domingo, 24 de noviembre de 2019

EL MAL, o LO MALO, o EL MALO - 3 - EL MALO



EL MALO es: la personificación del ser, al que estamos sometidos inconsciente o preconscientemente para hacer lo malo o para hacer el mal.



Psicológicamente hablando, es la personificación del inconsciente colectivo que condiciona nuestra inteligencia emocional y/o nuestra consciencia cognitivo-racional y que nos "obliga colectivamente" a afirmar como bueno lo que, no siéndolo o siendo abiertamente malo, se ha hecho un comportamiento general, democrático y/o legal. 

Hay muchos ejemplos pero, para no ofender la inteligencia de alguien, pondré 3 referentes con los que podremos fácilmente estar de acuerdo: la guerra declarada, la reivindicación social violenta y la promiscuidad sexual. Estos tres referentes invaden nuestro inconsciente colectivo, actualmente, en todos los estamentos sociales, institucionales (civiles y religiosos) y legales.

- La guerra, la bondad de la defensa legítima, por la guerra... ¿Alguien puede defender en su sano juicio que la guerra es un bien? ¿A quién beneficia, honestamente, la guerra, si lo primero que se mata es la verdad? ¿Y qué guerra no queda impune, si se obliga a las generaciones posteriores a estudiar la legitimidad de la misma?

Pues no obstante esto, en el siglo XXI no hay Estado que no se prepare para la guerra, ni nación económicamente poderosa que no fabrique, subvencione y venda armas.

Es la forma más eficiente de alimentar el inconsciente colectivo de autoafirmación y de identidad nacional y patriótica, que opaca y anula la obligación de buscar el bienestar, de superar lo malo, tanto a nivel de las instituciones como a nivel subjetivo e individual.

Luego de este logro en el manejo del inconsciente colectivo que llamamos identidad nacional o patriótica, es lógico que aparezcan formas de "guerras justificadas" en el orden interpersonal a las que llamamos violencia familiar o violencia de género o violencia ciudadana.  Son en realidad formas de guerra que cada grupo humano justifica a su manera. Una de ellas es la siguiente...

- La reivindicación social violenta, justificada (y bien sabemos que toda justificación es una forma elegante de mentir) y propiciada por la pasividad y sordera del ejercicio político y por la lentitud (que es una forma de corrupción y de ejercicio de corruptelas) de los sistemas jurídico-legales.

Son siempre formas -soterradas- de encubrimiento de robos perpetrados desde el ejercicio del poder político, financiero y jurídico-legal, que explotan, mancomunadamente, el inconsciente colectivo para lograr identificar "como enemigos creadores de los malo que nos afecta", a los diferentes, cuando el origen de lo malo se encuentra en la deshonestidad de las vidas de quienes ejercemos el poder (desde el poder familiar hasta el poder de todas y cada una de las instituciones).

Estos modos de manipulación del inconsciente colectivo son formas de "el malo" eficiente, que logran acallar la conciencia de la obligatoriedad personal de alcanzar el bienestar que abarque a todos los que nos rodean, para así ser honestos.

- La promiscuidad sexual es el señuelo (que define al inconsciente colectivo-universal) del bienestar del siglo XXI.

La conducta sexual, inherentemente social por las 3 dimensiones que la constituyen (gozo fisiológico, comunicación-creativa-interpersonal y proyección procreativa-condigna) ha venido a ser considerada -universal y consensualmente- un derecho privado e individual para disfrutar del bienestar a nivel de gozo fisiológico, casi exclusivamente. Rara vez se vive como un valor de comunicación-crativa-interpersonal, es decir, de un proyecto de vida conjunto, firme, y estable, y la dimensión procreativa-condigna está en desuso y sólo librada al azar, a la eventualidad, a la que se la amenaza con "condena de muerte"... justificable en todos los niveles de la conciencia.


Esta definición del inconsciente colectivo del siglo XXI, (de "el malo") propalada por los medios masivos de comunicación social con desconocida eficiencia hasta este momento de la historia, ha quebrado toda norma moral, toda norma jurídica y toda consciencia mística: no es la vida la que prima y se propicia con la vivencia sexual-promiscua; son la subjetividad y el solipsismo.

¿Cómo superar estas expresiones -colectivas- del mal, de lo malo y de el malo?

Contraponiendo, a la insconciencia del inconsciente-colectivo, que se guía por el colectivismo siempre oportunista de la moda democrática, la consciencia personal, crítico-intencional, mancomunada con la acción correctiva de UN MODELO que sirva de guía a nuestro actuar honesto.

