jueves, 20 de septiembre de 2018

LA "PALABRA DADA" Y LA RENOVACIÓN DE SU PUESTA EN VALOR, ASEGURA LAS FIDELIDADES DE LAS PAREJAS


La comunicación saludable entre las personas comienza hablando, usando la palabra, dialogando.

Y todo ENTENDIMIENTO comienza con LA PALABRA, con una palabra: SÍ, que equivale a decir "he descubierto el valor que, para mi, TU tienes.
Así comenzó la relación con nuestra pareja de vida; se inició descubriendo la bondad, la belleza y las virtudes de la otra persona y se lo reconocimos hablando, dialogando.

Y una vez que entre ambos hubimos intercambiado la admiración mutua y la confesión de que con la otra persona creíamos y queríamos enriquecer mutuamente nuestras bondades, nuestras bellezas y nuestras virtudes… establecimos un acuerdo: EMPEÑAMOS NUESTRA PALABRA para hacer eficiente el enriquecimiento que soñamos, y confesamos públicamente que estábamos EN-AMORADOS, es decir, LA PALABRA empeñada hizo que nos FUSIONÁRAMOS, POR AMOR, EN EL AMOR.

Ahora bien, “la palabra empeñada” puede estar sellada, o no, por un "contrato público", o por un "sacramento" para los teístas; en ambos procedimientos  guiados por los criterios de VERDAD, CREATIVIDAD Y FIDELIDAD.
( la palabra sacramento significa juramento y de manera impropia es llamado, entre los cristianos, sacramento del matrimonio, porque debería ser llamado Sacramento de la Esponsalidad, regido por los criterios de la Palabra de Jesucristo, expresada en los evangelios).
 
- Verdad; nuestra palabra, lo que dijimos, lo que prometimos, lo hemos hecho ante la sociedad o  ante la sociedad y Dios  (para los teístas cristianos... “la Palabra estaba con Dios y era Dios”); hemos puesto por testigo a la Sociedad o a Dios, de que la cumpliremos.

Creatividad; Nuestras palabras, nuestras conversaciones tienen que producir vida y no muerte; gozo y no dolor; reconocimiento del valor del-a otro-a y no rechazo y humillación; obras buenas y no criticonería o chismorrería. (para los cristianos... En Él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad”); nuestra palabra nos compromete a crear formas de vida.

 - Fidelidad; la palabra ha iluminado el desarrollo de la humanidad y la ha guiado hacia la personificación de la humanidad a través del desarrollo de los “derechos humanos” para que todos seamos tratados como personas. (para los cristianos   “Esta luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no han podido apagarla” a lo largo de la historia del cristianismo, sino por el contrario) Nuestra palabra empeñada tiene que honrar y desarrollar a nuestra pareja reconociendo sus derechos en todo lo que ella tiene y en todo lo que es y en todo lo que ella vale: es decir, en la expresión de su cuerpo, en su desarrollo psicológico y en su vida espiritual.
(nota: las sentencias evangélicas corresponden al evangelio de S Juan, capítulo 1; 1-5)

Pero es cierto y evidente que el paso del tiempo no nos favorece para lograr estos objetivos y nos va llenando de cansancio, porque “hasta lo bueno cansa” ("buena es la gallina pero, a diario, amarga la cocina" reza un refrán)  y necesitamos, periódicamente, tomarnos tiempo para re-avivar el valor de la “palabra empeñada”.

Como todo en la naturaleza cósmica y en la vida funciona en base 3, les propongo que cada 3 meses, dediquemos 3 semanas para la restauración de la FIDELIDAD a la “palabra empeñada”.  El método es sencillo: nos vamos a fijar en el cuerpo, en la psique y en el espíritu de nuestra-o esposa-o, o pareja, de la manera siguiente

-          Primera semana, cada día vamos a estar atentos para descubrir la belleza, la bondad y las virtudes que nos inspira su cuerpo, su mente y su espíritu,  y se lo diremos al final de cada día… “hoy me ha gustado en tu cuerpo… en tu mente… y en tu espíritu…

-          Segunda semana, cada día vamos a pedir a nuestro-a esposo-a, o pareja, lo que queremos que haga en beneficio de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestro espíritu y se lo pediremos al comienzo del día… hoy quiero recibir de ti en mi cuerpo… en mi mente… y en mi espíritu…

Con la preparación de estas dos semanas, tendremos la autoridad moral para pedir cambios a nuestra-o esposa-o, o pareja.

-          Tercera semana, cada día vamos a pedir a nuestra-o esposa-o o pareja, al comienzo del día,  lo que deseamos que cambie PARA SU BIEN-ESTAR … hoy te propongo que cambies en tu cuerpo… en tu psique… y en tu espíritu.

Este método será eficiente para re-avivar mutuamente las FIDELIDADES, a la “palabra empeñada”, desde las 3 dimensiones que tiene nuestra persona. La dificultad para ejercitar el método propuesto se presenta en tres momentos: decidirse a hacerlo -en pareja-; perseverar los 3 primeros días hasta romper el "no sé como hacer"; salir de nuestra pereza.
 
Terminada estas experiencia podremos cantar el salmo 33, cada 3 meses, reconociendo la belleza de nuestra "palabra empeñada y restaurada" en nuestras vidas VERACES, FIELES y CREATIVAS:
 
 
La Palabra del Señor es verdadera
Y sus obras demuestran su fidelidad,
Por la Palabra del Señor fueron hechos los cielos
Por el soplo de su boca, todos los astros
(Sal. 33, 4 y 6)



lunes, 10 de septiembre de 2018

ANTIDEPRESIVO EFICIENTE…VIVIR DIALOGANDO

No pretendo con el contenido de este post ofrecerles ni el antídoto ni la cura universal para todas las formas de depresión, pero sí para las dos formas de depresión más frecuentes en nuestro tiempo: la depresión melancólica y la depresión reactiva.

