Este procedimiento de 12 considerandos podrá ser
tildado de idealista y, por ello, impracticable, pero...
Lo mismo se dijo en las dos
guerras mundiales, ante la formación y desmembramiento de la URS, ante la
división de Alemania, en los conflictos de fronteras en Latino-América, en las
guerras fratricidas de Sud-África y los países Balcánicos, en las guerras
intestinas de África-Central, ante el
estado de guerra-fría de las dos Corea, la solución de los dos Vietnam, las
guerras en Afganistán, entre Irán e Irak, la ocupación de Irak, etc.
En todos los casos se usaron
alianzas entre países de oriente y occidente, para la ocupación territorial con
la pretensión histérica de transferir nuestra cultura democrática cuando, en la
realidad se buscó usufructuar sus riquezas y la implantación comercial de
tecnologías para la reconstrucción del desastre… y después de derramar sangre
humana sin tasa ni medida posible (que hoy se repite nuevamente), de esclavizaciones repugnantes de mujeres y niños, y de
descalabros económicos y morales sin medida…
La solución ha exigido seguir los pasos descritos anteriormente o no se han solucionado los conflictos.
¿Será que el ser humano es el
único animal que tropieza una y otra vez con la misma piedra y no aprende?
Creo que igual en el plano
internacional que en el plano familiar y el social-laboral nos encontramos ante
un dilema:
-
mientras sólo
afrontemos, estos espacios de relación, con nuestros variados niveles de
conciencia (intelectual emocional e intelectual
racional, moral, ética, estética y religiosa), los mecanismos de defensa intrapsíquica que usaremos serán
formas de agresión que nos harán alcanzar nuestra primera necesidad como
especie humana: la subsistencia al precio que sea y, consiguiente y
prioritariamente al precio de la muerte ajena.
-
sólo usando la
conciencia y el actuar místicos, como guía de los otros niveles de conciencia,
podremos lograr que nuestra conciencia volitivo-intencional, actúe guiada por
la veracidad, la justicia, la misericordia y la paz en nuestras vidas… y, de
esta manera alcanzaremos a ser personas entre personas, enriqueciéndonos con y
desde nuestras diferencias.
El precio que este objetivo tiene es… el diálogo, que por alto que sea siempre será inmensamente inferior al que exige la muerte.
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