lunes, 22 de octubre de 2018

¿ POR QUÉ LAS PAREJAS, QUE REALMENTE SE AMAN, SE HACEN SUFRIR? - 2


Como continuidad del post anterior analizaré las conductas que más frecuentemente generan frustración, en las pareja que se aman:

Los cambios de modo de trato y de humor:

Suelen tener tres causas que se expresan simultáneamente: 1- conciencia-s de pérdida-s de protagonismo en la relación y en la vida diaria; 2- conciencia de pérdida espacios de comodidad y habituación; 3- conciencia de pérdida de autonomía.
Recordemos que toda pérdida genera frustración y ésta, agresividad.  Ante toda sensación de pérdida su mecanismo de reacción será la agresividad y, por consiguiente, toda manifestación de agresividad, no motivada por la interacción, será denunciadora de conciencia, más o menos explícita, de emoción de pérdida. Creemos que estamos perdiendo "algo".

La reanudación del trato deferente no tendrá solidez mientras hagamos recidivas (las repeticiones de la conducta frustrante y de la sensación de agresividad) que se constituirán en mecanismos de reforzamiento del deseo de no cambio, porque nuestra pareja no está cómoda con las pérdidas que la nueva situación le impone.

La atención y suplencia de la pareja con otras personas: a los padres, sobrinos, hijas, pacientes, clientes (la dedicación profesional) tiene dos raíces: 1- los modelos de personas de éxito que nos hayan enseñado -por transferencia de roles- ese proceder para tener éxito; 2- el modelo de uno de los padres, quien consolida el éxito supliendo las carencias ajenas y pautando comportamientos. (La moralidad de los mismos, es irrelevante respecto de los aprendizajes inducidos).

Este espacio de aprendizaje de “bienestar” nos otorga poder y nos resultará muy difícil renunciar a él y, consiguientemente, intentaremos “enseñar” a quien esté en nuestro derredor la bondad de tales actos y de nuestro proceder. En la búsqueda de espacio de bienestar tiene especial valor la relación laboral-organizacional, con el que intentaremos reforzar nuestro proceder como espacio de “comodidad” y, por paradójico que parezca; la actitud servicial consolida el-os poder-es y se constituye en espacio de comodidad y bienestar aunque tenga apariencia de sacrificio (altruismo, filantropía, apostolado).

En la relación de pareja buscaremos la complicidad de otras personas y no la verdad de los objetivos de vida que perseguimos, pues frente a la conciencia de pérdida-s de protagonismo, esta estrategia es un espacio de compensación plausible pero falaz (cuando menos subjetivamente) con lo que tarde o temprano quedaremos al descubierto en nuestro intento de manipulación.

En el espacio hipotético de “paternidad” éste será, fácilmente, un campo de batalla-agresiva cuyo pronóstico es impredecible de ser analizado con veracidad, teniendo en cuenta lo dicho en el párrafo anterior.  De no hacerlo, la paternidad se convertirá en otro mecanismos de agresividad y de frustraciones mutuas, enmascaradas por la moral parental.  El-as hijos-as pasarán a suplir, en prioridad, a la pareja y con este comportamiento terminaremos siendo infieles a la pareja y a los hijos.  Los hijos son “segundos”; la pareja es primero; mucho tendríamos que aprender, al respecto, de la moral de los animales sub-humanos.

Los modelos parentales: “De tal palo tal astilla” y “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Cuando el conflicto de pareja es manifiesto no es fácil juzgar cuál de los dos modelos es más nefasto porque ambos tienen la inmoralidad de la parcialidad,  el sesgo por consigna, y la explotación de los demás por objetivo. En la relación de pareja a consecuencia de los modelos parentales habrá frecuentemente conflictos de interés que, o son asumidos por cálculo de costo-beneficio, o se acumulará la frustración hasta niveles de insoportable agresividad.  Cuan realista es la sentencia evangélica de que “para construir un reino, hay que renunciar al legado de los padres”, (cf. Lc. 14, 26) por muy duro que pueda parecer tal aserto. La superación de la dependencia de los modelos parentales (que no indiferencia ante los mismos) tiene impredecible pronóstico. Se suele constituir en “no negociable o línea roja”. Asumir el reto de superación de estos condicionantes de dolor y/o sufrimiento, es sólo posible desde la  guía de la “Esponsalidad” como filosofía de vida y de espiritualidad, pues tendremos que asumir riesgos desde los físicos hasta los sociales, profesionales, morales y místicos.

Los aprendizajes sociales: Son los de menor importancia pues cambian en el tiempo por motivaciones emocionales y son relativamente fáciles de asumir y cambiar, si se fijan las reglas económicas de convivencia -claramente- y se respetan, con generosidad, por ambas partes. De incumplirse las reglas unilateralmente estaremos ante la recidiva de emociones de frustración y de repetición de los aprendizajes de los modelos parentales, con los cuales se trataremos de compensar las emociones de pérdidas.  En estos casos habrán de afrontarse tales recidivas con claridad, entereza y firmeza a la par que sin extremismos extravagantes. Éste es uno de los espacios en los que repetimos más fácilmente los modelos parentales, especialmente si nos favorece poder anclarnos en nuestros márgenes de confort social o personal. Pero es también uno de los cambios con menor costo porque nos otorga, también, emociones de autonomía e independencia. Los aprendizajes laborales: Se consolidan tanto en cuanto nos ofrecen seguridades económicas, sociales de poder, de autonomía relativa igualdad, de acuerdo  con la  jerarquía pre-establecida.

Cuando este orden se violenta estaremos ante una denuncia encubierta de crisis grave en la relación interpersonal.  Lo laboral y/o social es sólo una expresión histérica, encubridora de la crisis interpersonal, por los espacios de poder y pérdidas.
 
