domingo, 24 de noviembre de 2019

EL MAL, o LO MALO, o EL MALO - 1 - EL MAL

Se dice que estamos, desde hace tiempo, viviendo la 3ª GUERRA MUNDIAL, no declarada al igual que está soterrada y por eso tampoco está declarada UNA CONFLAGRACIÓN MUNDIAL (o varias, en y entre, Oriente y Occidente y en y entre los países del Norte y los del Sur)

¿El mal se ha desencadenado entre la naturaleza y los seres humanos?, o ¿estamos expuestos e indefensos ante lo malo del ser humano?, o ¿existe alguien malo con estructura de persona subjetiva y/o de persona social que nos circunda hasta someternos y hacernos inconscientes de su existencia?

Es frecuente en nuestras conversaciones y saludos preguntar ¿cómo te va? o ¿cómo estás? Las respuestas pueden ser muy variadas y unas verdaderas y otras  no, pero pocas veces respondemos con la afirmación de estoy mal, me va mal.  La mayor parte de las veces decimos que nos va o que nos sentimos bien, pocas veces decimos que nos va más o menos y muy pocas veces decimos ...  estoy mal o me va mal. Preferimos ocultar el molestar que nos aqueja o lo mal que nos va... por muchas razones a pesar de que, al ocultar la situación que afrontamos,  nunca obtenemos beneficio alguno, de ningún género.

Psicológicamente, a este comportamiento se le conoce como "mecanismo de defensa de negación" porque lo que pretendemos es defendernos de algo o de alguien, negando la existencia de aquello que consideramos negativo para nosotros o para nuestra vida. En general nos ocultamos tras del "biombo" de nuestra imagen; no queremos que nos compadezcan, que nos vean débiles o que piensen mal de nosotros... sin importar que al comportarnos de esa manera, no cambia nuestra realidad e imposibilitamos que alguien pueda ocuparse positivamente de nosotros, de alguna forma. Preferimos estar solos con nuestro malestar que ser objeto de compasión o de crítica. La VERDAD BRILLA POR SU AUSENCIA.

Sociológicamente, por el contrario, agrandamos la imagen de nuestros males; como productores, comerciantes,  extractores y trabajadores asalariados, nunca es suficientemente bueno o grande lo que hemos conseguido; siempre se está suficientemente mal porque siempre podríamos haber estado mejor o porque a otros les ha ido mejor que a nosotros.  De esta manera nuestra actividad y valoración, desde la interacción social y ante las realidades político-sociales, se incrementan. El problema es que esta inflación que hacemos, de nuestra valoración y actividad social, no puede ser sin límites y alguien tiene que pagar por el desequilibrio entre la realidad objetiva negada y por las diferencias comparativas de unos para con otros; nada es gratis.  En psicología social recibe el nombre de "mecanismo de defensa proyectivo" cuya expresión es la lucha de clases, las reivindicaciones sociales excluyentes  y las personas descartables.  La VERDAD BRILLA POR SU AUSENCIA, nuevamente.

Estética, Ética y Espiritualmente está de moda valorar solamente, o casi solamente, la experiencia del placer en todas las formas posibles y el "ateismo-sagrado" (en expresión de Feliciano Mayorga), lo que da lugar a la anarquía axiológica o, dicho de otro modo, se da lugar a la no valoración ni del "Rey ni de Roque"; ni de Dios ni de Satanás. Sólo se valora, como existente, lo que es disfrutable por el tiempo que dure o que podamos disfrutarlo sin que tengamos que valorar los métodos usados para lograrlo; pero esto sí, se acentúa y reafirma que será válido lo que pensemos, apetezcamos  o hagamos, tanto en cuanto no se haga daño a nadie... como si tal cosa fuera posible... y así,  nuevamente la VERDAD BRILLA POR SU AUSENCIA.

EL MAL,  LO MALO y EL MALO son tres conceptos, referidos a tres realidades, que conviene diferenciar para saber de qué maneras nos afectan, y como afrontar sus consecuencias en nuestra vida psíquica, en nuestra vida social y en nuestra vida espiritual.

(por la extensión del tema, lo dividiré en tres post; uno por cada enunciado)

EL MAL es: toda manifestación de muerte (orgánico-biológica y/o psíquico-anímica y/o espiritual-trascendente) y es parte constitutiva e insoslayable de todo organismo vivo; la vida y la muerte guardan ente sí relación de contingencia necesaria, no se da la una sin la otra. Y ante esta realidad inexorable (término que significa, realidad a la que es inútil suplicar que sea de otra manera) hay muchos que se plantean la pregunta de qué hace Dios, o si existe Dios, o si Dios forma parte del mal, porque no soluciona el mal, el dolor, las desigualdades, las injusticias, las guerras y las catástrofes de la naturaleza. 

Es absurdo torturarnos mental o espiritualmente, ante la impotencia que experimentamos frente al mal, porque forma parte constitutiva del existir.  Como igualmente es absurdo detenernos a experimentar nausea y repugnancia ante la existencia del mal porque el existir, la vida es valor mayor que el no existir y la muerte, en abierta contraposición con las tesis existencialistas y las nihilistas. 

Ante el mal, inherente al existir, sólo hay una respuesta saludable: luchar por superarlo, alcanzar el BIENESTAR (como contrapuesto del mal), pero siempre relativo y efímero; nunca el bienestar como valor o estado absoluto. 

 El bienestar no es tarea individual ni de una generación. A nuestra generación nos corresponde asumir la línea base de bienestar que la generación anterior nos dejó, para superarla, y legar a la próxima generación nuestro logro de superación, como su próxima línea base.

La vida no nos otorga derechos pero sí los medios para tener bienestar relativo, para ser felices superando todas las limitaciones; la felicidad consiste en superar las limitaciones, cualesquiera que éstas sean,  en aceptar que tendremos límites al hacerlo y que a otros les corresponderá superarlos. Cualquier otra actitud sólo nos reportará el sufrimiento de nuestra impotencia. 



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