lunes, 27 de mayo de 2013

NUEVAS FORMAS DE FAMILIA... nuevas formas de moral... PERO LA MISMA ÉTICA - 2

Les entrego la reflexión sobre la segunda modalidad de "nuevas forma de familia": la constituida por personas, alguna de las cuales han tenido en su vida algún divorcio.

Antes de comenzar el análisis del problema deseo expresar con claridad que: el divorcio es un mal en sí mismo, y muchas veces traumático, que de ninguna manera debe ser la consecuencia del ensayo social expresado en "pruebo y si me va mal, me divorcio"; sería la expresión de inmadurez y pragmatismo de una personalidad adolescente. Pero, no obstante lo dicho, con igual claridad afirmo que el divorcio puede ser una alternativa válida que, por experiencia profesional, considero que afecta a no menos del 70 % de las parejas, porque son muy pocas las personas que tienen conocimiento bien formado de la pareja antes de casarse y menos aún las que se asumen mutuamente  como un reto para ayudarse a superar las limitaciones que conocen tener. Porque el fin del matrimonio es el enriquecimiento mutuo.  Sin este conocimiento mutuo y esta disposición intelectivo-anímica el acto del casamiento carece de libertad adulta tanto social como espiritual y, por consiguiente, de validez; luego, en la medida en que el conocimiento mutuo crece, la vida puede hacerse insoportable por las agresiones de toda índole a que la convivencia puede dar lugar: físicas, psíquicas, emocionales, sociales, laborales... hasta morales.

La diversidad de problemáticas psicológicas, sociales y morales que se suscitan es amplia pero me detendré en los problemas comunes y en cómo afrontarlos saludablemente. Podemos distinguir dos grupos de parejas: aquellas en las que uno de los miembros ha estado casado y las parejas en las que ambos han estado casados con anterioridad.  Ambos grupos, hasta no hace mucho tiempo, eran objeto de recelos sociales y morales; hoy esto está cambiando y se van considerando tan normales como las familias tradicionales; inclusive en los ámbitos religiosos impulsados a ello por la acción pastoral entendida desde la vida ética o desde la vida mística, antes que desde la moral.
Estos cambios en la valoración moral de las sociedades no modifican las problemáticas psicológicas que afrontan estos colectivos y podríamos sistematizarlas en dos variables: la historia previa vivida con la-s pareja-s anterior-es y los hijos. (De estos aspectos hablaremos en el próximo post) 

En todos los casos hay comportamientos y conductas que desencadenan el trauma del divorcio pero siempre hay dos variables que se repiten como causas eficientes de los mismos: el descontrol del carácter y la falta de diálogo, porque se mienten mutuamente.

Si alguno de la pareja no se ha educado en el domino y control de su carácter, intentará imponerse a la otra persona; unas veces de forma explícita y otras de forma astuta pero el resultado será el mismo: dominarla, imponer su voluntad  y sus caprichos.  En la segunda variable, si no hay clara manifestación de lo que se piensa, de lo que se quiere y de como se actúa, jugarán ambos a esforzarse, en un principio, por halagar al otro y poco a   poco a interpretar o adivinar lo que la pareja vive y, paulatinamente, a buscar compensaciones al esfuerzo que hacen, engañándose y reforzando así el carácter. Esto es así porque ante la frustración nuestro cerebro buscará, siempre, alguna manera de compensación y si, no se ha educado en el autodominio caracterológico, la compensación conllevará, siempre, el engaño de muchas formas expresado.

La gravedad del problema no está en los hechos vividos y que he resumido sino que, frente a la nueva opción de pareja, los mismos comportamientos se repetirán con muy alta probabilidad; la razón es que "todas las vivencias, aunque sean errores de los que tenemos conciencia, generan en nuestro cerebro, aprendizajes que se repetirán inexorablemente, salvo que  intencionalmente los corrijamos y los transformemos en aciertos.  El dicho "de los errores se aprende"... "sí, a seguirlos cometiendo"; si queremos un acierto, tenemos que corregir el error y generar un acierto; de ese modo nuestro cerebro podrá repetirlo.  Pero cuidado porque tendremos en nuestro cerebro los dos aprendizajes el del error y el del acierto; para que éste último sea el victorioso y el error disminuya su fuerza, tendremos que estar constantemente en alerta para no cometer ningún desliz pues, de otro modo, el error por ser el primer aprendizaje se reforzará más intensamente y nos parecerá que no lo podemos superar y terminaremos por dejarnos llevar por el "yo soy así y quien me quiera tendrá que quererme así".  Llegado a este término habremos repetido el capítulo anterior.    