Y, entonces, el amor en pareja, para hacer de esta opción de vida el objetivo de desarrollo interpersonal... lleva inherente el dolor de la renuncia (casados = casación = anulación del modo de vida de solteros = solitarios) que se transformará en SUFRIMIENTO si uno o los dos miembros de la pareja es infiel al compromiso de la renuncia.
 
Si, por el contrario, mutua y/o alternativamente se denuncian con claridad y delicadeza los actos de infidelidad-es (las genitales son las de menor valor, por desacostumbrados que estemos a pensar así) y se comprometen a apoyarse en la superación del dolor inevvitable de la-s renuncia-s... la vida de pareja se convertirá en un DISPARADOR EFICIENTE del desarrollo personal e interpersonal
 
(En esta dirección se orienta el contenido del post tras-anterior)
 

 

¿ POR QUÉ LAS PAREJAS, QUE REALMENTE SE AMAN, SE HACEN SUFRIR? - 1

Tiempo atrás una paciente me regaló un afiche con una rosa esplendorosa y un eslogan que decía: EL VERDADERO AMOR NO HACE SUFRIR.  ¿Es esto posible y es verdad?
Mi respuesta será un poco extensa, por lo que se la ofreceré en dos post consecutivos (1 y 2)

Nos hacemos sufrir con nuestros comportamientos y, entonces, el sufrimiento es efímero, de muy corta duración y no deja la huella del recuerdo.
También nos hacemos sufrir con nuestras conductas y, entonces, la reiteración del comportamiento ofensivo (conducta es la reiteración de algún comportamiento) empieza a dejar huella y genera mecanismos reactivos "de muchas formas y colores" y comienzan las dudas de si por amor hay que tolerar y olvidar las molestias que nos causa la pareja o no hay que tolerarlas.
Pero, cuando nos hacemos sufrir habitualmente, predeciblemente y recíprocamente, entonces nos cuestionamos si hay amor y si el amor tiene que ser sufriente o, por el contrario, el verdadero amor no debe hacernos sufrir.
Aclarar estos cuestionamientos e interrogantes requiere de conceptos precisos sobre cómo se generan los comportamientos, las conductas y los hábitos, por igual si son aflictivos que si son gratificantes, porque son aprendizajes.

Lo primero que hemos de tener en cuenta es que “lo que vivimos o hacemos “ a nivel de los ribosomas de nuestras neuronas, establece núcleos corpusculares de memoria de los aprendizajes que las vivencias y comportamientos han condicionado. Toda vivencia se transforma en aprendizajes.
 Estos aprendizajes neuroquímicos, multiplicados por las conexiones dendritales en conexión con otras experiencias y aprendizajes correspondientes o similares, con los que pueden establecer relación de similitud… se repetirán en nosotros, sí o sí, salvo que estemos en estado de alerta para modificarlos, para cambiarlos por otros contrapuestos o para canalizarlos hacia experiencias creativas, que nos sirvan de compensación ante las pérdidas que los cambios nos imponen. Los cambios  -siempre nos imponen emoción y conciencia de pérdidas- que nuestro cerebro se niega a aceptar. Esta negación del cambio es lo que denominamos “espacios de confort o bienestar" y es lo que expresa la sabiduría popular cuando dice “preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer".

Los cambios que intencionalmente nos imponemos, generan en nosotros conciencia emocional de frustración  que transformamos en comportamientos agresivos dirigidos hacia los demás, hacia nosotros mismos o en ambas direcciones  (a causa de los sentimientos o complejos de culpabilidad que podamos experimentar). Frustración y agresividad son concomitantes, siempre, con mayor o menor intensidad pero la dupla es inevitable sin importar si los controlamos o no.
 
Cuando los comportamientos o vivencias son caracterológicos, orgánicos o metabólicos, los aprendizajes tienden a fijarse como indelebles y a establecerse en nosotros como mecanismos obsesivos y/o adictivos. Las obsesiones son siempre adictivas, sin importar si nos causan bienestar o perjuicios porque tienen su raíz en el instinto de supervivencia del que pocas veces tomamos conciencia.
 
Cuando el proceso de aprendizaje hunde sus raíces en los modelos que tuvimos (o nos impusieron) en la infancia y/o adolescencia, difícilmente nos percatamos de la dependencia en que estamos y, consiguientemente, no valoramos la moralidad de los mismos con objetividad. En consecuencia no solemos tener conciencia de lo negativo de ellos ni del dolor que causamos en los que nos rodean. En estos casos nuestra conciencia queda adormecida por la-s costumbre-s.

Los cambios comportamentales, opuestos a los aprendidos inicialmente, no se consolidarán antes de 6 meses de ejercitación y si en este período se presentan recidivas, el tiempo de remisión del aprendizaje antiguo y consolidación del nuevo se ha de contabilizar otra vez, como nuevo período de 6 meses,  hasta lograr romper toda recidiva.  (un ejemplo del organismo, al respecto, es la menopausia; no se fija sino luego de 12 meses contados a partir del último sangrado, sin importar si es mucho o poco o si ha habido saltos de meses en la no presencia de sangrado)

Luego de la remisión trabajada a través del aprendizaje de nuevos comportamientos (y contrapuestos a los iniciales), habrán de ser objeto de vigilancia, análisis y evaluación con una periodicidad no menor de un año; de otro modo los aprendizajes iniciales se reactivarán espontáneamente o motivados por acontecimientos o personas nuevas, pues ningún aprendizaje se extingue completamente.