LA VERDAD Y LA HONESTIDAD NO SON DEMOCRÁTICAS; SON PERSONALES



EL MAL, o LO MALO, o EL MALO - 2 - LO MALO



LO MALO es: cuanto de perverso, mal intencionado o ignorantemente hacemos, o lo que no hacemos y deberíamos hacer y que va en desmedro del bienestar de la naturaleza o contra nuestro organismo o en contra del bienestar de los demás... sin importar cual sea el marco de referencia ideológica o conceptual o religiosa que digamos tener.



Lo malo, en el contexto social, es todo comportamiento DESHONESTO. La honestidad es (para mi) el comportamiento pragmático actitudinal y habitual de: "luchar para lograr objetivamente éxito, que por igual nos beneficie a nosotros que a quienes nos rodean". 



Ni las buenas intenciones bastan ni el obrar con veracidad es suficiente para ser honestos y superar lo malo, porque con las buenas intenciones ocultamos lo malo que tiene nuestra pereza y no lo superamos, y con la sola veracidad podemos matar la vida en cualquiera de sus formas, y matar la vida es la expresión máxima de lo malo.



Ser honestos y superar lo malo, sólo podremos conseguirlo con la actitud de escuchar y con la aceptación de la corrección de los demás; solos, no podemos ser honestos porque seremos atrapados por la pereza de nuestro carácter ante el esfuerzo que nos exige el vencer las dificultades (siendo diferentes del común denominador de la gente o yendo contracorriente o contra la moda) y por el miedo a perder oportunidades de bienestar individual, social o económica. 


El miedo y la pereza son los padres de la mentira... y de lo malo.


Si reconocemos en nosotros miedo o pereza, es signo de que no somos honestos y formamos parte de lo malo. Tenemos la obligación, impuesta por la vida, de superar nuestros miedos y nuestra pereza


Necesitamos pautas, modelo y corrección, sin importar cuanta edad tengamos o cuan cultos seamos; el individualismo del modernismo, el solipsismo del post-modernismo y el ateísmo-sagrado (como último grito de la moda intelectual-filosófica) no nos permiten ser honestos, porque nos encierran en nosotros mismos, en nuestros miedos y en nuestras perezas y, por consiguiente, no nos permitirán superar lo malo.

En mi vida sólo he visto personas honestas, en las personas sabias, que, por desgracia, han sido muy pocas porque no es lo mismo ser persona instruida, que persona culta, que persona sabia; los tres conceptos no son contrapuestos pero no se implican necesariamente. 

De hecho he encontrado personas sabias entre personas con escasa instrucción que suplían su limitación con la honestidad de vida, a toda prueba. Y, por el contrario, me topo a diario con hombres y mujeres que haciendo gala de buen nivel cultural, carecen de honestidad de vida y brillan por su intelectualidad que ponen al servicio del poderío legal, social y económico. 
Muy pocas veces he podido admirar personas con alto nivel de instrucción y cultura que, en su vida, hagan gala de honestidad (al modo como ya la he definido) y de las que haya podido decir: "rezuma sabiduría", aunque sí he reconocido en ellas la ostentación de erudición (valiosa, por supuesto pero nada más).

Luchar por vencer LO MALO que hay en nosotros y en las instituciones que nos rodean o de las que formamos parte, exige de nosotros 3 actitudes o disposiciones permanentes: - Estar dispuestos a ser diferentes, sin jactancias... - Buscar el apoyo de un colectivo que sintonice con nuestra actitud para constatar que no estamos solos, y... - Perseverar siguiendo un modelo; no imitándolo o replicándolo sino siguiendo su espíritu.


Por último...Educar a nuestros hijos en este tenor de vida es una actitud heroica, sin lugar a dudas, que muy difícilmente tendrá reconocimiento.

EL MAL, o LO MALO, o EL MALO - 1 - EL MAL

Se dice que estamos, desde hace tiempo, viviendo la 3ª GUERRA MUNDIAL, no declarada al igual que está soterrada y por eso tampoco está declarada UNA CONFLAGRACIÓN MUNDIAL (o varias, en y entre, Oriente y Occidente y en y entre los países del Norte y los del Sur)

¿El mal se ha desencadenado entre la naturaleza y los seres humanos?, o ¿estamos expuestos e indefensos ante lo malo del ser humano?, o ¿existe alguien malo con estructura de persona subjetiva y/o de persona social que nos circunda hasta someternos y hacernos inconscientes de su existencia?

Es frecuente en nuestras conversaciones y saludos preguntar ¿cómo te va? o ¿cómo estás? Las respuestas pueden ser muy variadas y unas verdaderas y otras  no, pero pocas veces respondemos con la afirmación de estoy mal, me va mal.  La mayor parte de las veces decimos que nos va o que nos sentimos bien, pocas veces decimos que nos va más o menos y muy pocas veces decimos ...  estoy mal o me va mal. Preferimos ocultar el molestar que nos aqueja o lo mal que nos va... por muchas razones a pesar de que, al ocultar la situación que afrontamos,  nunca obtenemos beneficio alguno, de ningún género.

