LA DEPENDENCIA INELUDIBLE DE OTROS PARA EXPRESARNOS, SENTIRNOS Y LLEGAR A SER LIBRES.
¡Magnífica paradoja... contingencia necesaria de dependencia de otros: de nuestros padres, del entorno familiar y social en que nos movemos, de la historia del lugar en que nacemos, del tiempo social y económico, de las características culturales, estéticas y religiosas del entorno en que vivimos... y la obligación de trabajar por ser libres! Libres de todos y cada uno de estos condicionantes mediante el aporte creativo a favor de cada uno de ellos.
¿Por qué es así de complejo?... Sencillo de responder y difícil de vivir y de educar en esta dirección... porque nadie existe por sí mismo, luego nadie tiene sentido para sí mismo pero, al mismo tiempo, sin liberarnos de estos mediadores no podemos ser personas, en el sentido pleno de la palabra. Sin librarnos de los mediadores, superándolos, sólo alcanzaremos a ser seres humanos, de la especie humana, de la manada humana.
Lo único que tiene sentido desde la creatividad, por consiguiente, NO SOY YO, es el NOSOTROS DE MI YO. Este lenguaje psicoanalítico expresado de manera más sencilla se puede leer así: "TÚ, ERES ANTES QUE YO, MÁS QUE YO, SUPERIOR A MI... PERO NO SIN MI".
Educarnos en esta dirección, requiere de la ejercitación en el silencio de nuestro carácter y apetencias espontáneas para optar siempre, en primer término a favor del otro o de los demás y sólo, en segundo lugar, por nosotros, por nuestro criterio y conveniencia cuando tenemos constancia o indicios suficientes de que el otro u otros abusan de su poder, sin importar si el abuso es por ignorancia o por malicia. No hay que gastar energía en diferenciarlo.
Este equilibrio de pensamiento y acción es difícil de hacer y sostener en el tiempo sin el apoyo de maestros o modelos porque tiene como precio, ineludible, la experiencia de soledad serena, pero soledad al fin. El ser libres tiene este precio del que se beneficiarán, siempre, los que nos rodean + que nosotros y esto, a la espontaneidad caracterial le causa dolor.
Pero sin la educación en este equilibrio de pensamiento y acción se hace inviable toda forma de convivencia adulta-estable (familiar, matrimonial, societaria, empresarial etc.) y las infidelidades y adulterios serán la constante porque serán simplemente relaciones entre humanos y no entre personas.
Educarnos en esta dirección, requiere de la ejercitación en el silencio de nuestro carácter y apetencias espontáneas para optar siempre, en primer término a favor del otro o de los demás y sólo, en segundo lugar, por nosotros, por nuestro criterio y conveniencia cuando tenemos constancia o indicios suficientes de que el otro u otros abusan de su poder, sin importar si el abuso es por ignorancia o por malicia. No hay que gastar energía en diferenciarlo.
Este equilibrio de pensamiento y acción es difícil de hacer y sostener en el tiempo sin el apoyo de maestros o modelos porque tiene como precio, ineludible, la experiencia de soledad serena, pero soledad al fin. El ser libres tiene este precio del que se beneficiarán, siempre, los que nos rodean + que nosotros y esto, a la espontaneidad caracterial le causa dolor.
Pero sin la educación en este equilibrio de pensamiento y acción se hace inviable toda forma de convivencia adulta-estable (familiar, matrimonial, societaria, empresarial etc.) y las infidelidades y adulterios serán la constante porque serán simplemente relaciones entre humanos y no entre personas.
El planteamiento hecho por nuestras dialogantes (Mari y Merce) tiene continuidad de respuesta en esta dirección: ni los padres son antes ni después que los hijos, sino en interdependencia consecutiva marcada por la historia (claro está porque los padres son antes y los hijos después) y con el deber, para ambos, de liberarse mutuamente de responsabilidades emocionales (por bonitas y tradicionales que sean) para afrontar los retos de creatividad que la humanidad nos plantea (a ambos grupos) a fin de hacer de nosotros más que un "grupo etológico".
Para hacer de nosotros un grupo de seres personales, de humanos que salen de sí mismos (de su entorno, de su historia, de sus familias, de su patria) para ir al encuentro de las riquezas y de las necesidades de los otros.
Para hacer de nosotros un grupo de seres personales, de humanos que salen de sí mismos (de su entorno, de su historia, de sus familias, de su patria) para ir al encuentro de las riquezas y de las necesidades de los otros.
Permítanme una digresión que estimo altamente didáctica para ejemplificar el tema que nos ocupa y más allá de toda confesionalidad y creencia. La lectura que yo hago del evangelio de Lc. 9, 57-62 me parece una forma explícita de invitación a vivir esta relación de libertad creativa de personas, en contraposición con la dependencia entre los padres y los hijos como seres humanos.
Si queremos ver el contraste de la preponderancia de la dimensión humana, en desmedro de la libertad personal de los hijos, leamos un texto de contenido muy similar en 1 Reyes 19, 19-21.
Es la diferencia entre guiar nuestro ser y actuar por "el antiguo testamento o por el nuevo"; esto es, la diferencia entre obrar conformándonos con ser humanos (emocional-racionales) u obrar luchando por ser personas humanas (racionales e intencional-volitivos), para ser libres.