A la luz de estos 7 criterios hemos de analizar los comportamientos propios y los de los demás, sin importar que nos parezcan episódicos o circunstanciales, buenos o malos, leves o graves. Estos criterios de valoración moral, son irrelevantes pues todos son acumulativos.  Habremos de descubrir los mecanismos de aprendizaje que encubren y así juzgar su valor, para nosotros, nuestros proyectos de vida y para el valor que pueden tener para los demás. 
 

jueves, 20 de septiembre de 2018

LA "PALABRA DADA" Y LA RENOVACIÓN DE SU PUESTA EN VALOR, ASEGURA LAS FIDELIDADES DE LAS PAREJAS


La comunicación saludable entre las personas comienza hablando, usando la palabra, dialogando.

Y todo ENTENDIMIENTO comienza con LA PALABRA, con una palabra: SÍ, que equivale a decir "he descubierto el valor que, para mi, TU tienes.
Así comenzó la relación con nuestra pareja de vida; se inició descubriendo la bondad, la belleza y las virtudes de la otra persona y se lo reconocimos hablando, dialogando.

Y una vez que entre ambos hubimos intercambiado la admiración mutua y la confesión de que con la otra persona creíamos y queríamos enriquecer mutuamente nuestras bondades, nuestras bellezas y nuestras virtudes… establecimos un acuerdo: EMPEÑAMOS NUESTRA PALABRA para hacer eficiente el enriquecimiento que soñamos, y confesamos públicamente que estábamos EN-AMORADOS, es decir, LA PALABRA empeñada hizo que nos FUSIONÁRAMOS, POR AMOR, EN EL AMOR.

Ahora bien, “la palabra empeñada” puede estar sellada, o no, por un "contrato público", o por un "sacramento" para los teístas; en ambos procedimientos  guiados por los criterios de VERDAD, CREATIVIDAD Y FIDELIDAD.
( la palabra sacramento significa juramento y de manera impropia es llamado, entre los cristianos, sacramento del matrimonio, porque debería ser llamado Sacramento de la Esponsalidad, regido por los criterios de la Palabra de Jesucristo, expresada en los evangelios).
 
- Verdad; nuestra palabra, lo que dijimos, lo que prometimos, lo hemos hecho ante la sociedad o  ante la sociedad y Dios  (para los teístas cristianos... “la Palabra estaba con Dios y era Dios”); hemos puesto por testigo a la Sociedad o a Dios, de que la cumpliremos.

Creatividad; Nuestras palabras, nuestras conversaciones tienen que producir vida y no muerte; gozo y no dolor; reconocimiento del valor del-a otro-a y no rechazo y humillación; obras buenas y no criticonería o chismorrería. (para los cristianos... En Él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad”); nuestra palabra nos compromete a crear formas de vida.

 - Fidelidad; la palabra ha iluminado el desarrollo de la humanidad y la ha guiado hacia la personificación de la humanidad a través del desarrollo de los “derechos humanos” para que todos seamos tratados como personas. (para los cristianos   “Esta luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no han podido apagarla” a lo largo de la historia del cristianismo, sino por el contrario) Nuestra palabra empeñada tiene que honrar y desarrollar a nuestra pareja reconociendo sus derechos en todo lo que ella tiene y en todo lo que es y en todo lo que ella vale: es decir, en la expresión de su cuerpo, en su desarrollo psicológico y en su vida espiritual.
(nota: las sentencias evangélicas corresponden al evangelio de S Juan, capítulo 1; 1-5)

Pero es cierto y evidente que el paso del tiempo no nos favorece para lograr estos objetivos y nos va llenando de cansancio, porque “hasta lo bueno cansa” ("buena es la gallina pero, a diario, amarga la cocina" reza un refrán)  y necesitamos, periódicamente, tomarnos tiempo para re-avivar el valor de la “palabra empeñada”.

Como todo en la naturaleza cósmica y en la vida funciona en base 3, les propongo que cada 3 meses, dediquemos 3 semanas para la restauración de la FIDELIDAD a la “palabra empeñada”.  El método es sencillo: nos vamos a fijar en el cuerpo, en la psique y en el espíritu de nuestra-o esposa-o, o pareja, de la manera siguiente

-          Primera semana, cada día vamos a estar atentos para descubrir la belleza, la bondad y las virtudes que nos inspira su cuerpo, su mente y su espíritu,  y se lo diremos al final de cada día… “hoy me ha gustado en tu cuerpo… en tu mente… y en tu espíritu…

-          Segunda semana, cada día vamos a pedir a nuestro-a esposo-a, o pareja, lo que queremos que haga en beneficio de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestro espíritu y se lo pediremos al comienzo del día… hoy quiero recibir de ti en mi cuerpo… en mi mente… y en mi espíritu…

Con la preparación de estas dos semanas, tendremos la autoridad moral para pedir cambios a nuestra-o esposa-o, o pareja.

-          Tercera semana, cada día vamos a pedir a nuestra-o esposa-o o pareja, al comienzo del día,  lo que deseamos que cambie PARA SU BIEN-ESTAR … hoy te propongo que cambies en tu cuerpo… en tu psique… y en tu espíritu.

Este método será eficiente para re-avivar mutuamente las FIDELIDADES, a la “palabra empeñada”, desde las 3 dimensiones que tiene nuestra persona. La dificultad para ejercitar el método propuesto se presenta en tres momentos: decidirse a hacerlo -en pareja-; perseverar los 3 primeros días hasta romper el "no sé como hacer"; salir de nuestra pereza.
 
