martes, 10 de mayo de 2022

¿ UNA PERSONA-HUMANA PUEDE SER MADRE Y PADRE o PADRE Y MADRE A LA VEZ ?

 En vísperas del Día de la Madre útilicé los servicios de un taxista, cuyo nombre no recuerdo, a quien pregunté si tenía familia (propia) y me respondió que tenía una hija de 4 años a quien criaba solo porque estaba casado pero se había separado de su cónyuge; soy papá y mamá, me dijo.

Al día siguiente, Día de la Madre, por radio y televisión se exaltaba con veneración la realidad de las madres que hacían frente a los retos de subsistencia y educación de varios hijos, solas y se volvía a insistir en la idea de que eran madre y padre a un tiempo.

Esta expresión, de papá y mamá o de mamá y papá, es tan usual que hasta nos parece que esa es la realidad heroica que afrontan muchas personas. No lo es, no pude serlo, nos engañamos individual y socialmente.  Y todo engaño conlleva consecuencias negativas, neurotizantes, psicotizantes, paralizantes del desarrollo de las personas y de la sociedad, por muy heroico que nos parezcan los comportamientos de los protagonistas, descritos en esas afirmaciones.

Para que fuera real lo que queremos describir, los seres humanos tendríamos que poder ser, a voluntad o genotípicamente, hermafroditas o partenogenéticos. Dicho en forma más sencilla, hermafroditas que todos conocemos son todos los (gasterópodos) caracoles y babosas de tierra o de agua y el maíz (nuestros sabrosos choclos). Estos animales y vegetales tienen los dos sexos activos y completos... todos los individuos. Entre los seres humanos, sí se da el hermafroditismo, generalmente a medias (un ovario y un testículo, externos sí pero internos no, etc.) y muy raramente en forma completa y no podemos autofecundarnos.  Y la partenogénesis o capacidad de tener hijos sin complementariedad del otro género sexual,se da en muchos reptiles y crustadeos que no necesitan de pareja genital para reproducirse.  Entre las personas humanas, esa capacidad existe en todas las mujeres (como potencia genética de hembras) pero, habiéndose informado de su rara existencia en la historia de la medicina, no se ha podido afirmar su realidad porque los estudios genéticos de las personas registradas no se han hecho.  Recordemos que la genética científicamente trabajada tiene muy poco tiempo de existencia.  A la fecha actual podemos afirmar que la partenogénesis humana, no se ha demostrado y, desde luego, no tiene caracter universal en ninguno de los dos géneros.

El párrafo anterior puede parecer una perogrullada pero creo que es necesario para desmontar la mitología psicosocial que se acepta al afirmar que hay personas que son madre y padre o, padre y madre de sus hijos.  Ensisto: nos engañamos, disminuimos la dignidad de las persona que creemos ensalzar y causamos trastornos de neuroticidad psico-social.

Los hombres y mujeres que afrontan la paternidad y maternidad educativas, solos, constituyen una estructura familiar mono-parental y mal harán queriendo asumir roles que, ni genética ni socialmente podrán lograr.  La madre (sola) conténtese y siéntase orgullosa con ser mujer, en toda la expresión social, laboral, psicosocial y espiritual que haya desarrollado en su vida con la grandeza que el término mujer, tiene, y no pretenda replicar comportamientos y actitudes que se suponen son propios de los varones (no existen actituds ni valores propios de mujeres o de hombres).  La razón es muy sencilla: toda mujer es prioritariamente  femenina pero tiene un compuesto orgánico y psíquico de macho y, por eso, puede ser pesona-humana completa y... al supuesto varón o padre al que pretende reemplazar no existe; sólo existe ella como modelo de comportamientos y vivencias.  Sin importar las razones por las que el padre biológico esté ausente, la madre sí existe y es más que suficiente para SER y educar a sus hijos-as como... pesonas humanas y no como organismos humanos. Así transmitirá a sus hijas-os los valores que constituyen a una mujer, en una persona-humana-mujer.  

No es tarea fácil, por supuesto que no lo es, pero de otro modo la madre transmitirá a sus criaturas la imagen de que una mujer es un ser débil, dependiente, doliente, melancólico-depresiva, socialmene aplaudida en su minusvalía (aunque parezca lo contrario) y, dependiendo de la constiución caracterológica que sus hijos-as hayan recibido psicogenéticamente, sus criaturas terminarán intentando transferir a sus próximas parejas el modelo que recibieron de su madre y, sin querer-queriendo, repitiendo, con sus parejas, el modelo subvalorado de la mujer. Si las criaturas son hijos, buscarán mujeres a las que despreciar porque así vieron a su madre despreciada y creerán que lo están haciendo bien, porque su madre fue alabada socialmente con el título de heroina, habiendo sido despreciada por su padre o por la muerte de su padre.  Y si las criaruras son hijas, buscarán a varones que las protejan, mimen, exalten y abandonen con sus hijos para seguir siendo... mendicantes del aplauso social.

Lo mismo tendria que replicar para el caso de la mono´parentalidad másculina: padres criando solos a sus criaturas y queriendo sustituir a la madre ausente o lamentando no poderla sustituir; lo que sus criaturas necesitan es su presencia y no sus lamentaciones. Permítanme los dialogantes encargarles hacer la transcripción mental, correspondiente, del párrafo anterior; también ellos son sufientemente femeninos para poder SER y transmitir a sus criaturas, cómo ser hombre-persona-humana plena.   

No existe persona humana que pueda ser madre y padre en plenitud, ni padre y madre en plenitud porque la androgineidad igualitaria (a la que se hace alusión subliminal y pre-conscientemente) no existe, pero sí... todos podemos ser y tansmitir a nuestros hijos-as cómo ser personas humanas femeninas y/o masculinos, dominantes y complementarios. Eso es lo suficiente y lo necesario para no incurrir en errores que, por ser comunes, nos parecen verdades plausibles, siendo solamente íconos mitológicos. Con estos errores denigramos el valor del padre y de la madre solos y perpetuamos los errores sociopáticos que nuestra sociedad arrastra.

Sé que luchar contra la fuerza de la comercialización es batalla perdida pero, aún así, afirmo que sería mucho más saludable, psicosocialmente hablando, sustituir los días del padre y de la madre, por el DÍA DE LAS FAMILIAS, con todas sus variantes... por si alguna vez se alcanza a realizar.

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