Uno de mis pacientes me contó... un cuento: LA ISLA QUE SE HUMDIÓ . Voy a esforzarme por reproducirlo fielmente, para que no se pierdan los detalles que, me parecen de gran contenido denunciador de nuestra triste realidad humana, personal y social y que nos puede ayudar, a cada uno, a auto-reflexión psicoanalítica, saludable.
"Había una isla en la que habitaban todas las emociones. Un día la SABIDURÍA dijo a las demás: les aviso que esta isla se va a hundir y tenemos que ponernos a salvo.
¿Cómo se va a hundir si la queremos tanto? ¿No estarás equivocada? le replicaron. Respondió la Sabiduría: yo no me equivoco nunca, la isla se hundirá y si no huimos a la isla cercana nos hundiremos con ella.
Concertaron entre todas la emociones para construir lanchas en las que poder ponerse a salvo... y poco a poco se fueron yendo todas y con ellas se fue la Sabiduría. Todas menos el AMOR que discurría ¿Cómo me voy a ir de aquí donde hemos trabajo tanto y hemos logrado tantos objetivos buenos, bellos y verdaderos? Yo me quedo porque seguro que se detendrá el hundimiento y luego resurgirá. Pero cada día se hundía mas aprisa, ante lo cual decidió huir también él, pero no había construido ninguna lancha.
Vio a tres emociones que se habían rezagado pero ya se iban a ir. Se acercó a la RIQUEZA y le pidió ¿podrías llevarme porque no tengo lancha y ya no me da tiempo para hacerla. No puedo respondió la Riqueza porque mi barca está llena de oro, plata, piedras preciosas y no tengo espacio para ti.
Se acercó a la VANIDAD y le dijo déjame subir a tu bote porque si no me hundiré. La Vanidad respondió, me gustaría hacerlo pero andas desaseado y andrajoso y afearías mi lancha.
Por fin se encontró con la TRISTEZA que partía cabizbaja y la dijo: puedes llevarme contigo que estás sola? No, respondió la Tristeza porque es tan profunda mi tristeza que sólo me provoca estar sola; no te podré llevar.
Es Amor estaba resignado a hundirse con la isla por no dejarse guiar por la Sabiduría, cuando estuchó dos ¡ chisss, chisss ! y se volteó. Era un anciano que le llamaba... sube a mi viejo barquito y te llevaré. Y así fue, le llevó hasta la isla vecina donde se encontró con la Sabiduría y le contó lo ocurrido y como el viejito se alejó en el mar sin esperar siquiera a recibir las gracias lo le producía mucho DOLOR por no saber siquiera el nombre del anciano. ¿Cómo, no lo conoces? replicó la Sabiduría... es el TIEMPO. Con el tiempo todo se repara, y todo dolor se cura y desaparece.
El tiempo todo lo cura porque... "no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que resistirlo pueda". Los dolores del amor se curan con el tiempo porque... "un clavo saca otro clavo" y
Con el tiempo los dolores del amor se olvidan "porque la vaca se olvida del tiempo en que fue ternera"
Con el tiempo los dolores del amor se olvidan "porque la vaca se olvida del tiempo en que fue ternera"
Lindos aforismos ¿verdad? Pero ¿es cierto esto? Afirmo que NO... salvo que intervenga un traumatismo encéfalo-craneano: el tiempo -solo- no hace olvidar el dolor del amor y el tiempo -solo- tampoco puede curar un amor herido.
- No podemos olvidar el dolor del amor porque la vivencia del dolor genera en nosotros distinto tipos de aprendizajes y, por sí mismos, prácticamente ninguno de esos aprendizajes es saludable. Es la razón por la que, aún estando en alerta para no repetir lo que a nosotros nos hizo sufrir, nos sorprendemos repitiéndolo con otras personas, u observando como quien ha sufrido hace sufrir, a su vez, a otras personas o, cuando menos, nos sorprendemos intentando hacer sufrir a quienes consideramos inferiores a nosotros, de diferentes maneras. Espontáneamente (con el tiempo) sólo nos detenemos cuando calculamos que podemos perder, nuevamente si herimos el amor de otro-a.
- El tiempo -por sí solo- tampoco cura el amor herido porque no se puede olvidar el dolor del amor y, por el contrario, perdura en los individuos y en los pueblos como emociones de RESENTIMIENTOS y, frecuentemente, como emociones de ODIOS. Lo digo en plural porque con el tiempo van variando las expresiones de los resentimientos y de los odios, en los individuos y en los pueblos (guerras, xenofobias, venganzas, revanchas).
Para superar el dolor del amor necesitamos, a más de tiempo, transformar ese tiempo en un espacio de SILENCIO CREATIVO. Es decir, el silencio-creativo frente a la experiencia del dolor, nos exige avocarnos a desarrollar algún proyecto... -personal o colectivo, social o político, religioso o místico- que nos permita tener éxito y disfrutar de lo que hacemos (para esto no se necesitan dinero ni comodidades); sin éxito y sin disfrute nuestro cerebro nos impulsará a desarrollar conductas agresivas-compensatorias para con nosotros mismos o para quienes nos rodean. Sin éxitos y disfrute nos seguiremos esclavizando del dolor del pasado mediante odios y resentimientos.
