resultan ser una fórmula
eficiente de marketing para adormecer las conciencias críticas, éticas y místicas
de las gentes que se consideran con autoridad (la
autoridad del que tiene más poder de fuerza bélica= ¿verdad?) para definir lo que está bien y lo que está mal.
En psicología este mecanismo se denomina
“forma reactiva” perversa… cuya finalidad última es encubrir y encubrirnos la conciencia
de depredadores
Claramente “está
muy bien” el contraataque indiscriminado y genocida en lugares y contra
personas que, supuestamente, forman parte del sistema del terror, en la misma
medida que “está mal” el ataque genocida de los terroristas. Este es el
consenso general… ¿pero es creible? ¿Habrá posibilidad ética, para diferenciar
quienes son y quienes no son terroristas?... porque los métodos empleados sólo
difieren en la cantidad de muertos que puedan contabilizar con sus ataques.
Analicemos la “forma reactiva perversa” en hechos
simultáneos pero en escenarios distintos.
Al mismo tiempo que los “países
con siglas” sufren el terror, se suceden desde la mitad del siglo XX y hasta la
actualidad, en los continentes africano y asiático y en medio-oriente, con
frecuencia casi diaria, masacres mayores
y, ante esto… los “países con siglas” reaccionan con condenas políticamente inútiles,
con ocultamiento mediático de las causas porque los “países con siglas” han
sido participantes indirectos de las masacres que sufren, hoy, a causa de las
políticas de expansión económica-imperialista llevadas a cabo durante siglos… y
acción “solidaria-ineficiente” para poner remedio a las acciones fratricidas
actuales de África, Asia y Medio-Oriente.
Además de lo dicho, hay que contar con el silencio e
inactividad negligente frente a las epidemias y pandemias que diezman a estos
países… y que son consecuencia de la ignorancia con que los “países con sigla”
han mantenido, intencionalmente, a sus colonias en estos “continentes”. De esta manera cómoda siguen siendo ocupantes
tecnológica y económicamente de los “países liberados”, al mismo tiempo que les
venden la imagen de ser solidarios de su desarrollo con la eliminación de sus
múltiples pobrezas. El resultado final de la forma reactiva perversa… “el enriquecimiento del propio estado de bienestar,
ahora amenazado por el terrorismo”
Es la misma situación que en
los planos familiar, social, laboral y empresarial, repetimos cuando las
políticas, de estos planos, no se guían por la verdad buscada entre todos (grandes y pequeños, letrados e incultos, sabios e
ignorantes, piadosos e impíos, ricos y pobres) porque la verdad, al ser ilimitada, hay que hallarla
entre todos y en cada persona humana. Nadie, ni autoridad ni súbdito, tiene la
verdad plena.
Es necesario que las familias aprendan y se
ejerciten en esta metodología didáctica -buscar la verdad entre todos- cuya estrategia es el diálogo para que,
luego, en la vida adulta social, laboral, lúdica, empresarial, religiosa las
personas obren sin temores ni culpabilidades aprendidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario