Mary escribió este comentario en el blog, al que contesté y por su contenido me parece oportuno ampliar ligeramente para todos:
"Muy interesante sus artículos. Sobre todo este me deja pensando mucho, el círculo vicioso en el que se puede entrar buscando explicaciones y justificaciones ante el sentimiento de culpabilidad que podamos sentir por el dolor ajeno. De su explicación, entiendo que la educación en la soledad y el silencio es el medio por el cual la aceptación de la situación nos lleva a una estabilidad emocional.
Mi consulta es, si no se logra este equilibrio, ¿cuál sería la situación extrema a la que llegaría una persona en esta situación?, y de qué manera se puede evitar involucrar a su entorno familiar, es decir, que esta situación no afecte ni lleve al desequilibrio a quienes la rodean?"
- Señalo los aspectos "lograr y recuperar" la estabilidad emocional porque la vida es dinámica, nada se logra para siempre y, por lo mismo, todo tiene que renovarse o morir y esto sin distinción de edad, género, condición social, económica o cultural etc. Hay circunstancias que ayudan y otras que dificultan pero a lo largo de la historia todas las dificultades han sido vencidas, de manera tal que no existen excusas válidas. Hay que aprender a vivir en silencio y en soledad.
- Además subrayo que las dos dimensiones han de ser creativas en contraposición a pasivas porque, de otro modo, nuestro cerebro buscará formas destructivas o auto-destructivas para expresarse. Nuestro cerebro no soporta la mortificación = la muerte, que se da, en tanto dejamos de ser creativos.
- Todo esto tiene que ser objeto de aprendizaje y educación. Sin este condicionamiento positivo los riesgos graves de carácter psicopatológicos son dos (como principales): 1- las depresiones en todas sus formas y 2- las dependencias adictivas.
- En el primer caso la persona busca, condicionada por su carácter y por los aprendizaje de los modelos que la hayan rodeado, desarrollar conductas casi siempre histéricas con las que intentará poder ser sustituida, en el esfuerzo que tiene que hacer ante las dificultades. "Se echa a muerta o se mata" y, a veces lo logra literalmente.
Son especialmente significativos para alcanzar salud o enfermedad, más que la infancia en la que se suele insistir, el inicio de la pubertad y el inicio vida adulta. En estos dos tiempos tiene primordial significación que la persona logre éxito, de algún modo y de manera saludable en lo que se propone alcanzar, por sí misma y en beneficio tanto propio como de los que la rodean, pero sin depender de otros. No depender de otros y alcanzar éxito exige silencio y soledad gozosos. -
En el segundo caso, con las adicciones, la persona busca huir de la realidad del esfuerzo que la vida le demanda para dejar de ser animal-humano y se refugia en las adicciones (de las drogas, del alcohol, del sexo, de otras personas, del trabajo, de las ideologías, de la pereza, de los actos religiosos, de la política etc.) De este modo se animaliza cada vez más y entra en un estado de involución creciente.
Las adicciones en todas sus formas, son modos de buscar satisfacer las propias apetencias y fantasías con las prisas de la ansiedad y del apremio; esto es, a través de "ruidos" que nos permiten huir de la soledad y del silencio interior; es la consecuencia de no haber aprendido a esperar y aceptar con gozo y creativamente "ser segundos" sin conflictos. - La otra parte de su pregunta... "cómo no involucrar al entorno familiar en estos estadios patológicos..." No es posible dejar de contaminarlos ( la contaminación mutua -positiva y negativa- es costo necesario que hemos de asumir por vivir familiar o comunitariamente). Sí se puede y se debe aliviar este sufrimiento proyectado sobre los demás mediante dos acciones: 1- Búsqueda eficiente de apoyo psicoterapéutico y 2- Reeducación en el silencio y en la soledad.
La psicoterapia será eficiente cuando aprendamos cómo manejar nuestros estadíos depresivos siendo creativos; no podemos pretender dejar de experimentar depresión en el futuro pues, la experiencia depresiva, al igual que el resto de nuestras vivencias, generan en nuestros tejido mitocondrial, esquemas de aprendizaje que, sí o sí, se repetirán. Sólo los aprendizajes de control creativo y productivo gozosos, de la sintomatología depresiva, es signo inequívoco de psicoterapia eficiente, que se reflejará en que los episodios depresivos serán menos frecuentes y menos fuertes.
