jueves, 25 de agosto de 2022

DIALOGANDO SOBRE PSICOLOGÍA Y LA VIDA: TOMAR DECISIONES SABIAS ¿QUÉ EXIGE?

DIALOGANDO SOBRE PSICOLOGÍA Y LA VIDA: TOMAR DECISIONES SABIAS ¿QUÉ EXIGE?: Este post está motivado por la consulta de una persona dialogante que me pidió ayuda para tomar una decisión difícil de tomar y la respuesta...

martes, 23 de agosto de 2022

TOMAR DECISIONES SABIAS ¿QUÉ EXIGE?

Este post está motivado por la consulta de una persona dialogante que me pidió ayuda para tomar una decisión difícil de tomar y la respuesta que le di.  Pensé que puede sernos útil a todos reflexionar al respecto porque tomamos decisiones muy frecuentemente pero, ¿son decisiones sabias las que tomamos"

La palabra "sabia-s" deriva del latín "sapere" que hemos traducido por "saber algo sobre alguna cosa" pero también significa "saborear" y, en este caso, sólo se saborea lo bueno, lo agradable, lo útil, lo provechoso.  Este es el sentido que quiero utilizar para calificar de "sabias - sabrosas - provechosas" a la toma de decisiones que hemos de tomar.

Comencé por decir a mi dialogante que, todas la "decisiones adultas"que tomamos son difíciles, de tomar, pero pocas son "decisiones adultas sabias". Son difíciles y poco sabias porque siempre afectan a varias personas (aunque creamos que sólo afectan a una persona, o a un grupo, o a un sistema, o a un ecosistema) y no sabremos con precisión y previsión cuanto les va a afectar, porque siempre estamos interconectados.  Por esto es importante que la descisión sea "sabia" (provechosa, sabrosa, útil para todos, en la medida de lo posible)

Se puede decir que no hay decisión adulta y sabia que carezca de honestidad, es decir, que "el objetivo que se persigue con la decisión, beneficie tanto a quien toma la decisión como a los afectados por la misma".  Decisión sabia y honesta, son términos complementarios y casi equivalentes.

Lograr que la decisión tomada sea adulta y sabia exigirá de nosotros DISCERNIMIENTO. Digo "nosotros" y no "mi, yo" porque nadie puede ser sabio solo aunque solamente una pesona tenga que hacerse responsable, legal y socialmente, de la decisión tomada y sus alcances. En consecuencia la decisión sabia exige que, aunque YO tenga que tomar y firmar la decisión, finalmente, antes someta el "discernimiento-análisis" de lo que está en juego, a más de una persona, a un grupo directivo o a una comunidad.  De no hacerlo así (por razones de privacidad, seguridad de la información, sentido de responsabilidad y un largo etc. de razones jurídicas, incluso) estaremos expuestos a priorizar desproporcionadamente, y casi exclusivamente, nuestras  motivaciones emocionales, nuestros intereses de todo tipo (unas veces plausibles y otros rastreros) al beneficio y "buen sabor" de las personas afectadas por las decisiones. Nos expondremos a convertirnos en "autócratas" convencidos de nuestra rectitud de intención.

Propongo para el logro de decisiones sabias ("saboreables") el siguiente procedimiento, como se lo sugerí a la persona dialogante a la que he aludido al inico y que por igual nos ayudará a evitar la autocracia y el "democratismo". Ni la democracia ni la autocracia nos aseguran alcanzar la verdad, ni la bondad, ni la sabiduría (el buen sabor) de las decisiones sabias. (valga la redundancia)

Dos procedimientos iniciales que podrán ser complentados por un tercero, de ser necesario::

Démonos 3 días de plazo para...

1- no pensar en la decisión a tomar, sino vivir como si estuviera resuelto el problema que queremos acometer con la decisión. 

Este primer paso es necesario para evitar la obsesión que nos impedirá ser veraces porque nos convenceremos de que nuestras emociones y nuestros intereses están cargados de bondad y no necesarimente es así;. hay que desprendernos de nuestras justificaciones que encubren, siempre, más de una mentira. y para lograrlo... no pensar.

2- fomentar la alegría en el grupo, en el directorio, en la comunidad porque el buen espíritu de la sabiduría se manifiesta con paz, gozo y benignidad.

Este segundo paso de fomentar la alegría, el buen talante, el disfrute en el grupo, es necesario porque de lo contrario viviremos en tensión "mirando el reloj" para que se cumpla el tiempo de afirmar nuestros intereses y no la verdad, bondad y "buen sabor" del discernir la decisión.

Luego de estos 3 días, reunidos los miembros consultados, deliberen sobre cómo afrontar el problema a dilucidar y por UNANIMIDAD, tomemos la decisión.  Si no hay unanimidad esperemos otros 3 días con la misma dinámica y si al final de este último tiempo no hay unanimidad, será señal clara de que no tenemos el problema que creíamos tener que resolver y decidir. Hay intereses ocultos y no solamente un problema que resolver .

Aludí líneas arriba a un tercer procedimiento y es el siguiente: dos excepciones: a) que no tengamos tiempo de espera posible y, b) se trate de un escándalo.  En ambos casos se impone actuar con rectitud de intención y por mayoría.

Lo propuesto como método no es la panacea, pero cuántos conflictos bélicos, sociales, comunitarios y de parejas tendrían solución sabia... por HONESTA, con este método.  

¿Y si utilizáramos este método en los colegios y en las familias, como metodología de aprendizaje social y aprendizaje del ejercicio de autoridad? ¿Utopía? Sí, claro, porque utopía es... "la búsqueda de la perfección, de lo posible".  Si algo es bueno y posíble, busquemos alcanzarlo mancomunadamente, grupalmente, asociativamente, familiarmente... invirtiendo tiempo. 



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