Desde esta perspectiva, la autoafirmación sin referencias superiores a nosotros mismos, la autoestima como valor prioritario o absoluto de identidad, el subjetivismo post-modernista como guía del actuar... son aberrantes y desde mi observación, son la causa principal de explicación de los grandes males que nuestro mundo ha soportado siempre y soporta en este momento: provocación de guerras para sustentar a los psicópatas con poderes económico-tecnológicos, infestación de la naturaleza para satisfacer el hedonismo pan-sensual de la economía, condicionamiento esclavista del consumo tecnológico-hedónico causado por las dos fuerzas anteriores, de poder, que están convirtiendo nuestro mundo en un vertedero de chatarra y a los seres humanos en robots de su inconsciencia.
Todo tiene valores que soportan este actuar y, entre ellos, el más ostensible es el valor de la información comunicativa, que expresado coloquialmente suena así "cada vez somos más inteligentes, porque somos muchos" pensando en la misma dirección e intercomunicándonos los hallazgos: "estamos venciendo el ocultismo de los poderosos"... Pero ¿es cierto esto?... y si lo fuera, ¿lo estamos logrando al precio de nuestra propia destrucción y de la naturaleza que nos sustenta?
Usando el valor de la inteligencia compartida y múltiple que es, sin duda, el mayor valor que nuestro tiempo tecnológico ha aportado a la historia, hemos de impulsar a nuestros hijos hacia el silencio de sí mismos, de sus caracteres, de sus pasiones primarias para que puedan escuchar a los demás y hacia la valoración de la soledad serena que les exigirá el tener que optar, muchas veces, en contra de la corriente del momento, con el riesgo de quedarse solos en la opción.
Es el maravilloso precio que todos tenemos que pagar para poder ser, sentirnos y expresarnos como personas y, por lo mismo, libres.
Todo tiene valores que soportan este actuar y, entre ellos, el más ostensible es el valor de la información comunicativa, que expresado coloquialmente suena así "cada vez somos más inteligentes, porque somos muchos" pensando en la misma dirección e intercomunicándonos los hallazgos: "estamos venciendo el ocultismo de los poderosos"... Pero ¿es cierto esto?... y si lo fuera, ¿lo estamos logrando al precio de nuestra propia destrucción y de la naturaleza que nos sustenta?
Usando el valor de la inteligencia compartida y múltiple que es, sin duda, el mayor valor que nuestro tiempo tecnológico ha aportado a la historia, hemos de impulsar a nuestros hijos hacia el silencio de sí mismos, de sus caracteres, de sus pasiones primarias para que puedan escuchar a los demás y hacia la valoración de la soledad serena que les exigirá el tener que optar, muchas veces, en contra de la corriente del momento, con el riesgo de quedarse solos en la opción.
Es el maravilloso precio que todos tenemos que pagar para poder ser, sentirnos y expresarnos como personas y, por lo mismo, libres.
El post es excelente. Gracias!!!!
ResponderEliminarMe alegra te sea útil. Creo que optar con serenidad por la posibilidad de ser diferentes, de ser percibidos como diferentes y de ser segregados por ser diferentes, no es fácil pero nos hace libres de nosotros mismos al hacernos libres de nuestros temores.
ResponderEliminarGracias por tu aliento porque me hace sentir... "un poco", menos solo. ¡es una broma! En realidad somos muchos los que pensamos así y nos esforzamos por comportarnos así.
"Este equilibrio de pensamiento y acción es difícil de hacer y sostener en el tiempo sin el apoyo de maestros o modelos porque tiene como precio, ineludible, la experiencia de soledad serena, pero soledad al fin".
ResponderEliminar¡¡Uff!! Yo en esta frase detecto un peligro que creo que no hay que pasar por alto ¡Cuantas veces buscando ese apoyo de maestros o modelos precisamente las personas han sido víctimas del abuso! Por parte en una gran medida de las grandes religiones, además de otros actores variopintos. Es tan fácil caer en el culto a la personalidad, quizá por eso que tu comentas de la ley del mínimo esfuerzo.
Merche
Convengo contigo plenamente en lo que dices por lógica y por análisis de la historia. Encaja esto en lo que señalo como "magnífica paradoja"
ResponderEliminarSon precisas dos cosas ante la necesidad evidente de contar con "mediadores" para aprender a ser libres de nosotros mismos y de los mediadores que nos lo faciliten: 1ª. Ser conscientes de que "solos" carecemos de sentido, que hemos de aprender a ser el "nosotros del Yo"
y 2ª. Desarrollar permanentemente el juicio crítico -VERAZ- mediante el estudio y la comparación con las propuestas de otros modelos.
Riesgos existen y graves, pero nunca de tal magnitud como el no tener otro referente que nosotros mismos y del solo modelo porque, en tales casos, nos será imposible -en la práctica- evitar el fundamentalismo y con él, la pérdida de la libertad... nueva paradoja.
Conclusión ser y vivir como persona suena bien y es hermoso... pero nada fácil.
Gracias por tan profundo alcance de diálogo, Merece.
Julián