Terminada estas experiencia podremos cantar el salmo 33, cada 3 meses, reconociendo la belleza de nuestra "palabra empeñada y restaurada" en nuestras vidas VERACES, FIELES y CREATIVAS:
 
 
La Palabra del Señor es verdadera
Y sus obras demuestran su fidelidad,
Por la Palabra del Señor fueron hechos los cielos
Por el soplo de su boca, todos los astros
(Sal. 33, 4 y 6)



lunes, 10 de septiembre de 2018

ANTIDEPRESIVO EFICIENTE…VIVIR DIALOGANDO

No pretendo con el contenido de este post ofrecerles ni el antídoto ni la cura universal para todas las formas de depresión, pero sí para las dos formas de depresión más frecuentes en nuestro tiempo: la depresión melancólica y la depresión reactiva.

Es claro lo que dice la sabiduría popular... "los males nunca vienen solos" y, claro está, la acumulación de los "males" nos causa, en el mejor de los casos, fatiga y frustración.

Si fatiga... el riesgo es la depresión melancólica, es decir, la visión sesgada de todo, de todos y de cuanto nos ocurre, desde la perspectiva (o mecanismos de defensa) del NO (no puedo, no hay remedio, no necesito), de la HUIDA (esperemos a ver qué pasa, más adelante, mañana veo), del DESALIENTO (me siento morir, esto no es lo que pactamos, es injusto, no valgo, nadie me necesita).

Si la frustración... la consecuencia es la depresión reactiva o agresividad contra nosotros mismos o contra los demás, o las dos cosas juntas. 


- Contra nosotros, poniéndonos las trampas de dejar de ser lo positivos, lo valiosos, lo rectos, lo íntegros y lo honestos que habitualmente somos.  En suma poniéndonos en la tentación de hacer las cosas mal o menos bien de lo que podemos hacerlas porque... "para lo que sirve que nos sacrifiquemos... al final sacan provecho todos, menos nosotros... todos disfrutan menos yo... soy un tonto-a útil"  Y, consiguientemente, terminamos haciendo como los demás o como creemos que actúan los demás. Nos hipotecamos, en fin de cuentas con el peor banco: "como los demás". Porque hemos aprendido a experimentar miedo de ser diferentes de los demás y de vivir en soledad.
- Contra los demás, porque nos dan motivos para indignarnos y a los que tenemos que responder con fuerza, con signos de poder "para que no confundan bondad con debilidad".  Todo puede ser cierto y justificado (es decir, nos mentimos elegantemente porque ocultamos, con el poder, nuestros miedos) pero no dejará de ser una expresión de debilidad que ejercitaremos con mayor fuerza contra los más débiles (contra nuestros hijos, contra nuestra pareja, contra nuestros subalternos en el trabajo, contra nuestros ancianos, contra nuestros vecinos) y, con mayor cautela, contra los fuertes para pactar con ellos hasta tener una mejor oportunidad (contra nuestros empleadores, contra nuestros políticos, contra nuestros financiaros, contra cualquier autoridad jerárquica -civil o religiosa-).
En suma, porque nos es más fácil obrar como humanos que manifestarnos como personas humanas (saliendo de nosotros, de nuestras conveniencias, de nuestras formas de pereza para escuchar a los que nos rodean).

Las alternativas saludables ante estas expresiones contrapuestas de depresión son:

  1. ... el tiempo de silencio sanador (de nuestras ansiedades caracterológicas), seguido del diálogo que necesariamente debe comenzar con el perdón misericordioso porque de lo contrario, el silencio no habrá sido sanador sino auto-torturador mental. “Perdonar setenta veces siete” (sentencia evangélica).  Porque el mal del pasado no será, nunca, reversible ni cuantificable (ni mucho, ni poco, ni mediano) "Al mal paso, ponle prisa; lo pasado, pasado queda" se suele decir en el argot popular.
  2. ... escuchar a los interlocutores.  Probablemente en lo que oigamos habrá algo bueno y algo malo, algo verdadero y algo falso.  Lo inteligente es rescatar lo que de positivo nos ofrezcan para tomar decisiones nuevas y asumir el riesgo de las mismas. “Sabio es quien sabe usar de lo nuevo o de lo antiguo según convenga”  (sentencia evangélica). Porque no es sabio el que triunfa sino el que construye.
  3. … tender puentes, una y otra vez, sin desfallecer, ofreciendo oportunidades nuevas de diálogo, “sin desmayar” ante las formas diversas de acogidas y de rechazos que recibamos. Porque lo inteligente es saber perder o RENUNCIAR a nuestras apetencias legítimas, para seguir viviendo con la libertad de la VERDAD y con el método de la HONESTIDAD. “busquen (en plural, en comunidad, en conjunto) la verdad; ella os liberará”  (sentencia evangélica). Porque no hay mayor esclavitud que las esclavizaciones de la historia; que las esclavizaciones de las modas (estéticas, temático-intelectuales y científicas) y, que las esclavitudes de nuestras manías de carácter y de nuestra manías de personalidad.
La competitividad, tan de moda en nuestro tiempo, frente a las manifestaciones de la depresión, no es saludable porque cualquier forma de agresividad (contra otros) repercute negativamente en el logro de objetivos constructivos que sólo se pueden alcanzar en grupo, en comunidad (o  agresividad contra nosotros) porque mortificarnos (provocarnos formas diversas de muerte) nos destruye sin sentido. El sacrificio (hacer sagradas nuestras acciones) de las apetencias personales en favor del diálogo, es la forma eficiente de antidepresivo psicológico.

Tener algún interlocutor que consideremos válido tanto para el tiempo de silencio de nuestro carácter como para el diálogo subsiguiente, puede ser muy positivo pues nos puede ayudar, metodológicamente, a salir de nuestras “manías psico-intelectuales” pero no podrá evitarnos los costos que el diálogo siempre tiene y que nuestra mente contabiliza de forma falaz, mentirosa, histéricamente… como pérdidas.

