Hace unos días recibí una invitación de una persona por la que tengo mucho aprecio intelectual para tratar este tema; con gusto lo afronto aunque, a decir verdad, bastaría que nos remitiéramos a varios post ya escritos: "Los adulterios están de moda..." "Las histerias de los adultos 1 y 2" "El amor está herido de muerte....1, 2 y 3" "Nuevas formas de familia.... 1, 2 y 3"
Este tema es tan viejo como la humanidad; quizás por eso le han puesto nombre griego: "poli" y le han añadido "amor" como adjetivo que, junto a otros adjetivos, pretenden hacerle sonar a mucha actualidad: "swingers", "ambiente G, de LGBT" ( lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero), "toy-boy".
Con precisión sincrética puedo decir que el "poliamor" no es otra cosa que PROMISCUIDAD-ES, INCONTINENCIA-S e HISTRIAS DE ADOLESCENCIA TARDÍA. De todos estos temas he escrito en los post-antedichos pero, con gusto puedo hacer algunas puntualizaciones.
En primer término: afirman los adeptos a estos comportamientos que la monogamia "no es natural" pero NO ES CIERTO. Sí es verdad, en cambio, que la monogamia no es espontanea, pero SÍ es natural.
La monogamia es una "creación cultural, una invención social" y todo cuanto es producto de la inventiva y de la creatividad es lo ÚNICO NATURAL a las personas humanas, guiadas a ello por el cerebro pre-frontal y que no encontramos en ninguna otra especie animal. Es muy importante no confundir lo espontaneo (lo que me provoca, lo que se me antoja, lo que me convine, lo que me gusta) con lo natural (todas y solas las formas de comportamientos y expresiones de creatividad)
Tanto lo natural como lo espontaneo pueden ser expresiones positivas y constructivas para las personas como, igualmente, pueden ser negativas y destructivas.
Lo espontaneo es una expresión más de los seres humanos como una especie más y lo natural es la expresión de la naturaleza de las personas humanas. Ambas expresiones no tienen porqué ser contrapuestas, pueden ser complementarias o no serlo, pero no deben ser confundidas.
En segundo lugar, lo contrapuesto a la monogamia son la poligamia y la poliandría; ambas son formas de relación sexual-personal cuya finalidad "espontánea" ha sido procreativa y así se ha asegurado, a lo largo de la historia, la continuidad de la especie humana amenazada por muchas causas naturales (cataclismos) y sociales (enfermedades, guerras y endogamia) y para ser elevadas a categoría de expresiones personales, "naturales", se les ha atribuido valores religiosos, cuyas formas externas han variado de un lugar a otro, de un grupo étnico a otro.
En la cultura occidental-actual son consideras ambas formas como inmorales (contrarias a la moral de las leyes sociales, de relación intersexual) por no ser necesarias, sino más bien perjudiciales, para el desarrollo de los colectivos humano-personales; en otras palabras, para controlar la explosión demográfica y las consecuencias económicas que de esto se derivan .
No es correcto considerar que haya poligamia o poliandría, cuando en la relación no hay un vínculo estable, sino relaciones sexuales casuales, orgías anónimas, pernoctas, amoríos, prostitución e intercambio de parejas, llamadas hoy swingers.
Y la última de estas consideraciones... el "amor".
Considerar amor a toda forma de intercambio... "más o menos voluntaria"... de comportamiento sexo-genital, es una forma grosera de evadir usar el término, promiscuidad.
"Amor es el vínculo intelectivo-volitivo-libre que une a las personas para alcanzar, con mayor facilidad que desde el solipsismo, la plenitud de su ser de personas, en la perfección de lo posible", y éste vínculo puede darse desde la vivencia heterosexual, expresada de múltiples formas (en pareja o desde el celibato), de igual manera que desde la vivencia homosexual en todas sus variantes (de hombres o de mujeres). El requisito imprescindible del amor es que el vínculo sea vivencialmente explícito (de alguna forma) en dirección al logro del objetivo... "el desarrollo de nuestro ser de personas" ( es persona saludable quien se guía por la veracidad para ser libres; bondad para ser honestos y belleza para ser creativos).
La mentira, la maldad y lo denigrante nos rebajan a la categoría de especie subhumana cuyo objetivo es subsistir al menor costo posible.
