lunes, 17 de junio de 2024

EL VALOR DEL SILENCIO

SALUDO AFECTUOSAMENTE a todas las personas dialogantes, con y a través de mi blog, luego de 15 meses de ausencia. La razón de tal ausencia fue la dedicación, con casi exclusividad, a la escritura de un libro titulado SYNEIDOTERAPIA. Se encuentra en este momento en fase de crítica y valoración de personas a quienes estimo mucho por su inteligencia y honestidad de vida y de la calidad de su valoración dependerá que se imprima o no. Estoy, en consecuencia, en un tiempo que podría calificar de "vacaciones intelectuales-productivas" y por eso retomaré el viejo hábito de motivar el diálogo cognitivo con Uds. por mientras consideren que tien algún valor lo que pienso y lo que escribo.

El tema que comparto hoy, "el valor del silencio", está motivado por 5 preguntas que un colega  me hiciera al respecto.  Mis respuestas fueron muy escuetas, casi lacónicas, como corresponde hacerse entre colegas pero, pensé que ligeramente extendidas mis respuestas podrán ser de utilidad para todos, incluyéndome, pues el silencio es una dimensión de vida que se nos impone a todos y tener conciencia de ella puede ser muy importante para poderla afrontar favorablemente, es decir, sin exajeraciones y sin evasiones.  Para este fin, formularé las preguntas que se me hicieron, escribiré las respuestas que di y las extenderé ligeramente.

1.- Cómo apagar el ruido mental.  Rta.: con la meditación. La mente no descansa nunca; puede ser más o menos activa o incluso compulsiva pero su actividad sólo termina con la muerte neurológica.  Es la principal causa del ruido y perturbación; más que los ruidos externos a los que podemos acostumbrarnos o bloquearlos. En consecuencia para que su actividad deje de ser dispersa, caótica, desgastante, hiriente, obsesiva, atormentadora, enfermiza y enloquecedora (psicótica), necesitamos marcarle una ruta y un ritmo saludables para que su actividad produzca algo bueno. A este procedimiento los maestros de la vida espiritual le llaman recogimiento.  El método para lograrlo es la meditación. No importa qué tipo de meditación sea (racional, emocional, fisiológica o las tres modalidades juntas). Lo importante es aprender a imponer disciplica a nuestros pensamientos, recuerdos, emociones y apetencias que son los mecanismos por los que se produce el ruido mental. Para ello tenemos que programar para todos los días del año un tiempo para meditar (hay muchos modelos en YouTube que pueden servir) no inferior a 10 minutos; al comienzo se puede empezar con 2 minutos e ir ampliando el tiempo hasta acostumbrar a nuestro cuerpo a disciplinarse.

2.- ¿Lo contrario del ruido, es el silencio? Rta.: No, lo contrario del ruido es la productividad porque así, el ruido no se percibe. Todo modo de productividad (mental, de objetos, de transformación, de extracción, comercial, estética, artística, social, litúrgicas religosas o civicas, etc.) pueden estar envueltos en deciveles acústicos muy altos pero la mente los bloquea por la satisfacción emocional que nos produce el sentirnos útiles, productivos, valorados y especialmente por ser  creativos; la creatividad nos hace sentir libres, incluso, libres de los ruidos con altos decibeles acústicos. Pero no siempre el éxito creativo se consigue, y entonces se reactivarán  los ridos mentales cuyo antídoto terapéurico será la meditación.

3.-  ¿Puede ser el silencio una tortura?  Rta.: Sí, cuando es producido por la ausencia de "alguien o de Alguien". Las ausencia emocional-eróticas y afectivo-eróticas (incluyendo las religiosas y espirituales) nos producen desvalorización y desvalimiento frente a los cuales nuestra mente buscará explicaciones, causas, culpabilidades y mecanismos de restablecimiento de la relación perdida o nunca tenida. La ausencia del "ser amante" que se ha condicionado en nosotros como necesidad para valorarnos desde la lactancia hasta los 5 años, produce en nosotros estadíos de duelo y se nos hace casi insoportable la soledad y desvalorización que sentimos, sin importar que pueda tener justificación o sea producto de nuestra paranoya. Nuevamente el antídoto terapéurico será la meditación.

4.- ¿El silencio es señal de alarma? (sic) Rta.: La amnesia es un silencio pernicioso y la demencia senil y el Alzheimer, ni digamos. Esta respuesta guarda correspondencia con el 1er. interrogante sobre los ruidos mentales. El silencio de ruidos, de imágenes y de apetencias mentales nos indican relentización y/o pérdida del funcionamiento de nuestro cerebro y, como consecuencia este silencio es pernicioso y en breve tiempo mortal. Desgraciadamente frente a este deterioro orgánico-neurológico, las disciplinas terapéuticas de salud no tienen respuestas ni de previsión ni de curación. Ante esta realidad el antídoto terapéutico de la meditación para el manejo de los ruidos y de los silencios, es absdolutamente inoperante.  Quien lo padece dependerá de la CHARITAS de quienes rodeen a estas personas. Pero es importante tener en cuenta que la caridad no es un acto de generosidad solamente; la CARIDAD es igual a (AMOR por JUTICIA), es decir..."amamos a esas personas porque... por justicia tienen derecho de ser amadas". (me permito remitirles a los post sobre "la emocion llamada amor" y "el amor está herido de muerte por las falsas verdades") 

5.- ¿Cuál es el silencio saludable? Rta.: El que te da PAZ PRODUCTIVA. Luego de lo dicho hasta el momento, poco más se puede añadir.

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