Considero que aprender nosotros y enseñar a nuestros niños el valor de la creatividad y del silencio es mucho más importante que aprender y enseñar destrezas y competencias, porque ni las unas ni las otras nos podrán evitar la experiencia del dolor del amor... con los riesgos que conlleva esta realidad. El dolor del amor es consustancial al existir, en mayor o menor grado; por eso es inevitable. Ahora bien, necesario es decir que el desarrollo de las destrezas competitivas no están reñidas con el silencio creativo.
Pero permítanme ser enfático en exaltar el valor del silencio-creativo porque estos valores ni siquiera figuran en la lista de las escalas axiológicas formales y, a nivel de las instituciones educativas... no se cultivan y hasta se consideran como metodologías trasnochadas y represivas.
Hemos de ser los padres quienes incentivemos en nuestros hijos, en nuestro hogares, el ejercicio del silencio creativo -exitoso y gozoso- como método preventivo y terapéutico para enfrentar saludablemente el dolor del amor inevitable.
Para quien esté enamorado por mientras lee este post, le resonará lo dicho, sobre el inevitable dolor del amor, como poco aceptable y como expresión de la depresión de la vejez. "Es comprensible que no lo creas pero lo experimentarás tan pronto te hayas "curado" de la fiebre del enamoramiento erótico-emocional y esto te sucederá irremediablemente". Cuando así te suceda, relee este post; te hará bien.
Para quien esté enamorado por mientras lee este post, le resonará lo dicho, sobre el inevitable dolor del amor, como poco aceptable y como expresión de la depresión de la vejez. "Es comprensible que no lo creas pero lo experimentarás tan pronto te hayas "curado" de la fiebre del enamoramiento erótico-emocional y esto te sucederá irremediablemente". Cuando así te suceda, relee este post; te hará bien.
Si alguien reconoce que lo dicho en este post es real y bueno pero... que no sabe cómo se hace el silencio... y que éste sea creativo... y que la creatividad sea exitosa y gozosa, es señal inequívoca de estar siendo tiranizado por el dolor del amor. Necesita aprender la técnica del silencio-creativo y la mejor manera es hacerlo en grupos terapéuticos, en comunidades terapéuticas, en asociaciones vivenciales; solos y por tentativa-error es muy difícil lograrlo porque es muy fatigante pues hacer "Juanote lo que debió aprender Juanito" resulta ser tarea de largo aliento.
Padre me parece excelente el post. Te felicito. Ciertamente he constatado el poder liberador de los proyectos creativos sea cual sea su índole. Ojalá que no solo los llevemos a cabo cuando el pesar de un fracaso nos atormenta, sino más bien como una expresión constante de nuestro afán de superación y crecimiento personal y por ende social o colectivo.
ResponderEliminarUn beso
Me alegra, hijo, tu testimonio. Tienes razón, el silencio creativo es, en realidad, la clave de nuestra salud intelectual (teórico-abstracta e intuitiva-aplicada)y el seguro de nuestro equilibrio psíquico-volitivo (o intencionalidad de vida).
ResponderEliminarDesde ambas dimensiones es que podremos valorar lo que CREAMOS, CREEMOS Y NOS VALORAN. Con ello nos acercaremos al perfil realista de lo que SOMOS.
Gracias por tu aporte dialogante
Julián.-
ResponderEliminarInteresante articulación de un proceso de interacción vivencia, experiencia, toma de posición, decisión y proyecto. Los dolores del amor, sucumbe un bucear en medio de una profundidad de aferrarse a un acabado supuesto cuando en realidad implica un reconocimiento de las debilidades que tenemos impregnada en cada uno que se hizo expresión de manera directa a sí mismo o alterna al otro sin necesariamente estar en el otro. En definitiva el silencio y soledad productiva permite lo que en el cuento agregaría, es una reflexión de idas y vueltas que te permite percibir lo que fue imperceptible en momento de dolor o en momento de intensidad emotiva lo cual te lleva en un brillo cual niño descubre su sentido de productividad, un goce indescriptible que te lleva a transformar, lo hermoso es que sientes en el producto y proceso una valoración de vida y bienestar que deviene a valoración mutua y de servicio.
Yo no creo que el tiempo cure el dolor del amor, resulta ineludible que pretendamos olvidar o borrar la vivencia que impregnó, lo único que el tiempo nos puede dar es el sentido de realidad, experiencia y de reflexión para actuar de manera coherente en las opciones que asumimos. Creo que en la medida que se logre interacción cercana entre cómo se sienta y entienda el dolor es donde asumimos para devenir en transformación; y ello es lograble con momentos de silencio productivo de la mano de la soledad productiva en que emana sensibilidades que se interconectan en evidencias de autenticidad y de tejido con el mundo del cual nos permitimos hacernos parte únicamente entregando nuestro ser con todo lo valioso que reconocemos en nosotros y los otros nos ayuden a descubrir. Derrepente denotas la vivencia del amor transformador.
El tiempo es importante para generar rituales e identificar nuestros procesos de vida y para impregnar de amor los ciclos de vida en las tantas maravillosas personas y desafíos que se nos presenta en la vida.
gracias
Sonia
Gracias, Sonia, por tu dialogante ampliación de este tema. Quienes lean tu aporte se enriquecerán porque, a buen seguro, muchos se verán en tu comentario como en el espejo de su vida.
ResponderEliminarEl conocimiento y más si es fruto de la experiencia, debe ser compartido porque, aunque nos haya costado, se nos ha dado para compartirlo. Es lo que tu has hecho.
En nombre de todos los lectores, agradezco tu generosidad.
Julián