Recordemos, al respecto, que hemos de saber perder y morir… para seguir viviendo.

domingo, 19 de agosto de 2018

LAS FIDELIDADES EN LA VIDA DE LAS PERSONAS Y EN LA VIDA DE LAS PAREJAS, ¿CÓMO SON?: "LA VIDA EN UNA SOLA DIRECCIÓN"

Cenando en USA el camarero, que algo de español entendía, se dio cuenta de lo que hablábamos con mucha alegría, con nuestros contertulios: teníamos 42 años de casados, y preguntó con afabilidad y respeto: what`s de secret?  Le respondí: it`s easy... aur life in one way, that`s the secret LA VIDA EN UNA SOLA DIRECCIÓN, ese es el secreto.

La fidelidad y la infidelidad, en la vida de las parejas, habitualmente se entiende como tener o no tener relaciones genitales con otras parejas distintas. Y de esta manera, en términos prácticos, nos valoramos y reducimos a ser individuos de la cintura para abajo.

La fidelidad etimológicamente en latín se expresa como "fides estis =  Uds. se tienen fe" y tener FE, no es lo mismo CREER; FE es estar adheridos, unidos, a otra-s persona-s (para crecer juntos); en tanto que CREER en una persona es imponernos una forma de pensar, siempre desde la duda, para buscar CERTEZAS o formas de la verdad o falsedad que se esconde en esa persona. 
(Esto es válido tanto para lo antropológico = relación con las personas humanas, como para lo teológico = relación con Dios)
La FE entre personas elimina las dudas; creemos saber cuales son las limitaciones que tienen y nos comprometemos entre nosotros para ayudarnos a crecer, superando las limitaciones mutuas. La FE es una forma de enamoramiento o, mejor dicho, la única auténtica.

Así entendida la FIDELIDAD = TENER FE en las personas... ¿qué abarca la fidelidad ?...
La totalidad de lo que somos. Esencialmente somos: personas, ciudadanos y creyentes (en alguna forma de trascendencia). Por consiguiente la fidelidad en las parejas deberá abarcar estas tres dimensiones o nos seremos infieles.

Ahora bien, como personas estamos compuestos de estructura corporal, estructura anímica o psíquica  y estructura espiritual y cada una de estas tres dimensiones contiene a las otras dos, de forma que nuestro cuerpo tiene alma y espíritu; nuestra psique es corpórea y espiritual y nuestro espíritu es psíquico y corpóreo. Por consiguiente la fidelidad o la infidelidad con una de estas estructuras afecta inexorablemente a las otras dos
Esta complejidad es la razón por la que las infidelidades nos duelen tanto; porque se rompe la FE que nos comprometimos a desarrollar juntos, como personas. (permítanme referirles a mi reiterada forma de distinguir entre ser persona humana y ser, ser humano)

LA FIDELIDAD COMO PERSONAS HUMANAS
La fidelidad corporal: entre personas, consiste en el cuidado y desarrollo de la salud.  En la medida en que nos preocupamos y cuidamos, o no, de la salud de nuestra pareja le seremos fieles o infieles y esto repercutirá, sí o sí, en su salud psíquica y en su salud espiritual.  La salud sexo-genital está aquí comprometida pero no es lo más importante ni la totalidad de la salud corporal.
La fidelidad psíquica: entre personas, consiste en el cuidado, estimulación y aliento, o no, para desarrollar las aspiraciones intelectuales, sociales, laborales, políticas e institucionales de nuestra pareja; de esa forma les seremos fieles o infieles y esto repercutirá, sí o sí, en su salud corporal y en su salud espiritual.
La fidelidad espiritual: entre personas, consiste en el respeto, admiración, instigación  y apoyo, o no, para desarrollar los proyectos que tiene nuestra pareja a fin de perdurar más allá de la muerte; de esa forma seremos fieles o infieles y esto repercutirá, sí o sí, en su salud psíquica y en su salud corporal.

LA FIDELIDAD COMO CIUDADANOS
Consiste en el apoyo alternativo  y continuo  de nuestra pareja, par el desarrollo de lo dicho respecto de la fidelidad psíquica y estará supeditado a las variaciones propias de la edad, de las circunstancia de salud y a las eventualidades históricas que nos toque vivir. Pero en modo alguno se ha de eliminar porque se den circunstancias adversas (hijos, fluctuaciones políticas y económicas, salud, etc.); éstas pasarán y, entonces, se habrán de retomar los objetivos de nuestro desarrollo, como personas humanas.  De esa forma seremos fieles o infieles a nuestra pareja.  Por consiguiente también seremos infieles si no reclamamos a nuestra pareja, el apoyo que necesitemos y si no lo damos, de manera alternativa y proporcional.

LA FIDELIDAD COMO CREYENTES
Consiste en el apoyo alternativo  y continuo  a nuestra pareja, para el desarrollo de lo dicho respecto de la fidelidad espiritual. Por consiguiente también seremos infieles si no reclamamos a nuestra pareja, el apoyo que necesitemos y si no lo damos de manera alternativa y proporcional.

Por lógica con lo expresado, es necesario realizarlo conscientemente y de manera continua durante toda la vida de pareja, para lo cual les ofrezco un método (a manera de estrategia que no pretende ser la única) porque en los procesos de psicoterapia de pareja, por mi implementados, ha probado ser eficiente.
Tiene 3 etapas para poderlas desarrollar una por semana y reiterarlas al comenzar cada trimestre del año; la razón de la reiteración trimestral (en forma consciente y deliberada) es porque los aprendizajes que no se refuerzan tienden a desaparecer.

