Frente a los atentados yihadistas de París, el mundo occidental con todos sus lideres a la cabeza, se pone en guardia a favor del "valor absoluto de una democracia"...¡ LA LIBERTAD ! Libertad... ¿de qué? o libertad... ¿de QUIEN? ¿libertad para algo o libertad para ALGUIEN?
Propongo pensemos un poco entre todos: ¿de verdad que la libertad es el valor esencial constitutivo de una democracia o lo es la defensa de la dignidad de todas las personas humanas que la componemos?... sin excepción, por razón de ideologías, razas, procedencias, rango social, edad, nivel cultural, capacidades productivas, estatus económico, creencias, sexos o estados de salud.
Creo que el valor máximo a cultivar en democracia es la dignidad de la persona humana, tanto individual como social-comunitariamente y una parte, sólo una parte, de la misma es el conjunto de lo que llamamos libertad o libertades.
Ser libres SÍ, pero con libertad saludable que no tenemos que confundir con el ejercicio del libre albedrío, que es, sólo, tener como referente mi YO INDIVIDUAL, sólo limitado por la superioridad de otro YO mayor que el mío y, consiguientemente, mientras no aparezca otro yo mayor que el mío, ejercitaré mi libre albedrío para explotar, ofender, sojuzgar, atemorizar, burlarme... en una palabra, ATERRORIZAR A LOS "YO DÉBILES", porque toleran mi actuar o hasta que ya no toleren más a mi yo individual.
Y cuando los "yo débiles" reaccionan, aparece el YO INDIVIDUAL FUERTE gritando, masivamente ¡ LIBERTAD ! al mismo precio de la reacción con que actuaron los "yo débiles": muerte a los débiles, muerte a los asesinos porque son terroristas.
Ésta es una de las manifestaciones más elocuentes y perniciosas del "post-modernismo": el enaltecimiento del individualismo sin límites o hasta donde nos permitan los menos fuertes que nosotros
Así es como ha actuado el periódico Charlie, impunemente, en contra de todos los que no son como ellos o no piensan como ellos, especialmente contra todos los que externalizan una confesión de FE.
En los pasquines que publican, a los que han pretendido dar valor literario-crítico y humorístico porque tienen masiva acogida, asumen como "verdad absoluta" que la FE religiosa de los demás, los reduce a la condición de sub-humanos de los que pueden burlarse sin control o, mejor dicho, con el control de quien tiene poder porque parece ser que el periodismo, sin importar de qué clase o ralea sea, es esencial a la vida democrática para defensa de su libertad... y la "de todos".
Carecen de la más básica "sensibilidad mística y del menor sentido religioso" lo que les imposibilita para tener visión del valor de la inteligencia emocional religiosa.
Esto es ostensible si observamos las caricaturas que hacen para hablar de los "débiles": son ignominiosas, procaces, carentes de pudor y lo que es más grave, desde el punto de vista del periodismo, sin fundamento en la investigación... denotan ignorancia crasa y supina de los contenidos que pretenden criticar.
Por eso, ante las muertes y crueldad asesina de quienes han sido víctimas de los "débiles a causa de su FE" yo, no puedo ser Charlie, porque Charlie ha hecho "terrorismo-emocional" periodístico; ha hecho bullying-social-religioso impunemente y con aplauso de los fuertes como ellos, a lo que fanáticamente han respondido los "débiles" con condenable terrorismo de armas.
Cuánto bien nos haría a todos (Charlie, periodismo internacional, dirigentes políticos, a mí y todos los ciudadanos indignados ante los actos terroristas de los yihaidistas) reflexionar en las palabras de Cristo, de quien Charlie se ha mofado a su soberano mal-gusto y procazmente muchas veces, cuando nos dice "quien llama su hermano -imbécil- es reo de cárcel y a quien le dice -escoria- es reo de condenación". A los resultados me remito y es que el Evangelio no es un libro piadoso; es un libro de vida y para la vida y, al parecer, Cristo conocía bien la triste naturaleza humana y sus nefastas formas de reaccionar.
Ser libres SÍ y ejercitarnos con libertad saludable, y no tenemos que olvidar que sólo será saludable si la ejercitamos para producir VERDAD, BONDAD Y BELLEZA para nosotros y para aquellos a quienes nos dirigimos o aquellos a quienes criticamos o incentivamos para el cambio.
