A través del "DSM o del CIE 10", instrumentos gnosográficos y gnosológicos para agrupar y describir las enfermedades psíquicas, indican 9 síntomas para saber si estamos deprimidos, de los cuales se han de presentar 5 durante, al menos, un mes. Pero aún así, no nos dicen estos síntomas si somos depresivos o sólo estamos deprimidos.
Les propongo un método más sencillo: una sola pregunta a la que ha de corresponder una respuesta...
¿EMPEZAMOS OTRA VEZ u OTRA VEZ EMPEZAMOS?
Si tu respuesta corresponde a este momento... puedes estar deprimida-o y si ya es una constante que se viene repitiendo en tu vida... puedes ser depresivo-a.
La pregunta parece un juego de palabras, y lo es, pero con gran contenido diagnosticador.
El solo enunciado "empezamos otra vez" evoca disposición para emplear energía en la consecución de un objetivo; en cambio "otra vez empezamos" provoca en nosotros la percepción del cansancio que arrastramos, de la fatiga a la que no encontramos sentido, o con escasas probabilidades de alcanzar los objetivos que nos proponemos lograr. En realidad deberíamos decir y escribir "oootra vez empezaaamos".
El "empezar" es tarea de todos los días si logramos despertar del sueño con algún tipo de conciencia de que estamos ante un nuevo día, ante una nueva tarea, ante un nuevo objetivo o un nuevo reto. Cuando perdemos la conciencia de que estamos ante algo que puede cambiar... hemos decretado la muerte pero, si aún esperamos que algo cambie "empezamos", porque la vida es la constante iniciación en pro del objetivo de vencer las dificultades y de vencer la muerte.
Cada día" empezamos otra vez" u "otra vez empezamos"... a movernos físicamente y si empezamos con cansancio, fatiga, tedio o irritación es que estamos deprimidos orgánicamente, psíquicamente, mentalmente o todo junto y si esto ha sido frecuentemente así, aunque lo hayamos llamado pereza o sea consecuencia de algún tipo de traumatismo, es que somos depresivos.
Empezamos, a relacionarnos o a no hacerlo... cada día, otra vez:
- empezamos con cada miembro de nuestra familia y su carácter e historia, otra vez;
- empezamos a realizar el trabajo, otra vez, o robamos el trabajo de otro-s, que nos da el sustento para seguir viviendo, es decir, para seguir venciendo;
- empezamos a relacionarnos, otra vez, o a evitar relacionarnos con nuestros "próximos-prójimos" para ser personas entre personas;
- empezamos a interaccionar políticamente o a-políticamente, otra vez, para transformar la realidad o nos contentamos con lo que otros hagan y, entonces, no empezamos sino "nos empiezan y despiezan";
- empezamos a proyectarnos con sentido místico de trascendencia, otra vez, o nos da pereza cuestionar nuestra existencia;
- empezamos a crear, otra vez, espacios estéticamente disfrutables por todos (espacios de buen humor = "h-amor") , en los sitios en que nos movemos o espacios de dificultades y mal gusto.
Una sola respuesta: SALGAMOS DE NOSOTROS MISMOS, de nuestro teórico espacio de confort y vayamos en busca de otras personas, en cualquiera de las dimensiones del "empezamos" antedicho, simplemente porque nos necesitan, y experimentaremos el efecto sanador de la anti-depresión como factor "multiplicador exponencial": ¡ está comprobado ! y la llamada psicología positiva hace de ello la columna vertebral de su pensamiento. Pero, para que esto sea eficiente hay que hacerlo cada día, porque cada día empezamos a vivir y, si no, morimos. "Danos hoy, nuestro pan de cada día".
¿ Y si no queremos salir de nosotros mismos, de nuestro espacio de confort ?...
Iremos ahondando la depresión desde el "estamos deprimidos hacia el somos depresivos".
Y ¿ los psicofármacos, en este caso, resolverán el problema ?... Recordemos que la medicación es ayuda para todo pero solución de nada.