Condiciones indispensables para el buen funcionamiento de lo que les he propuesto son... LA HONESTIDAD y EL DIÁLOGO; se pueden tolerar las debilidades pero no la des-honestidad y,  se tienen que aceptar las discrepancias para que los diálogos sean honestos, pero no las ofensas. Sin discrepancias y con ofensas... no hay diálogo

Recordemos al respecto que obrar honestamente es...lograr eficientemente objetivos que por igual nos beneficien a nosotros, como a los que nos rodeen.  (nuestra pareja, en el caso que nos ocupa) No es lo mismo ser honestos que ser veraces
Ser honestos exige ser veraces pero siendo simplemente veraces podemos humillar, herir y hasta matar a una persona a nuestra pareja en el caso que nos ocupa  emocionalmente, económicamente, socialmente, políticamente, espiritualmente e incluso físicamente) 
Con la honestidad, en cambio, estos riesgos nunca aparecerán y con el diálogo (desde las necesarias discrepancias) la tolerancia mutua asegurará la honestidad y las fidelidades.

Aur life in one way, that`s the secret = LA VIDA EN UNA SOLA DIRECCIÓN, ese es el secreto de las... fidelidades
 


sábado, 12 de mayo de 2018

A CONTRACORRIENTE de la Psicología Clásica y Post-Modernista: EL CELIBATO Y LA CASTIDAD, valores imprescindibles en una PERSONALIDAD SALUDABLE

En este post pido, a los dialogantes, suplan mis limitaciones en el uso de la tecnología y construyan, mentalmente, un árbol de cuyo tronco se extiendan 3 grandes ramas una hacia la izquierda, la otra hacia la derecha y, del medio de ellas, se generará una tercera "rama vectorial invisible" pero real (en el mundo de la física) y, a su vez, hagan que estas tres ramas iniciales, se proyecten en 3 ramas más delgadas.
 
Imagínense la savia (que alimenta este árbol y ramas) compuesta de 3 nutrientes: acto de ser (como se presenta espontáneamente en la naturaleza); forma de ser (las maneras que la persona humana puede elegir para manifestar su vida a lo largo del tiempo) y, razón de ser (los objetivos que se persigue, con la forma elegida, para manifestarse como persona humana y susceptible de cambio a lo largo del tiempo)
 
- El acto de ser de la vida humana es el celibato; la vida humana nace célibe (tronco del árbol) y no excluye a nadie, ni es exclusivo de alguien.
- El celibato tiene 2 formas visibles de ser, en la persona humana; el celibato permanente o el celibato intermitente (ramas del tronco) y 1 tercera rama invisible pero de contingencia necesaria para la vida saludable: la castidad (para ambas formas, elegibles, para ser personas humanas).
- La razón de ser de las 2 ramas visibles y de la tercera invisible, es una expresión distinta para cada rama, pero complementarias necesariamente porque nacen del mismo tronco, a fin de llegar a dar frutos sabios en nuestro espíritu, llegar a ser co-creadores con la naturaleza y llegar a ser receptivos con el grupo, con la comunidad, con el diferente.
 
El término celibato deriva del latín, celebis = soltero y tiene la misma raíz que coelis = cielo y que celator = cincelador. Esta trilogía de familia lingüística ha alimentado conceptual e intuitivamente (en las distintas culturas) el peso que se ha dado a las dos manifestaciones temporales del celibato original  y el optativo (permanente e intermitente) y al vector -virtual- resultante (físicamente hablando) de la castidad.
De forma tal que al celibato, según los espacios histórico-culturales, se le han atribuido valoraciones celestiales, mágicas y cinceladoras de personalidades "quasi divinas" o, por el contrario, se le ha responsabilizado de consecuencias culposas, esclavizadoras e inhibidoras de la expresión libre y, por lo mismo, aniquiladoras de la dignidad y de la salud personal. (Me excuso de mencionar nombres concretos para ambas posturas, por razón del espacio de este post que, de por sí, resultará un poco largo y denso)

El celibato permanente es la opción para desarrollarse como soltero (biológica-social-cultural-espiritual y místicamente), auto-deprivándose de todo vínculo sexo-genital a fin de desarrollar la creatividad (en cualquier manifestación y expresión cultural) desde la identidad -volitiva- de persona autónoma y sin dependencia obligatoria.
El celibato intermitente es la opción para desarrollarse creativamente (biológica-social-cultural-espiritual y místicamente) haciendo uso del vínculo sexo-genital - de modo exclusivo y excluyente- aceptando la dependencia obligatoria-interpersonal que de este uso se deriva, al mismo tiempo que asume la obligatoriedad de fidelidad al modo (exclusivo y excluyente) de la  opción hecha. Porque, irremediablemente, habrá  circunstancias eventuales o periódicas, que se nos impondrán a las personas así vinculadas y que se constituirán en períodos de fidelidad... reiterando, de este modo, el uso, forzado-eventualmente por circunstancias temporales, del celibato original de la vida.

Tanto el celibato permanente como el celibato intermitente son, en sí mismas, opciones libres que nos permiten ser y expresarnos como personas humanas y, en ambos casos, tendrán acto de ser, forma de ser y razón de ser, diferentes
La prioridad hegemónica y la valoración correspondiente del celibato intermitente o del celibato permanente, es de carácter cultural y, por lo mismo, su acto de ser, su forma de ser y su razón de ser han ido cambiando y seguirán cambiando a lo largo de la historia y de las latitudes, tanto a nivel individual como a nivel social y/o de los colectivos humanos.
Por esta característica de cambio (individual, socio-colectivo y cultural), las dos formas pueden ser experimentadas saludablemente en su acto de ser, en su forma de ser y en su razón de ser, pero no puede ninguna de las dos formas asegurar la experiencia saludable de la vida personal, social o cultural por más que el celibato nos constituya, porque así nacemos, y después se diversifique.