NO TODO VALE, PORQUE EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS y, porque en el orden práctico, una vez que se llega al punto de saturación, los "débiles" tienen tanta fuerza de reacción como los supuestamente poderosos porque: A TODA FUERZA DE ACCIÓN CORRESPONDE tarde o temprano UNA DE REACCIÓN DE LA MISMA INTENSIDAD Y DE SENTIDO CONTRARIO; porque NO HAY ENEMIGO PEQUEÑO y, porque NO HAGAS A LOS DEMÁS, LO QUE NO QUIERES QUE A TI TE HAGAN.
Son éstas, tres fuerzas de naturaleza física, social y mística que corresponden, respectivamente, a las tres dimensiones de la persona humana: somática, anímica y espiritual y, si así es la correspondencia -y lo es- habremos de encontrar entre todos, medios políticos, sociales, legales, educativos y religiosos para subsanar los males que hemos causado y nos han causado, porque el "diente por diente y ojo por ojo" la historia ha demostrado que nada remedia; que sólo el perdón -consensuado- dinamiza la historia positivamente.
Por estas razones no puedo solidarizarme con el Charlie -terrorista periodístico-; sí con los deudos personales y laborales de Charlie. Y en la misma medida que me solidarizo con el dolor de los deudos de los yihadistas -terroristas fundamentalistas- pero no con ellos.
La razón... unos y otros fallaron pero todos son "HIJOS DEL MISMO PADRE" y, por ello, hermanos míos.
Carecen de la más básica "sensibilidad mística y del menor sentido religioso" lo que les imposibilita para tener visión del valor de la inteligencia emocional religiosa.
Esto es ostensible si observamos las caricaturas que hacen para hablar de los "débiles": son ignominiosas, procaces, carentes de pudor y lo que es más grave, desde el punto de vista del periodismo, sin fundamento en la investigación... denotan ignorancia crasa y supina de los contenidos que pretenden criticar.
Por eso, ante las muertes y crueldad asesina de quienes han sido víctimas de los "débiles a causa de su FE" yo, no puedo ser Charlie, porque Charlie ha hecho "terrorismo-emocional" periodístico; ha hecho bullying-social-religioso impunemente y con aplauso de los fuertes como ellos, a lo que fanáticamente han respondido los "débiles" con condenable terrorismo de armas.
Cuánto bien nos haría a todos (Charlie, periodismo internacional, dirigentes políticos, a mí y todos los ciudadanos indignados ante los actos terroristas de los yihaidistas) reflexionar en las palabras de Cristo, de quien Charlie se ha mofado a su soberano mal-gusto y procazmente muchas veces, cuando nos dice "quien llama su hermano -imbécil- es reo de cárcel y a quien le dice -escoria- es reo de condenación". A los resultados me remito y es que el Evangelio no es un libro piadoso; es un libro de vida y para la vida y, al parecer, Cristo conocía bien la triste naturaleza humana y sus nefastas formas de reaccionar.
Ser libres SÍ y ejercitarnos con libertad saludable, y no tenemos que olvidar que sólo será saludable si la ejercitamos para producir VERDAD, BONDAD Y BELLEZA para nosotros y para aquellos a quienes nos dirigimos o aquellos a quienes criticamos o incentivamos para el cambio.
NO TODO VALE, PORQUE EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS y, porque en el orden práctico, una vez que se llega al punto de saturación, los "débiles" tienen tanta fuerza de reacción como los supuestamente poderosos porque: A TODA FUERZA DE ACCIÓN CORRESPONDE tarde o temprano UNA DE REACCIÓN DE LA MISMA INTENSIDAD Y DE SENTIDO CONTRARIO; porque NO HAY ENEMIGO PEQUEÑO y, porque NO HAGAS A LOS DEMÁS, LO QUE NO QUIERES QUE A TI TE HAGAN.
Son éstas, tres fuerzas de naturaleza física, social y mística que corresponden, respectivamente, a las tres dimensiones de la persona humana: somática, anímica y espiritual y, si así es la correspondencia -y lo es- habremos de encontrar entre todos, medios políticos, sociales, legales, educativos y religiosos para subsanar los males que hemos causado y nos han causado, porque el "diente por diente y ojo por ojo" la historia ha demostrado que nada remedia; que sólo el perdón -consensuado- dinamiza la historia positivamente.
Por estas razones no puedo solidarizarme con el Charlie -terrorista periodístico-; sí con los deudos personales y laborales de Charlie. Y en la misma medida que me solidarizo con el dolor de los deudos de los yihadistas -terroristas fundamentalistas- pero no con ellos.
La razón... unos y otros fallaron pero todos son "HIJOS DEL MISMO PADRE" y, por ello, hermanos míos.