Las guerras, los atentados, la corrupción generalizada en todos los estamentos sociales (tanto civiles como religiosos), los abusos de poder económico y jurídico, la violencia sexual y violencia sexual-homicida, la xenofobia, la misoginia... son los temas que llenan los informativos noticiosos y para anestesiar las conciencias... deportes y espectáculos... que no están exentos de las lacras anteriormente dichas pero dicen que apaciguan las conciencias agresivas hasta el punto de que, sólo aportando a la humanidad expresiones de ocio organizado económicamente... subvaloran cualquier otra actividad de las personas; en la práctica, ser deportista o protagonista de la farándula (o show business) es mucho más valorado que cualquier actividad científica, tecnológica y/o cultural. De nuevo... "panes et circenses"
Este es el mundo que ofrecemos a nuestros hijos (belli et panes et circenses), frente a lo cual una de nuestras dialogantes me pidió opinión, por este medio pretendidamente dialogante, a la par que me excusaba si no deseaba expresarme por temor a que pudiera comprometer mi integridad física y/o moral, si lo hacía. Específicamente se refería a "cómo explicar a su hijo la realidad del islamismo-criminal" sin ser tildada de islamo-fóbica, pues su hijo comparte espacios de escolaridad y vecindad con comunidades islámicas.
Las lacras enumeradas, de distintas maneras han formado parte de la humanidad, desde que el mundo es mundo y el problema de la fobias... religioso-social-cultural... en occidente, se enraíza cuando las tres religiones monoteístas, nacidas en oriente (judaísmo, cristianismo e islamismo) , se atribuyeron ser poseedoras de toda la verdad metafísica y mística, porque afirmaron "ser el pueblo elegido" por Dios para comunicar toda la verdad al mundo entero, "de grado o fuerza".
Con el nacimiento de Ismael e Isaac, que de niños se maltrataban, Abraham decretó la separación para que no se repitiera el fratricidio del inicio de los tiempos bíblicos (Caín y Abel) y Dios bendijo a ambos augurándoles ser "padres de grandes pueblos".
Cuando nació el cristianismo, éste se atribuyó el conocimiento de toda la verdad, revelada en Cristo, cuando lo que Cristo nos reveló fue "LA FILIACIÓN DIVINA DE TODA LA HUMANIDAD, y consiguientemente la FRATERNIDAD UNIVERSAL.
De la tergiversación de estos tres mensajes (en occidente) se inician y se repiten históricamente las luchas fratricidas... "la persecución de los cristianos por los judíos, la expulsión de los judíos de tierras cristianas, las cruzadas de cristianos contra musulmanes y, en el último siglo, el intento de exterminio de los judíos por los cristianos-nazis, el intento de exterminio de los musulmanes de los Balcanes, la invasión de los territorios de Oriente y Oriente-Medio por naciones cristianas y por Israel"...
Ysi las leyes del aprendizaje no fallan y todo hace hace suponer que no fallarán ( lo que se vive, se repite como aprendizaje, salvo que conscientemente trabajemos perseverantemente para modificar-los)... volveremos a repetir la historia fratricida entre los "pueblos elegidos" por Dios.
Desgraciadamente se lo enseñamos así a nuestros hijos con la algarabía de las fiestas de MOROS Y CRISTIANOS que en este mes celebran en la Comunidad Valenciana y hasta atribuimos a la protección de Santiago Apóstol y a la Virgen Maria, las victorias históricas.
Cuánta falsedad, cuanta codicia, cuánto odio... en nombre de Dios. Por eso el título de este post... ¿Cómo enseñamos a nuestros hijos el contenido de nuestro tiempo?
La respuesta teóricamente es sencilla pero la aplicabilidad no lo es tanto, con 2 acciones:
- ANALIZANDO LOS HECHOS, (una y otra vez) DESDE LA VERDAD que alcancemos a tener, dejándoles en claro que lo que se considera verdad... es temporalmente verdad porque, en toda guerra, la primera víctima es la verdad.
- ESPERANDO (dando tiempo al tiempo) PORQUE HOY MÁS QUE NUNCA... LOS PADRES NO SOMOS LAS ÚNICAS FUENTES DE INFORMACIÓN NI LOS ÚNICOS MODELOS DE APRENDIZAJE a los que nuestros hijos tienen acceso, para formarse en el uso del juicio crítico.