Psicológicamente, a este comportamiento se le conoce como "mecanismo de defensa de negación" porque lo que pretendemos es defendernos de algo o de alguien, negando la existencia de aquello que consideramos negativo para nosotros o para nuestra vida. En general nos ocultamos tras del "biombo" de nuestra imagen; no queremos que nos compadezcan, que nos vean débiles o que piensen mal de nosotros... sin importar que al comportarnos de esa manera, no cambia nuestra realidad e imposibilitamos que alguien pueda ocuparse positivamente de nosotros, de alguna forma. Preferimos estar solos con nuestro malestar que ser objeto de compasión o de crítica. La VERDAD BRILLA POR SU AUSENCIA.

Sociológicamente, por el contrario, agrandamos la imagen de nuestros males; como productores, comerciantes,  extractores y trabajadores asalariados, nunca es suficientemente bueno o grande lo que hemos conseguido; siempre se está suficientemente mal porque siempre podríamos haber estado mejor o porque a otros les ha ido mejor que a nosotros.  De esta manera nuestra actividad y valoración, desde la interacción social y ante las realidades político-sociales, se incrementan. El problema es que esta inflación que hacemos, de nuestra valoración y actividad social, no puede ser sin límites y alguien tiene que pagar por el desequilibrio entre la realidad objetiva negada y por las diferencias comparativas de unos para con otros; nada es gratis.  En psicología social recibe el nombre de "mecanismo de defensa proyectivo" cuya expresión es la lucha de clases, las reivindicaciones sociales excluyentes  y las personas descartables.  La VERDAD BRILLA POR SU AUSENCIA, nuevamente.

Estética, Ética y Espiritualmente está de moda valorar solamente, o casi solamente, la experiencia del placer en todas las formas posibles y el "ateismo-sagrado" (en expresión de Feliciano Mayorga), lo que da lugar a la anarquía axiológica o, dicho de otro modo, se da lugar a la no valoración ni del "Rey ni de Roque"; ni de Dios ni de Satanás. Sólo se valora, como existente, lo que es disfrutable por el tiempo que dure o que podamos disfrutarlo sin que tengamos que valorar los métodos usados para lograrlo; pero esto sí, se acentúa y reafirma que será válido lo que pensemos, apetezcamos  o hagamos, tanto en cuanto no se haga daño a nadie... como si tal cosa fuera posible... y así,  nuevamente la VERDAD BRILLA POR SU AUSENCIA.

EL MAL,  LO MALO y EL MALO son tres conceptos, referidos a tres realidades, que conviene diferenciar para saber de qué maneras nos afectan, y como afrontar sus consecuencias en nuestra vida psíquica, en nuestra vida social y en nuestra vida espiritual.

(por la extensión del tema, lo dividiré en tres post; uno por cada enunciado)

EL MAL es: toda manifestación de muerte (orgánico-biológica y/o psíquico-anímica y/o espiritual-trascendente) y es parte constitutiva e insoslayable de todo organismo vivo; la vida y la muerte guardan ente sí relación de contingencia necesaria, no se da la una sin la otra. Y ante esta realidad inexorable (término que significa, realidad a la que es inútil suplicar que sea de otra manera) hay muchos que se plantean la pregunta de qué hace Dios, o si existe Dios, o si Dios forma parte del mal, porque no soluciona el mal, el dolor, las desigualdades, las injusticias, las guerras y las catástrofes de la naturaleza. 

Es absurdo torturarnos mental o espiritualmente, ante la impotencia que experimentamos frente al mal, porque forma parte constitutiva del existir.  Como igualmente es absurdo detenernos a experimentar nausea y repugnancia ante la existencia del mal porque el existir, la vida es valor mayor que el no existir y la muerte, en abierta contraposición con las tesis existencialistas y las nihilistas. 

Ante el mal, inherente al existir, sólo hay una respuesta saludable: luchar por superarlo, alcanzar el BIENESTAR (como contrapuesto del mal), pero siempre relativo y efímero; nunca el bienestar como valor o estado absoluto. 

 El bienestar no es tarea individual ni de una generación. A nuestra generación nos corresponde asumir la línea base de bienestar que la generación anterior nos dejó, para superarla, y legar a la próxima generación nuestro logro de superación, como su próxima línea base.

La vida no nos otorga derechos pero sí los medios para tener bienestar relativo, para ser felices superando todas las limitaciones; la felicidad consiste en superar las limitaciones, cualesquiera que éstas sean,  en aceptar que tendremos límites al hacerlo y que a otros les corresponderá superarlos. Cualquier otra actitud sólo nos reportará el sufrimiento de nuestra impotencia. 



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