viernes, 6 de abril de 2018

" HAY QUE APRENDER DE LOS ERRORES "... ¿ PERO QUÉ PODEMOS APRENDER DE LOS ERRORES ?

Esta expresión está tan manida en nuestro lenguaje coloquial que, EN SU CONTENIDO LITERAL,  equivale a decir... "para tener aciertos hay que, antes, cometer errores" o, lo que es lo mismo... "primero tenemos que aprender a cometer errores para luego alcanzar aciertos o éxitos".
 
Si aplicamos esto a los aprendizajes de nuestros niños, tendríamos que guiarnos por la filosofía-educativa de J.J. Rousseau en su aprestamiento y dejarles sin parámetros de aprendizaje porque "los niños nacen sanos y la sociedad los pervierte" como él afirma en el "Emilio". Y, entonces, los niños nunca sabríamos si cometen errores porque todo su comportamiento sería acertado y nada habría que rectificar ni corregir en ellos.
Y si esto es así en los niños, ¿por que ha de ser diferente en los adultos?  o al menos en algunos adultos tendría que ser así.
 
No sé si consciente, preconsciente o inconscientemente cerramos nuestra mente a la VERDAD o FALSEDAD pero, ésta, es la guía del pensamiento "post-modernista" que enarbola la libertad de cada individuo por encima y al margen de la verdad, de la honorabilidad propia y de la dignidad de las demás personas. 

El criterio extendido y aceptado "democráticamente" por la mayoría de los seres humanos es: "yo pienso así, lo digo así y obro así" y los demás tienen la obligación de respetar lo que pienso, lo que digo y lo que hago.
Este criterio, elevado a condición de normas morales (leyes de las libertades), olvida que la libertad no asegura la verdad; es la verdad la que asegura la libertad y, por consiguiente, la libertad debe estar al  servicio de la verdad buscada entre todos y para beneficiar a todos.  Si se tergiversa el orden de la interacción entre la verdad y la libertad... no podremos evitar las guerras, los conflictos sociales, las desavenencias familiares, el deterior de la vida de las parejas o el fin de las supuestas amistades.
 
¿Verdad que si lo exponemos así, rápidamente nos percatamos de la falacia o engaño o mentira que la afirmación, que nos ocupa, esconde?
Y si es así, ¿qué tratamos de ocultar con la manida afirmación... "de los errores se aprende"?

La nuero-psicología nos enseña que las experiencias vividas sin importar el calificativo que las pongamos o las cargas morales que las asignemos, se fijan fisiológicamente en nuestro sistema nervioso, como aprendizajes. Ahora bien, los aprendizajes pueden tener leyes diversas según su naturaleza o el dominio que tengan en nuestro conocimiento pero, todos tienen una característica común: se repiten sí o sí salvo que estemos en alerta para corregirlos mediante otro aprendizaje contrario.

Como consecuencia de lo antedicho..., de un error aprenderemos a repetirlo porque esta es nuestra condición espontánea y si queremos que, esto, no sea así tendremos que aprender creativamente un comportamiento o un juicio o un estado emocional (según sea el nivel cognitivo implicado en el error a corregir) para que el error inicial sea sustituido por un acierto o por un éxito o por una virtud.

Ahora bien, cuando hayamos contrapuesto al aprendizaje del error, el aprendizaje del acierto, éxito o virtud, tendremos en nuestro sistema nervioso dos aprendizajes contrapuestos que "lucharán" entre sí por vencerse mutuamente y como el aprendizaje del error es espontáneo tendrá a su favor todo el proceso evolutivo-filogenético y genético (o carácter, que heredamos) de nuestra constitución humana, para repetirse; en cambio el aprendizaje del éxito por ser artificial y corresponder a la naturaleza  de nuestra estructura de persona humana, para prevalecer ante el error aprendido y consolidarse... habremos de estar siempre en vigilancia.
Pero aún con vigilancia perseverante, no desaparecerán los aprendizajes de los errores y es la razón por la que "después de mucho tiempo " y cuando ya nos hayamos casi olvidado... nos sorprenderemos repitiendo los errores o estando a punto de hacerlo.  La sabiduría popular ha estigmatizado esta condición de proclividad hacia los errores aprendidos con expresiones como...  "genio y figura hasta la sepultura","árbol que nace torcido, difícilmente el tronco endereza"

Esto es lo que hace que ser malo sea fácil, en cambio ser bueno, exitoso con bondad y virtuoso perseverantemente... exige esfuerzo continuo; su costo es la fatiga o el llamado "burn-aut" (quemado);  J.J. Rousseau, se equivocó; para educarnos hemos de poner nuestros objetivos en la verdad, bondad y hermosura y no en la libertad genética y errática por espontánea y sensorialmente-agradable que ésta sea.

Y cual es el beneficio de la virtud, del éxito con bondad y de la conducta asertiva y bondadosa? Dos: Ser persona con y para las demás personas, es decir, ser educado educándonos continuamente... y ser persona libre de la opresión genética de mi propio carácter y libre de los condicionantes sociales de moda que, con motivaciones económicas o políticas o ideológicas o religiosas quieren hacer de mi... un adicto.
Es claro que estos beneficios de contenido transpersonal-místico, con los costos de vigilancia-creativa que demandan, requiere de una educación y auto-educación guiadas hacia el NOSOTROS DEL YO.  Todo lo cual está en contraposición con  la inercia caracterial (yo soy así, pienso así etc.)  y la inercia social a favor de la libertad con dirección y sentido individualista, casi exclusivamente, y son los 2 factores que condicionan la expresión de "prefiero pedir perdón que pedir permiso" que equivale a "aprender de los errores"; con ambas expresiones, lo que afirmamos es nuestro YO y nunca la VERDAD, que es lo que realmente nos hace personas y libres.
 
Se me ocurre que la expresión... de los errores se aprende tiene referencia literaria en Lope de Vega:
 
¿Quién es Fuenteovejuna?... Todos a una, señor Comendador. 
 

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