Y los psicofármacos en el proceso psicoterapéutico ¿son convenientes, necesarios, nocivos, placebos... qué son? La medicación es "ayuda para todo, pero solución de nada". Deberá formar parte del proceso, en la mayoría de los casos, pero no logrará por sí sola resolver el problema y, con toda seguridad, no podrá dar equilibrio psíquico, por sí sola.Todo lo dicho exige, sí o sí, (reitero nuevamente) aprender a vivir en silencio y soledad productivos y gozosos. - ¿Qué fácil, verdad? NO, no es fácil pero como se suele decir, lo que no aprendió "Juanito, lo tendrá que aprender Juanote" (con perdón de los que se llaman Juan)
¿Cuánto de tormento tranformado en objeto o sonido constituye parte de nuestra riqueza artística a trávés de la historia?
ResponderEliminarInfinito es la respuesta, Aldo, porque nuestro cerebro tiene la capacidad de adaptación-creativa ante la amenaza de muerte. Pero el precio de esas adaptaciones han sido miles de seres humanos maltratados, enfermos y muertos físicos, muertos psíquicos y autodestruidos en su espíritu.
ResponderEliminarCuando alguien alcanza a superar la tortura y la transforma en manifestación de cultura, entonces, se constituye en modelo de superación del tormento y empieza para muchos un sistema de superación. Hasta ese momento la mortificación (mors facere) ha generado "cadáveres"
¿ Y cómo "ese alguien" transformó el tormento en vida ? Por el silencio interior del ruido para crear armonía desde la soledad creativa y compartida con los "otros alguien" por la observación de sus muertes.
Gracias, Aldo, por tan profundo argumento. Julián
La pregunta entonces es, ¿cuáles son solo pasos necesarios para hacer productivo nuestro silencio?.
ResponderEliminar¿cuándo la soledad y la introspección es generadora de vida, ajena y vida en si misma?, si por el contrario, para crear vida biológicamente hablando, en todas sus manifestaciones más primarias, hay que por lo menos ser dos.
Estupenda, Merce, tu participación; comenzaré por el final de tus preguntas consecutivas porque me favorece el análisis-respuestas.
ResponderEliminarSiempre, en nuestro actuar, somos dos o más de dos (otra persona, el entorno, la sociedad etc.) porque no existimos por nosotros mismos, luego no tenemos razón de ser sólo para nosotros mismos.
Siendo esto así hemos de tener claro que cuanto hagamos o dejemos de hacer tendrá repercusión más allá de nosotros, jamás quedará la acción o inacción en nosotros mismos porque lo pensemos o no, somos + que nuestro mal llamado Yo (por defecto del lenguaje); somos el Nosotros del Yo.
Quizás parezca un trava-lenguas o trava-mentes pero creo que es fácil de entender y, así, explicar cómo desde el silencio y soledad creativas seremos productivos, siempre (respetando el valor relativo del término absluto "siempre") en tanto obremos guiados por la VERDAD que seamos capaces de percibir, buscar y expresar.
La cuantía de nuestro aporte sólo la historia -anónima- podrá valorarla; los creyentes (de todos los colores) le llaman "juicio providente"; tú ponle la denominación que desees.
Muchas gracias por tu valiosa participación. Julián
Julian Gracias por compartir, me ha venido bien recordar el tema del silencio terapeutico que nos ensenaste hace algun tiempo, dificil pero no imposible, un abrazo
ResponderEliminarMe da gusto reencontrarnos, Andrea, por este medio.
ResponderEliminarEs verdad, el silencio nos es fácil, porque hemos sido "amaestrados" por la "incultura de la bulla" y ya nos parece natural. Es verdad que del ruido se puede hacer música, pero tenemos que ponerlo en ritmos y armonías para alcanzarlo; de otro modo sólo logramos aturdirnos. Pero es cierto, también y no obstante, que nuestro cerebro tiene la habilidad de adaptarse a ello para no morir pero ¡qué pena...!
Gracias por el diálogo de reencuentro