Para que cualquiera de las dos opciones de celibato sea saludable, requiere de una virtus = fuerza: la castidad.  La castidad es el vector resultante de la conjunción de las dos fuerzas en que el celibato se bifurca. (Hablo, de física vectorial, por analogía)

La castidad ha de ser definida (con carácter universal y despojada de todo cariz cultural) como la virtud-vectorial de la continencia que, por ser la resultante de las dos formas naturales del celibato, tiene como dirección y sentido (o finalidad) ser el equilibrador de todas las formas de expresión de la inteligencia emocional, sobre las que se fundamentan las diversas manifestaciones de la fidelidad humana y de la fidelidad personal.
Su acto de ser es el desarrollo gozoso y jerárquico de las vivencias genital, sexual y de la sexualidad.
Su forma de ser consiste en dar eficiencia al celibato permanente y al celibato intermitente.
Su razón de ser es el sentido intencional para lograr la utopía creativa de perfectibilidad mística, a la aspira la persona humana, sin distinciones.

La castidad a causa del acto, forma y razón de ser, (que le son propias) no es autónoma para la consecución de sus objetivos,  ni es espontánea en la naturaleza del ser humano, pero sí es natural a la persona humana.

Estas limitaciones son las que han hecho que en casi todas las culturas y tiempos la hayan confundido con códigos morales restrictivos de la expresión genital y casi todas la han subvalorado y denostado hasta considerarla signo patológico en lo individual y expresión social de vergüenza, por la esterilidad que conllevaba, o como  signo teológico de culpabilidad. Y a quienes la asumían como opción de vida desde el celibato permanente han sido considerados como santones dignos de veneración o como excéntricos y portadores de psicopatías en mayor o menor grado.

Pero de la savia de la castidad se nutren (a la vez que es generada en relación biunívoca) del acto, forma y razón de ser del celibato permanente y del celibato intermitente, contingentemente consustanciales a la vida humana y a la vida de las personas humanas. (Podría haber sido de otra manera, pero no lo es)

Del celibato intermitente (en interacción personal-física y fisiológica) su acto de ser es la matrimonialidad, generatriz de vidas; su forma de ser es la conyugalidad, alentadora de las empresas vitales  y,  la razón de ser es la esponsalidad, aliviadora del lastre de la historia y del carácter de las personas.

Del celibato permanente  (en interacción personal-volitiva-moral y ética) su acto de ser es la continencia genital y sexual, liberadora para servirsu forma de ser es el desarrollo de valores trascendentes desde la honestidad y,  la razón de ser es el conjunto de expresiones de la vivencia mística, desde el honor.

Así entendidos el celibato, en sus dos formas, y la castidad, son vectores (flechas o sagitas) que habremos de cultivar (con orden dirección y sentido) para poder desarrollar nuestra personalidad de manera saludable.  De cualquier otro modo no se podrá cultivar, ni en la vida de interacción ni en el fuero interno, ninguna de las expresiones de fidelidad.

La inconsciencia del valor del celibato y de la castidad  y la inconsciencia de la necesidad de la educación, preventiva y remedial, de estos valores son, a mi juicio, la razón más importante que explica la escalada social e individual de la agresividad y de la actitud destructiva del momento cultural en que vivimos.

Educar a nuestros hijos en esta dirección exige asumir, con conciencia explícita, la identidad de ser minoría; la auto-segregación-creativa como forma de vivir, socialmente; la expresión gozosa (que no feliz porque eso no existe como estado) con buen humor (saber conjugar el verbo H-amar) y, de manera comunicativa, saliendo de los espacios de comodidad agresivo-pasiva de las minorías .

Este reto tiene, inherentes, dos limitaciones: Primero, es difícil y fatigante si lo desarrollamos solos; se hace más fácil si contamos con el apoyo de otras personas que, como nosotros, hayan asumido este reto. Segundo, hemos de aceptar a priori que, nuestros hijos no necesariamente nos querrán secundar y, por paradójico que aparente ser, aceptar este hecho, será un signo de éxito en la tarea de desarrollar una personalidad saludable..


lunes, 23 de abril de 2018

LOS DOLORES DEL AMOR... ¿SE CURAN CON EL TIEMPO?

Uno de mis pacientes me contó... un cuento: LA ISLA QUE SE HUMDIÓ . Voy a esforzarme por reproducirlo fielmente, para que no se pierdan los detalles que, me parecen de gran contenido denunciador de nuestra triste realidad humana, personal y social y que nos puede ayudar, a cada uno, a auto-reflexión psicoanalítica, saludable. 