He dicho, antes, que el poliamor es una forma de: 1. promiscuidad, 2. incontinencia y 3. de histeria de adolescencia-tardía.
1. Afirmo ahora que, con veracidad, ha de ser llamado "poli-genitalización"; la promiscuidad más burdamente etológica (visible en todas las especies animales) elevada a rango de moda social.
Ésta puede ser explícita como entre los que practica las relaciones swingers (heterosexuales u homosexuales) o implícita como la practicada por las parejas que con conocimiento claro aceptan la relación de "amantes" (de manera permanente o esporádica) de sus parejas, y la de aquellos que con "conciencia-inconsciente" (no quieren ni ver, ni pensar) admiten la relación de "toy-boy", que siempre ha existido en todas las clases sociales pero que ahora tiene categoría de status alto en las clases socio-económicas A y A-b.
La finalidad de la relación no es otra que la expresión quasi-irrestricta de las apetencias erótico-genitales, vividas desde la libertad-ostentorea que el post-modernismo nos permite exhibir.
2. Por eso afirmo que son manifestaciones de incontinencia, socialmente expuestas. Han existido siempre, pero soterradas y ahora se expresan con categoría de "moda de comportamiento sexo-genital" porque en la educación infantil y adolescente (en el ámbito familiar como en el institucional) casi han desaparecido dos valores: el valor de los "límites" en las relaciones interpersonales y el valor de la alteridad-jerarquizada. En contraposición se enaltecen los seudo-valores de la "auto-estima y de la autonomía" y alrededor de ellos se ha erigido el concepto de "personalidad saludable".
Y porque los límites se soslayan en las relaciones de la "poli-genitalización" se intenta eliminar toda posibilidad procreativa. Olvidan los que así viven que la relación sexo-genital "personalizada" (no ciega ni pulsional) tiene 3 cometidos: encuentro personal (con el estado y necesidades de la persona), experiencia de placer (por la creatividad estética continua) y procreación condigna (que prudentemente asegure la dignidad de la criatura engendrada).
Con la vivencia de estos 3 cometidos de la relación sexo-genital, estoy convencido, de que no se puede "hacer el amor"; que "el amor hay que crearlo" y recrearlo todos los días y, de otro modo, no existe. Cierto es que los tres cometidos no han de estar presentes en todos los acercamientos sexo-genitales pero sí han de formar parte de las relaciones sexo-genitales de las personas, como criterio de vida en común.
3. Asumir el reto en la relación interpersonal de crear y recrear el amor no es labor de niños ni de adolescentes y quienes desde la "poli-genitalización" intentan evadir la responsabilidad del amor adulto... con sus verbalizaciones y exaltaciones de estos comportamientos tan viejos como viejos son los comportamientos de los antropoides (nuestros parientes más cercanos que la practican) sólo expresan conductas histéricas que les recuerdan su despertar genital adolescente.
Pero tienen una diferencia; en la época adolescente se daban dos posibilidades de comportamientos: los que no pasaban de ser fantasías y apetencias frustradas y que ahora, de adultos, pueden hacer realidad las negadas fantasías y... los que tuvieron apoyo en adultos y/o adultas para vivir la genitalidad sin consciencia adulta (responsabilizarse eficientemente de las consecuencias de sus actos) y que ahora no entienden porqué están anclados-subyugados y esclavizados a estos comportamientos.
La razón es simple: todo cuanto vivimos, sin importar la categoría moral que se le haya dado y si nos ha beneficiado, o no, genera en nuestros cerebros aprendizajes (y en el caso sexual, aprendizajes biológicos y por ello indelebles), de los que resultamos ser ciegos repetidores.
Para poder ser personas libres, veraces y creativamente-honestas, habremos de desarrollar los aprendizajes biológicos contrarios a los vividos (mediante la continencia necesaria y el autocontrol caracterológico) y estar vigilantes para evitar seguir siendo sojuzgados por nuestros aprendizajes adolescentes.
A juzgar por la extensión social de la "poli-genitalización"... cuántas carencias educativas tenemos, aún y cuán lejos estamos de tener vivencias sexo-genitales con creatividad personalizada.
¿Habrá entre estas carencias y todos los tipos de "guerras", alguna relación causal? ¿Qué les parece?
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