Hoy, el análisis crítico de los hechos históricos y la espera pacientemente respetuosa del actuar de los hijos ... son los únicos ítems seguros para juzgar de la bondad o no bondad del proceso educador de los padres. No hay otra clave para juzgar a los padres-educadores y, consiguientemente, se ha de regir este auto-juicio por el análisis cualitativo, es decir, guiado por los principios de la ÉTICA (superadora de la moral) y de la MÍSTICA. No hacerlo así nos expone a derrumbarnos depresiva y masoquísticamente.
Educar en la verdad para que nuestros hijos sean libres... tiene como primer costo, que nosotros seamos los primeros sujetos de su crítica, solamente rescatables desde la expresión veraz y desde el actuar honesto (o logro eficiente de los objetivos que por igual nos beneficien como beneficien a los que nos rodean).
Distinto es el juicio sobre el éxito del proceso instructivo que hoy equivale a proceso competitivo que más parece bélico que tecnológico o, mejor dicho, producto de la tecnología usada bélicamente.
Desde esta perspectiva, yo, proyectándome hacia atrás (cosa que es un sin-sentido) me escarapelo por el temor y reconozco mi cobardía ante la educación de las nuevas generaciones, a la par que me inclino ante la valentía de los jóvenes que, conscientemente, asumen el reto educador e instructivo de sus hijos.
Frente a todos los hechos de nuestro tiempo... ¿hemos de presentar el momento histórico a nuestros hijos como tiempos de perdón, de justicia y de amor?...
SÍ y NO porque las tres variables sólo serán válidas en tanto haya CORRESPONDENCIA BILATERAL.
EL PERDÓN requiere aceptación de culpabilidad (de alguna manera) por parte de la persona ofensora; no basta la buena disposición de la persona ofendida porque dar perdón sin pedir algo a cambio (reconocimiento explícito de la ofensa, p.e.) sólo generará la conciencia en el ofensor de que la víctima es débil y que podrá seguir ofendiendo; sólo generará deseo de seguir abusando en el ofensor y, en algún momento reacción, por saturación defensiva, en la persona agredida, tornándose así en agresor.
LA JUSTICIA pretendidamente viene en auxilio de la espiral del perdón unilateral... ¿pero cómo dar a cada uno lo que le corresponde (que eso es justicia) luego de que se hayan enzarzado en la espiral de la acción y la reacción injuriantes? Se aplica aquí el adagio romano "maxima jus, máxima injuria" (la plenitud de la justicia es injusta... porque siempre habrá víctimas inocentes) Sabido es que la justicia no es ciega ni afecta a todos por igual; es... sesgada por intereses económicos ,por el poder emocional-erótico y por el poder bélico.
EL AMOR parecería ser la alternativa, pero éste es un conjunto de emociones y afectos que por bello que haya sido descrito -literaria, bio-psíquica y teológicamente- no dejará de ser -interesado, lábil y corruptible-. Por sí solo, es degradante de la interacción de las personas; no es verdad que el amor todo lo puede y consiguientemente pueda superar las limitaciones del perdón y de la justicia. Prueba de ello son los asesinatos sexo-pasionales y la reiteración de los comportamientos homicidas luego de que los agresores hayan sido sujetos de terapias correctivas.
Estas tres estrategias, con sus respectivas limitaciones, se vienen aplicando en nuestra sociedad occidental y no curan ni preventiva ni remediablemente los males enumerados someramente en el primer párrafo de este post.
¿ Qué alternativa educadora nos queda a los padres, o no hay alternativa saludable ?
SÍ EXISTE ALTERNATIVA... " LA CARIDAD = AMOR x JUSTICIA"
El amor es un conjunto de variables emocionales, afectivas y volitivas y la justicia es un conjunto de variables racionales, proporcionales y volitivas que al multiplicarse entre sí -( emocionales, afectivas y volitivas ) ( racionales, proporcionales y volitivas )- determinan una matriz, cuya diagonal de pares ordenados es siempre la resultante... y esta es LA EXPRESIÓN DE LA CARIDAD.