Afrontar este reto de superación de los errores del pasado, solos, es posible pero sumamente difícil pues si partimos de que la mentira ha estado presente en ellos fácil es entender que estamos predispuestos para el autoengaño; "es imposible ser juez y parte" honesto.  Si a lo dicho añadimos que el carácter nace con nosotros, es decir, que estamos acostumbrados a sus errores, es muy difícil que no nos percatemos de la gravedad de los mismos y del daño que soportan los que conviven con nosotros.  ¿Como afrontar esta dificultad antes de iniciar una nueva forma de vida, de modo saludable?  Sólo con ayuda terapéutica o counseling o couching o dirección espiritual o consejería... pero solos NO.  Con cualquiera de estos modos de ayuda, en tanto la eficiencia profesional sea notable, podrá tenerse seguridad razonable de no incurrir en los mismos errores,  que en veces anteriores.


















4 comentarios:

  1. Julián me parece buena idea tu blog y te leo con cariño, pero me resulta un poco complicado entrar a dialogar contigo para buscar la verdad, cuando en tu caso tengo la sensación de que todos los caminos llevan o pasan por Roma. Yo hace décadas que decidí, literalmente, no pasar por Roma ni para hacer turismo, así que en esos terrenos no quiero entrar.

    De todas formas, a ver si un día con más tiempo te replico algo. Yo siempre digo que escribir es terapeútico, para todos.
    Merche

    ResponderEliminar
  2. Merce, me parece fantástico que no aceptes mis ideas porque las ideas se expresan para ser superadas siempre para, entre todos, ir descubriendo la verdad. Por eso espero con interés que me digas en qué discrepas, cual es tu aporte y dónde ves el "sello romano" en el segundo análisis sobre NUEVAS FORMAS DE FAMILIA... etc". Lo acabo de releer y no lo encuentro; házmelo ver y, en todo caso, dime dónde encuentras la parte de no-verdad que es lo que verdaderamente nos ha de importar.

    Gracias por el comentario; esto es verdaderamente, dialogar . Julián

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Julián mi comentario sobre Roma era general sobre todo (o casi todo) de lo que habías escrito, no en particular de este análisis, es que no sabía dónde ubicar mi entrada yla puse en este como la podía haber puesto en cualquier otro.

      Quería expresar que tu eres una persona de fe (católica) y yo no (de ninguna) y, en ese sentido, muchas de tus afirmaciones a mi me chirrían, pero no voy a entrar en ese terreno. Simplemente es que, de la misma forma que tu has precisado dejarlo claro desde el primer momento, con tus palabras, con las imágenes que has escogido, etc., yo también preciso, para empezar a dialogar, dejar claro ese punto. Sí veo a Roma, pero vamos es igual, me provoca más comentarte sobre los derechos.

      Bueno, si mi hija me lo permite (no deja de hablarme), te comentaré algo allí después y dejesmos Roma a un lado. Ahora la voy a dar la merienda.
      Merche

      Eliminar
  3. Merce me parece que tenemos en común el fe en el valor de la persona humana; la evidencia está claramente expresada, de manera sencilla tanto como elocuente, en lo que afirmas al final sobre tu hija a la que das valor de prioridad sobre ti y sobre el diálogo que estábamos teniendo. Esto basta; los modos por los que tu, de una manera y yo, de otra, expresamos esta fe, son contingentes a las experiencias de vida de cada uno y por eso no son discutibles pues entran en la categoría de nuestras experiencias vivenciales.

    Estas diferencias puestas a disposición con sencillez, el uno del otro y de este modo, de todos, nos enriquecerán en lugar de chirriarnos. Yo así lo espero.

    ResponderEliminar

Translate