad, en sociedad, en grupos- hemos de buscarla y, coherentemente obrar en consecuencia con la parte de verdad que creemos o tenemos la certeza de tener. Lo que comencemos diciendo "creo que"... manifestamos que dudamos y, si decimos "tener certeza" experimental o científica... manifestamos que por, científica, nuestra certeza es temporal y tiene fecha de caducidad, siempre.
EN EL ESPÍRITU: - sonreir -sinceramente- siempre que considere que tengo que aportar una crítica o un juicio de valor a alguien y pedirle perdón si no lo hiciera de este modo, porque una corrección es válida solamente cuando la persona que la recibe la percibe como beneficiosa para ella; lo demás es soberbia intelectual que hiere o mata en nombre de la verdad. Eso no es honestidad porque no beneficia a los demás.
- contemplar diariamente por espacio de 30 minutos, toda expresión de belleza porque así ayudaré a los que me rodeen a sentir paz, cuando con ellos comparta mi contemplación.
- besar -muchas veces- diariamente, a mi esposa con fruición afectivo-erótica porque el amor erótico-sexual y genital es un deber que mutuamente tenemos para ser y manifestar felicidad. No hacerlo sería privarla de un derecho y no alentarla a ejercer su deber de ser feliz.
Llegado a este momento, piense libremente cada persona como ser eficientemente honesta, en este NUEVO AÑO , para que el SUEÑO del 2018, SUEÑO NO SEA
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