Esta diagonal tiene los siguientes pares ordenados: (E,R),(A,P), (V,V) o... (Emocional, Racional) ; (Afectiva, Proporcional) ; (Volitiva, Volitiva)
Parece complicado pero no lo es; hagamos la multiplicación de los pares ordenados de esta matriz y encontraremos, para cada uno de los momentos del proceso educativo, la pauta a seguir en cada una de las etapas de la vida:
- EN LA INFANCIA- primera columna-, en sus tres etapas, la constante son las emociones a las que los padres habrán de prestar (en proceso de aprendizaje por modelos) la racionalidad, la proporcionalidad y el juicio crítico-volitivo que no son propios de su edad. Esto es la forma de educación con límites indispensable tanto como tristemente subvalorada en nuestro tiempo.
- EN LA ADOLESCENCIA- segunda columna-, en sus tres etapas, la constante es la vivencia afectiva a la que los padres habrán de prestar (en proceso de aprendizaje por modelos-dialogantes) la racionalidad, la proporcionalidad y el juicio crítico-volitivo, para el que paulatinamente les capacita la maduración de la inteligencia. Esto es la forma de educación con límites negociados en modo experimental indispensable tanto como subvalorada, en nuestro tiempo, por temor de los padres al diálogo con autoridad.
- EN LA ADULTEZ- tercera columna-, en sus tres etapas, la constante es la vivencia volitivo-intencional a la que los padres habrán de prestar (en proceso de aprendizaje por modelos-dialogantes-igualitarios ) la racionalidad, la proporcionalidad y el juicio crítico-volitivo de su vivencia experiencial. Esto es la forma de plenificación educativa desde la igualdad subsidiaria y secundaria, no es indispensable; es prescindible.
La CARIDAD, así entendida, dista mucho del actuar conmiserativo y pretendidamente solidario; la caridad es el amor por la justicia cuya guía es la subsidiariedad o... "te presto apoyo para que tú alcances".
Desde ella el abordaje de los conflictos -luctuosos- de nuestro tiempo serán iluminados con la fuerza que es propia de la VIRTUD DE LA ESPERANZA
Hola Julián:
ResponderEliminarHace tiempo que quería comentar en esta entrada que yo enlazo con una anterior relativa al odio (muy buena, por cierto, muchas gracias)porque las encuentro muy relacionadas y creo que se puede ampliar a cualquier otro colectivo “diferente” con el que nuestros hijos convivan.
Desde luego es difícil transmitirles que son cosas distintas los crímenes, procedan de dónde procedan, a las culturas o las creencias de las que procedan o de las que digan defender o actuar en su nombre.
Está perfecto recordar y reconocer explícitamente, como tu decías, que esos crímenes históricamente no han sido siempre perpetrados desde/hacia las mismas culturas o creencias.
Pienso que además es también muy necesario luchar contra todos nuestros abusos o prejuicios de los que muchas veces no somos conscientes, o nos engañamos justificando que lo hacemos por otros motivos. No es suficiente con no odiar, hay que tener cuidado también, si queremos evitar el odio, de no hacernos odiosos.
Pongo algún ejemplo: podemos tener un empleado en nuestro negocio o en nuestra casa, que pertenezca a algún colectivo (otro país, otra raza, otro estrato social) por el que es cierto que no sentimos odio, ni individual ni a su colectivo, pero si tenemos los suficientes prejuicios o sentimos el suficiente desprecio como para cometer el abuso de no darle de alta en la Seguridad Social (en España, en cada país supongo que tendrá un equivalente: aquello que le permita tener acceso a la sanidad y el resto de derechos sociales: pensión, ciudadanía, etc.). Sin perjuicio de que quizá estemos “donando generosamente por caridad” en nuestra parroquia, en nuestra iglesia, en otras ONGs ¿Nos hemos planteado alguna vez cómo repercute eso en los sentimientos y en las vidas de nuestros empleados? ¿Por qué lo que nos parece que es un pleno derecho o necesidad nuestra no lo reconocemos al “diferente” al que preferimos mantener como objeto de nuestra “caridad”?