"Había una isla en la que habitaban todas las emociones.  Un día la SABIDURÍA dijo a las demás: les aviso que esta isla se va a hundir y tenemos que ponernos a salvo.
¿Cómo se va a hundir si la queremos tanto? ¿No estarás equivocada? le replicaron. Respondió la Sabiduría: yo no me equivoco nunca, la isla se hundirá y si no huimos a la isla cercana nos hundiremos con ella.
Concertaron entre todas la emociones para construir lanchas en las que poder ponerse a salvo... y poco a poco se fueron yendo todas y con ellas se fue la Sabiduría. Todas menos el AMOR que discurría ¿Cómo me voy a ir de aquí donde hemos trabajo tanto y hemos logrado tantos objetivos buenos, bellos y verdaderos?  Yo me quedo porque seguro que se detendrá el hundimiento y luego resurgirá.  Pero cada día se hundía mas aprisa, ante lo cual decidió huir también él, pero no había construido ninguna lancha.
Vio a tres emociones que se habían rezagado pero ya se iban a ir.  Se acercó a la RIQUEZA y le pidió ¿podrías llevarme porque no tengo lancha y ya no me da tiempo para hacerla.  No puedo respondió la Riqueza porque mi barca está llena de oro, plata, piedras preciosas y no tengo espacio para ti.
Se acercó a la VANIDAD y le dijo déjame subir a tu bote porque si no me hundiré. La Vanidad respondió, me gustaría hacerlo pero andas desaseado y andrajoso y afearías mi lancha.
Por fin se encontró con la TRISTEZA que partía cabizbaja y la dijo: puedes llevarme contigo que estás sola?  No, respondió la Tristeza porque es tan profunda mi tristeza que sólo me provoca estar sola; no te podré llevar.
Es Amor estaba resignado a hundirse con la isla por no dejarse guiar por la Sabiduría, cuando estuchó dos ¡ chisss, chisss !  y se volteó.  Era un anciano que le llamaba... sube a mi viejo barquito y te llevaré. Y así fue, le llevó hasta la isla vecina donde se encontró con la Sabiduría y le contó lo ocurrido y como el viejito se alejó en el mar sin esperar siquiera a recibir las gracias lo le producía mucho DOLOR por no saber siquiera el nombre del anciano. ¿Cómo, no lo conoces? replicó la Sabiduría... es el TIEMPO.  Con el tiempo todo se repara, y todo dolor se cura y desaparece.
 
El tiempo todo lo cura porque... "no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que resistirlo pueda".  Los dolores del amor se curan con el tiempo porque... "un clavo saca otro clavo" y
Con el tiempo los dolores del amor se olvidan "porque la vaca se olvida del tiempo en que fue ternera"
 
Lindos aforismos ¿verdad? Pero ¿es cierto esto?  Afirmo que NO... salvo que intervenga un traumatismo encéfalo-craneano:  el tiempo -solo- no hace olvidar el dolor del amor y el tiempo -solo-  tampoco puede curar un amor herido
 
- No podemos olvidar el dolor del amor porque la vivencia del dolor genera en nosotros distinto tipos de aprendizajes y, por sí mismos, prácticamente ninguno de esos aprendizajes es saludable.  Es la razón por la que, aún estando en alerta para no repetir lo que a nosotros nos hizo sufrir, nos sorprendemos repitiéndolo con otras personas, u observando como quien ha sufrido hace sufrir, a su vez, a otras personas o, cuando menos, nos sorprendemos intentando hacer sufrir a quienes consideramos inferiores a nosotros, de diferentes maneras.  Espontáneamente (con el tiempo) sólo nos detenemos cuando calculamos que podemos perder, nuevamente si herimos el amor de otro-a.
- El tiempo -por sí solo- tampoco cura el amor herido porque no se puede olvidar el dolor del amor y, por el contrario, perdura en los individuos y en los pueblos como emociones de RESENTIMIENTOS y, frecuentemente, como emociones de ODIOS.  Lo digo en plural porque con el tiempo van variando las expresiones de los resentimientos y de los odios, en los individuos y en los pueblos (guerras, xenofobias, venganzas, revanchas).
 
Para superar el dolor del amor necesitamos, a más de tiempo, transformar ese tiempo en un espacio de SILENCIO CREATIVO. Es decir, el silencio-creativo frente a la experiencia del dolor, nos exige  avocarnos a desarrollar algún proyecto... -personal o colectivo, social o político, religioso o místico- que nos permita tener éxito y disfrutar de lo que hacemos (para esto no se necesitan dinero ni comodidades); sin éxito y sin disfrute nuestro cerebro nos impulsará a desarrollar conductas agresivas-compensatorias para con nosotros mismos o para quienes nos rodean.  Sin éxitos y disfrute nos seguiremos esclavizando del dolor del pasado mediante odios y resentimientos.
 
Considero que aprender nosotros y enseñar a nuestros niños el valor de la creatividad y del silencio es mucho más importante que aprender y enseñar destrezas y competencias, porque ni las unas ni las otras nos podrán evitar la experiencia del dolor del amor... con los riesgos que conlleva esta realidad. El dolor del amor es consustancial al existir, en mayor o menor grado; por eso es inevitable. Ahora bien, necesario es decir que el desarrollo de las destrezas competitivas no están reñidas con el silencio creativo.
 
Pero permítanme ser enfático en exaltar el valor del silencio-creativo porque estos valores ni siquiera figuran en la lista de las escalas axiológicas formales y, a nivel de las instituciones educativas... no se cultivan y hasta se consideran como metodologías trasnochadas y represivas.
Hemos de ser los padres quienes incentivemos en nuestros hijos, en nuestro hogares, el ejercicio del silencio creativo -exitoso y gozoso- como método preventivo y terapéutico para enfrentar saludablemente el dolor del amor inevitable.
Para quien esté enamorado por mientras lee este post, le resonará lo dicho, sobre el inevitable dolor del amor, como poco aceptable y como expresión de la depresión de la vejez.  "Es comprensible que no lo creas pero lo experimentarás tan pronto te hayas "curado" de la fiebre del enamoramiento erótico-emocional y esto te sucederá irremediablemente". Cuando así te suceda, relee este post; te hará bien.
 
Si alguien reconoce que lo dicho en este post es real y bueno pero... que no sabe cómo se hace el silencio... y que éste sea creativo... y que la creatividad sea exitosa y gozosa, es señal inequívoca de estar siendo tiranizado por el dolor del amor.  Necesita aprender la técnica del silencio-creativo y la mejor manera es hacerlo en grupos terapéuticos, en comunidades terapéuticas, en asociaciones vivenciales;  solos y por tentativa-error es muy difícil lograrlo porque es muy fatigante pues hacer "Juanote lo que debió aprender Juanito" resulta ser tarea de largo aliento.
 

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