Querido Julián,
ResponderEliminarQuiero contuinuar con el dialogo, ahora desde mi propia experiencia. Quiero contar que muchas veces me veo caer en fases depresivas. Noto que hay dos fuentes principales. Una es el pasado; los errores que cometí que muchas veces sin que yo quiera entran en mi mente para perturbarme. Otra es mi actividad intelectual que muchas veces se apodera de mi, puesto que mi mente empieza a pensar más allá de los problemas que en el momento concreto debería pensar. Así me veo envuelto en crisis mundiales del próximo siglo, por ejemplo, sin que ello tengo alguna relación directa con mi vida actual. El carácter obsesivo de eso pensamientos, observo me distancian de mis pares que no siempre están en sintonía con lo que pienso. Que puedo hacer?
Hola, querido Dante: Haces tan clara descripción de las motivaciones de tus estadíos depresivos, como acertadamente los llamas, y de las consecuencias que sería muy fácil responder tu pregunta final ¿qué puedo hacer? Pero, en aras del diálogo que tenemos y para bien de todos, nosotros y los dialogantes silenciosos, procuraré explicarte brevemente lo que te pasa, porqué te pasa y qué hacer para... APRENDER a manejar nuestras depresiones.
ResponderEliminarPrimera motivación: "los errores que cometí que muchas veces sin que yo quiera entran en mi mente para perturbarme"
Todo cuanto vivimos, sin importar la categoría moral que le asignemos, genera en el tejido mitocondrial de nuestro cerebro APRENDIZAJES que, por ser biológicos resultan ser indelebles de forma tal que se repetirán en nosotros cuando algún estímulo (consciente o inconscientemente) los asocie al momento presente. Si no los podemos repetir "físicamente" los repetimos por medio de la evocación y la re-avivación de nuestra fantasía- salvo que estemos en alerta para realizar el fenómeno contrario al vivido o para bloquear la re-avivación. Lo malo de este fenómeno es lo que tú dices, querer obsesivamente dos imposibles: "que lo vivido no haya existido" o bien "resolver de otra manera el pasado". Ninguna de estas dos cosas sirven para algo positivo, pero sí para reforzar nuestros dolor e impotencia frente al pasado, con lo que reforzamos, aún más, el pasado como fuente de desvalorización personal = como fuente de emoción y conducta depresiva.
¿Qué hacer frente a este primer estímulo depresógeno? REPRIMIR (sin miedo al término)el recuerdo cambiando de actividad y de lugar, por otra actividad y lugar GRATIFICANTES. Los dos términos te los he puesto con mayúsculas para resaltar que HAY QUE LOGRARLO; de cualquier otro modo nos inducimos hacia la melancolía y acentuaremos la depresión.
Segunda motivación: ..."mi mente empieza a pensar más allá de los problemas que en el momento concreto debería pensar".
Este es un mecanismo espontaneo de nuestra mente para generar un "espacio intelectual gratificante" pero como muy bien dices está disconexo de la realidad en que te encuentras y los que te rodean no lo valoran por lo que ese espacio de gratificación intelectual no lo puedes hacer sintonizar con el presente porque carece de contenido, es un conjunto vacío.
Este mecanismo sí nos sirve para HUIR de la realidad a través de LA PEREZA INTELECTUAL no pragmática ni creativa. El mayor riesgo que de este proceso se deriva es que desarrollamos en nosotros la "auto-mitomanía" que nos empujará paulatinamente hacia formas de esquizofrenia, más o menos, socialmente controlables.
¿Qué hacer frente a esto?, porque los riesgos que corremos son graves... COMENZAR CADA DÍA teniendo claro el o los objetivo-s que deseamos acometer para que, cuando los "pensamientos delusivos" nos invadan, sepamos hacia qué objetivos dirigir nuestra ACCIÓN (pensamiento delusivo vs. acción) y SER SUMAMENTE estrictos y constantes en ejecutar el trasvase. Y, no olvidar, al final del día, recompensarnos creando un espacio gratificante (vs, espacios torturadores y delusivos).
Si este proceso (total o parcialmente) lo puedes ejecutar con el apoyo de un grupo, será mucho más fácil de alcanzar el aprendizaje para manejar tus depresiones; la razón es que el proceso de aprendizaje será largo y es mejor hacerlo en compañía porque en solitario corremos el riesgo de auto-engañarnos o cansarnos.
Gracias Dante por permitirnos aprender dialogando.
Estimado Dr. Aparicio:
ResponderEliminarExcelente post. Gracias Dante por tu participación y a usted Dr. Aparicio por respondernos a todos (todos los que seguimos su blog, y como usted bien apunta, participamos desde el silencio).