Otro: a menudo comentamos a/o delante de nuestros hijos, por ejemplo, que nosotros no somos racistas/xenófobos , que pensamos que “un negro, un musulmán, un chino, un rumano” es una persona exactamente igual a nosotros, ni superior ni inferior, que no tenemos ningún problema en que sea nuestro amigo, lo único que no nos gustaría es que un hij@ nuestro se casara con alguien de otra raza/religión/país… y aquí nos podemos justificar con mil y un argumentos del porqué de este sentimiento ¿Alguien se ha parado a pensar qué repercusión tienen esos comentarios? Que no quepa duda de que nuestros hijos los repetirán sin ningún filtro delante sus compañeros, lo dirán muy seguros de que no hay ninguna incorrección en eso y de que a nadie ofenden. Y eso quedará en el ambiente y llegará a oídos de todos. Indudablemente todos somos libres de elegir a nuestras parejas, faltaría más, pero juzgar de antemano que determinadas personas no podrían optar a serlo solo por sus rasgos o creencias, que a veces ni son propias, y permitir que eso fluya en el ambiente con normalidad, sin reflexionar cómo lo vivirán esos adolescentes que están en minoría en su entorno, que se han educado o incluso han nacido en tu propio país, que para su socialización se tienen que relacionar mayoritariamente con esos otros adolescentes que les rechazarán de antemano en una parte esencial de la vida… ¿Nos resulta tan extraño que puedan luego vivir equivocadamente lo que sería una búsqueda de afirmación de su identidad?
(lo pongo en dos partes porque no me lo acepta por extenxo) Merche
Desde luego que no se me escapan las dificultades reales de las parejas mixtas, en parte las mismas que estoy comentando aquí, y para mí las más preocupantes cuando llegan a una situación de divorcio y hay hijos de por medio, pero quizá sería mejor que en lugar de ese prejuicio sobre el hecho de casarse con un “diferente”, advirtiéramos a nuestros hijos sobre la conveniencia de reflexionar y hablar mucho con nuestra pareja (tanto si es “diferente” a nosotros como si no), antes de tener hijos, cómo reaccionaría cada una ante un hipotético futuro divorcio y si es posible llegar a un “preacuerdo” de cómo debería reaccionar cada parte y de qué conductas de uno y otro deberían prevalecer por el bien de los hijos. Es verdad que luego cada persona puede evolucionar y cambiar de opinión, pero por lo menos tendríamos un punto de partida para conocer a nuestra pareja puesta en esa situación. Si no se ve tan mal en algunos casos hablar de separación de bienes antes de casarse, debería ser algo normal que cualquier pareja que se plantea tener hijos hablara de esos supuestos.
ResponderEliminarLuego, deberíamos considerar también como parte de nuestras obligaciones educativas y como personas que, en la medida de nuestras fuerzas, promoviéramos hacer visibles los logros y aciertos culturales de otra procedencias distintas a las nuestras, sobre todo en aquellos entornos en que haya diversidad. Llevo mucho tiempo pensando que al concepto hoy tan en boga de “ciudad inteligente” habría que añadirle que incluyan otros conceptos, como la calidad de la convivencia entre los distintos colectivos y la visibilidad que tienen lo positivo de todas las culturas que la componen. Qué mejor baremo para medir la “inteligencia” de una ciudad que la buena convivencia. Mucho más que lo tecnológicamente avanzados y lo sostenibles que sean sus servicios. Ya he oído alguna noticia en este sentido sobre lo que proponen al respecto de la amigabilidad hacia la discapacidad, otro baremo importante.
En fin disculpa la extensión, no sé ser concisa, pero es que lo quería reflexionar en este espacio, espero haberme explicado. Saludos, Merche
Querida Merche; me alegra que hayas sacrificado tiempo para enriquecer, desde el diálogo, este post, de la forma amplia y práctica.
ResponderEliminarCreo que tus ideas enriquecerán mucho a cuantos lean los dos comentarios-dialogantes.
Firmo tu escrito y gracias Merche por incentivar el diálogo entre nosotros.
Perdón por las faltas, no me percate. Merche
ResponderEliminarQuerida Merche, las faltas no podrán nunca ensombrecer el valor de tus aportes y creo que todos tus lectores les darán el valor que tiene = ninguno.
ResponderEliminarMe permito interpretar los que todos quienes te leemos queremos decirte, al respecto: gracias por tus aportes.