"EL FUTURO YA ESTÁ AQUÍ, YA LLEGÓ PARA QUEDARSE, ESTÁ ENTRE NOSOTROS"...
fue el titular periodístico (20-03-´18), de 7 comentaristas de radio-televisión-española ante la noticia de los autos sin conductor, de los cambios en la legislación que exige la proliferación de drones y, en general frente a la vertiginosa innovación de las tecnologías cibernéticas, sin las que ya no es posible vivir con decoro social y con eficiencia laboral e intelecual.
Esta realidad resulta un reto que me produce inseguridad y muchos temores y, pensando en los niños por nacer, no puedo dejar de experimentar y proyectar hacia ellos cierto nivel de angustia.
Mi reacción espontánea ante estos retos son dos mecanismos de defensa psicológica, plenamente absurdos: la negación y la huida. La negación... "por edad esta realidad no me va a afectar o en lo que me afecte siempre tendré quien me ayude y me supla". La huida... "de los niños por nacer ya se ocuparán los -padres inconsciente que los engendran-; no son mi problema".
Los dos mecanismos son absurdos producidos por mi mente emocional; evidentemente me tienen que afectar porque han sorprendido a mi vida y les debo dar respuesta honorable y... por supuesto que las vidas de los niños por nacer son "también pero no prioritariamente" mi responsabilidad porque he contribuido a cimentar su historia; ésta no es producto de la generación-espontánea, porque la generación espontánea no existe.
¿Porqué, entonces, reacciono así?... Respuesta clara y cierta: porque he recibido, por activa y por pasiva, la consigna de que lo único existente es el tiempo presente, porque el pasado ya no existe y el futuro es no predecible. Por lo mismo sólo puedo vivir el presente y debo esforzarme para disfrutar el presente porque cuando muera nada llevaré porque ya no habrá presente para mi.
¿Es cierto que sólo existe el tiempo presente?; es más, ¿existe el tiempo presente?; aún más
¿cómo es que ahora el futuro ya llegó y está entre nosotros ?
Podríamos pensar que son estrategias didácticas en el uso del lenguaje para comunicarnos las últimas noticias del mundo tecnológico y provocar en nosotros gran diversidad de manifestaciones emocionales.
Pero creo que no es sólo un recurso didáctico del lenguaje, es que el tiempo presente nunca ha existido. Somos historia con dirección de futuro (señalada por la inteligencia emocional) y sentido de infinito (como fruto de nuestras inteligencias racional y volitiva) que tiene el deber de transcurrir ordenadamente guiada por la verdad, la bondad, la belleza y la honestidad,
El tiempo presente nunca ha existido porque antes de ser pensado y mucho antes de ser pronunciado ya es pasado; por decirlo de otro modo, el pasado camina dentro de nuestra piel con proyección de futuro. En consecuencia, nuestros verbos (o acciones y vidas) se conjugan en el tiempo "pasado-futuro".
Sólo eufemísticamente o místicamente, pero no real y contingentemente, la vida se conjuga en el tiempo "presente-futuro". Éste es el lenguaje bíblico que Jesucristo usó para perpetuar la realidad mística de su existencia en acción de gracias perenne, a su Padre (o Eucaristía), por y con la humanidad: "Este es mi cuerpo... ésta es mi sangre... que serán entregados por vosotros"
Lenguaje de conjugación, exacta, de su acto y vida, en presente-futuro (es y será en un solo acto); pero fuera de la dimensión mística, el presente no existe, no podemos conjugar la vida en tiempo presente.
Cuando lo intentamos y nos aferramos al presente para disfrutarlo guiados por la consigna absurda de "vive el presente y disfrútalo", al no poder sujetar el placer del disfrute prometido (porque el presente no existe) se genera en nosotros, siempre, el mecanismo reactivo de la agresión; hacia los demás (porque no se dejan poseer) o/y hacia nosotros porque descubrimos el espejismo que hemos perseguido, generador de vacío existencial (depresión, neuroticidad, psicosis esquizo-afectivas).
El espejismo del presente nos hace creer que la existencia y su disfrute es un derecho y no un deber y explica porqué en las relaciones erótico-emocionales y afectivo-sexuales se truecan las promesas por violencia y las infidelidades por el resentimiento. El pasado-futuro de la vida sólo nos da obligaciones para ser personas gozosas a través de la creatividad y no el derecho del presente feliz, porque no existe.
Educar a los niños -por venir- desde esta perspectiva del pasado-futuro es una obligación de quienes hemos existido antes que ellos; no les engañemos con el espejismo de los derechos que carecen de sentido ontológico y que los conminarán a esclavizarse (como nos han esclavizado a nosotros) de la frustración-agresión-depresión-psicosis. Nosotros somos la encarnación del pasado que les hemos de alentar a luchar creativamente y en común para ser orgullosos y gozosos de la obligación de su creatividad honesta; para construir el futuro sobre la base del pasado.
Educar a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes desde los valores del pasado con proyección de futuro y no desde el aquí y ahora del presente, es tarea titánica que amenaza con hacer de nuestros hijos...MINORÍAS, con los riesgos de segregación que las minorías conllevan; lo sé y por eso acentúo la necesidad de luchar creativamente y en común. Y estoy convencido de que con este método serán personas-libres... de manipulaciones ideológicas, economicistas y cortoplacistas... que sólo generan neuroticidad y psicosis personales, familiares y colectivas.
Educar a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes desde los valores del pasado con proyección de futuro y no desde el aquí y ahora del presente, es tarea titánica que amenaza con hacer de nuestros hijos...MINORÍAS, con los riesgos de segregación que las minorías conllevan; lo sé y por eso acentúo la necesidad de luchar creativamente y en común. Y estoy convencido de que con este método serán personas-libres... de manipulaciones ideológicas, economicistas y cortoplacistas... que sólo generan neuroticidad y psicosis personales, familiares y colectivas.
"Persona sabia es, la que toma de lo antiguo y de lo nuevo... según convenga"
(sentencia evangélica)