Mi comentario (que lo haré en forma de poesía) está referido a la última parte de la repuesta a Dante "... en solitario corremos el riesgo de auto-engañarnos o cansarnos."
Lucía
he venido a visitarte desde el fondo de mi casa
te regalo un pastel praparado dulcemente por Ignacia
Lucía
tu nombre coincide con las flores
y con los días en el fondo de mi casa
Lucía
disculpa si descanso un rato
es que la soledad cansa
Hola querida Debora: ¡cuan hermosa es la poesía! que con la mitad de las palabras de la prosa, es capaz de decir, por lo menos, tres veces más.
EliminarGracias, Deborar, por este diálogo poético.
Julián.-
ResponderEliminarUn saludo con el mayor aprecio a ti y los dialogantes.-
Creo que tocas un tema que envuelve el sentir de diversas generaciones, niño, niña, adolescente, joven, adulto, adulto mayor, creo que ello envuelve en el sosiego de una supuesta calma que nos autoengaña, antes pensaba que el dolor debe ser expresado y ello te ayudará a no ser deprimido; pero luego el tiempo me ha enseñado que si ello no se articula a algo gratificante como experiencia propia o en interacción no se habría aprendido de aquel dolor.
A veces siento que hay una mezcla entre la euforia y la depresión como acto que terminan trastocando la esencia de cada sujeto como humano, es de momento doloroso sentir indignación por uno mismo, es aquí donde recupero este hacernos persona en el servicio mutuo.
Sabes me es difícil comprender las depresiones de los niños son las que me han movilizado en una serie de inquietudes, como niños tan alegres de momento se pueden embuir en una fosa cavada por si mismos con una serie de frases o acciones repetitivas que los hace depresivos y en otros casos deprimidos dañándose así mismos.
De por si no crees que los subsistemas de vida de los sujetos devienen en nuestros contextos a conectar a estados depresivos? Se puede estar construyendo sociedades depresivas en los próximos tiempos ante formas de interactuar lleno de demandas antes que autonomías, llenos de autoculpas antes que autocríticas o inserto el alineamiento antes que la liberación.
Gracias por tu apertura al pensar desde lo encaminado.
un abrazo
Sonia
Hola Sonia Olinda; si Debora tradujo mi aporte en un poema lírico maravilloso, tú haces una análisis de poesía-épica de la realidad de las personas desde la cuna hasta la edad adulta. Gracias por la profundidad de tu proyección profesional.
ResponderEliminarRatifico lo que aportas sobre la verbalización de los conflictos depresivos; la logoterapia histórico-vivencial de V. Frankl lo avala. Es necesario transformar la expresión hablada en una dimensión de servicio-gratificante y los modos pueden ser muy diversos, pero el contenido ha de lograr la experiencia de ver transformado el dolor propio en gozo para otro-s; entonces la evocación y verbalización serán curativas porque habrán hecho de la vivencia-evocativa, un poema; de otro modo la supuesta o real catarsis sólo conseguirá reforzar la depresión hasta hacer de ese mecanismo una expresión, si es que no, un estado de histeria masoquista.
Los niños... nos expresan en sus manifestaciones depresivas, que la vida a la que les tenemos sujetos es peor que la muerte que desearían adelantar, pero no saben como hacerlo. ¡cómo cambian cuando la palabra los acaricia y cuando la caricia se transforma en éxito.
Los sistemas de subsistencia y el condicionamiento depresivo se dan porque a las personas se las condiciona para compararse y no para vivir ni para vivir creativamente; esto, desde la depresión social, sólo puede generar subvaloración porque desarrolla en ellas apetencias insaciables e inalcanzables. La lógica consecuencia de este aprendizaje macabro (que recibe el pomposo y falaz nombre de competitividad)sólo puede engendrar depresión-compulsivo-maniaca o depresión melancólica; a cual peor.
Los sistemas de subsistencia sólo tienen un mecanismos de salubridad... fijar el valor en la vida que engendran los mecanismos de subsistencia-creativa; en la valoración de lo logrado porque es lo que puede la persona alcanzar a lograr, aceptando la precariedad de las condiciones que se le imponen y superándolas por la generación de vida-s. El testimonio de V. Frankl, es elocuente y modélico, al respecto.
Gracias, una vez más, Sonia, por tus aportes dialogantes.