Es claro lo que dice la sabiduría popular... "los males nunca vienen solos" y, claro está, la acumulación de los "males" nos causa, en el mejor de los casos, fatiga y frustración.

Si fatiga... el riesgo es la depresión melancólica, es decir, la visión sesgada de todo, de todos y de cuanto nos ocurre, desde la perspectiva (o mecanismos de defensa) del NO (no puedo, no hay remedio, no necesito), de la HUIDA (esperemos a ver qué pasa, más adelante, mañana veo), del DESALIENTO (me siento morir, esto no es lo que pactamos, es injusto, no valgo, nadie me necesita).

Si la frustración... la consecuencia es la depresión reactiva o agresividad contra nosotros mismos o contra los demás, o las dos cosas juntas. 


- Contra nosotros, poniéndonos las trampas de dejar de ser lo positivos, lo valiosos, lo rectos, lo íntegros y lo honestos que habitualmente somos.  En suma poniéndonos en la tentación de hacer las cosas mal o menos bien de lo que podemos hacerlas porque... "para lo que sirve que nos sacrifiquemos... al final sacan provecho todos, menos nosotros... todos disfrutan menos yo... soy un tonto-a útil"  Y, consiguientemente, terminamos haciendo como los demás o como creemos que actúan los demás. Nos hipotecamos, en fin de cuentas con el peor banco: "como los demás". Porque hemos aprendido a experimentar miedo de ser diferentes de los demás y de vivir en soledad.
- Contra los demás, porque nos dan motivos para indignarnos y a los que tenemos que responder con fuerza, con signos de poder "para que no confundan bondad con debilidad".  Todo puede ser cierto y justificado (es decir, nos mentimos elegantemente porque ocultamos, con el poder, nuestros miedos) pero no dejará de ser una expresión de debilidad que ejercitaremos con mayor fuerza contra los más débiles (contra nuestros hijos, contra nuestra pareja, contra nuestros subalternos en el trabajo, contra nuestros ancianos, contra nuestros vecinos) y, con mayor cautela, contra los fuertes para pactar con ellos hasta tener una mejor oportunidad (contra nuestros empleadores, contra nuestros políticos, contra nuestros financiaros, contra cualquier autoridad jerárquica -civil o religiosa-).
En suma, porque nos es más fácil obrar como humanos que manifestarnos como personas humanas (saliendo de nosotros, de nuestras conveniencias, de nuestras formas de pereza para escuchar a los que nos rodean).

Las alternativas saludables ante estas expresiones contrapuestas de depresión son:

  1. ... el tiempo de silencio sanador (de nuestras ansiedades caracterológicas), seguido del diálogo que necesariamente debe comenzar con el perdón misericordioso porque de lo contrario, el silencio no habrá sido sanador sino auto-torturador mental. “Perdonar setenta veces siete” (sentencia evangélica).  Porque el mal del pasado no será, nunca, reversible ni cuantificable (ni mucho, ni poco, ni mediano) "Al mal paso, ponle prisa; lo pasado, pasado queda" se suele decir en el argot popular.
  2. ... escuchar a los interlocutores.  Probablemente en lo que oigamos habrá algo bueno y algo malo, algo verdadero y algo falso.  Lo inteligente es rescatar lo que de positivo nos ofrezcan para tomar decisiones nuevas y asumir el riesgo de las mismas. “Sabio es quien sabe usar de lo nuevo o de lo antiguo según convenga”  (sentencia evangélica). Porque no es sabio el que triunfa sino el que construye.
  3. … tender puentes, una y otra vez, sin desfallecer, ofreciendo oportunidades nuevas de diálogo, “sin desmayar” ante las formas diversas de acogidas y de rechazos que recibamos. Porque lo inteligente es saber perder o RENUNCIAR a nuestras apetencias legítimas, para seguir viviendo con la libertad de la VERDAD y con el método de la HONESTIDAD. “busquen (en plural, en comunidad, en conjunto) la verdad; ella os liberará”  (sentencia evangélica). Porque no hay mayor esclavitud que las esclavizaciones de la historia; que las esclavizaciones de las modas (estéticas, temático-intelectuales y científicas) y, que las esclavitudes de nuestras manías de carácter y de nuestra manías de personalidad.
La competitividad, tan de moda en nuestro tiempo, frente a las manifestaciones de la depresión, no es saludable porque cualquier forma de agresividad (contra otros) repercute negativamente en el logro de objetivos constructivos que sólo se pueden alcanzar en grupo, en comunidad (o  agresividad contra nosotros) porque mortificarnos (provocarnos formas diversas de muerte) nos destruye sin sentido. El sacrificio (hacer sagradas nuestras acciones) de las apetencias personales en favor del diálogo, es la forma eficiente de antidepresivo psicológico.

Tener algún interlocutor que consideremos válido tanto para el tiempo de silencio de nuestro carácter como para el diálogo subsiguiente, puede ser muy positivo pues nos puede ayudar, metodológicamente, a salir de nuestras “manías psico-intelectuales” pero no podrá evitarnos los costos que el diálogo siempre tiene y que nuestra mente contabiliza de forma falaz, mentirosa, histéricamente… como pérdidas.

Recordemos, al respecto, que hemos de saber perder y morir… para seguir viviendo.

Translate