lunes, 2 de febrero de 2015

IGUALDAD Y TOLERANCIA HUMANO-PERSONALES


Como continuidad del post último que compartí con Uds. motivado por los acontecimientos luctuosos de París y Bruselas y que no paran de repetirse en distintas partes de este nuestro mundo roto, deseo compartir, para seguir dialogando, esta reflexión sobre lo que considero ser, el meollo del tema que nos aflige:
LA IGUALDAD ENTRE LAS PERSONAS HUMANAS DESDE LA TOLERANCIA.
 
SUPUESTOS BÁSICOS DE ANÁLISIS
Sólo se puede hablar de igualdad y tolerancia, humanas, considerando la VIDA como base y la VIDA HUMANO-PERSONAL como expresión.
 
La VIDA y los seres vivientes tienen tres características homogéneas: 
-          se nos otorga como un don en comunidad, no nos pertenece
-          sólo se expresa en los victoriosos, a pesar de las limitaciones que puedan aparentar tener
-          no se repite, no existe igualdad alguna en los seres vivientes
 
Las consecuencias inmediatas de tal observación son que: 
- “la vida no es justa ni injusta... solamente es”
- “la vida se nos otorga para lograr objetivos y, por consiguiente, para ejercitar deberes”
- “la vida no nos da derechos sino metas colectivas”
- “la vida impone, para el logro de los objetivos, la necesidad de contar con todos: NADIE SOBRA; TODOS SOMOS NECESARIOS”
 
La VIDA HUMANO-PERSONAL es vida y + que vida porque se piensa a sí misma, se proyecta a sí misma y se trasciende a sí misma. Luego la V. H-P. no puede proceder,  por consiguiente, de la vida. Una cosa es nuestra vida, otra nuestra vida humana y otra, muy distinta, nuestra vida como personas humanas.
 
La consecuencia inmediata de tal análisis es que: quien no se piensa, no se proyecta y no se trasciende a sí misma-o, no obra como persona humana sino que se denigra a sí misma-o y lo hace a través de las APETENCIAS DE PODER, de las APETENCIAS DE DOMINIO, del ejercicio de derechos que la vida no le ha dado, porque la vida no nos da derechos; para ello entroniza la dialéctica como mecanismo de actuación tanto en el ámbito individual como en el social. Y con la dialéctica pretende trasladar la lógica de la biología,  a la V. H-P.
 
La única posibilidad de superación de la dialéctica, sentenciada por la historia, es el AMOR, que en lenguaje social se apellida TOLERANCIA.  La tolerancia es reconocer operativamente al otro como DISTINTO y NECESARIO para, conmigo, alcanzar los objetivos de la vida y de la vida humano-personal, de forma  social, comunitaria,  mancomunadamente.
 
El AMOR o TOLERANCIA para la realización de la vida humano-personal requieren de una estrategia educativa a nivel individual y a nivel colectivo; no se nos da espontáneamente cuando nacemos como seres humanos.

El aprendizaje del amor y de la tolerancia precisa que los agentes “A y B” (tu y yo) adquieran  las siguientes destrezas:
-     veracidad para declarar las apetencias de A y de B, y de A sobre B y de B sobre A
-     hacer en consenso un cronograma para trabajar en la satisfacción de las apetencias de A y de B
-     especificar las estrategias para satisfacer las apetencias de A y de B
-     concretizar las sinergias entre A y B

 Esto sólo será posible si... 
- el diálogo con el diferente es la atmósfera del aprendizaje y de la vida
- la alternancia en el protagonismo de las apetencias es el sistema de comunicación ente A y B
- la tributación de los costos es asumida por A y por B consciente y deliberadamente

Se oponen frontalmente a esta posibilidad de TOLERANCIA: las agresividades activas o pasivas y la dominación ideológica o los intentos de dominación de A sobre B
 
 
El costo de la tolerancia se expresa así: “Tu eres más que yo, antes que yo, superior a mi, pero NO SIN MI

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