jueves, 24 de abril de 2014

LAS HISTERIAS DE LOS ADULTOS

Frecuentemente escucho hablar de los comportamientos histéricos de los niños y de los adolescentes y los suelen llamar rabietas, comportamientos caprichosos o pataletas, pero pocas veces he oído hablar de las histerias refiriéndose al comportamiento de los adultos.

Las histerias, psicológicamente hablando, son todos los comportamientos con doble mensaje: en apariencia pretendemos conseguir un objetivo pero, en realidad, perseguimos otro con mayor interés y al mismo tiempo que el anterior.  
Los comportamientos histéricos de los adultos podemos identificarlos con la expresión de "TENER AGENDAS OCULTAS" a la hora de comunicarnos con los demás; "EL SECRETO MEJOR GUARDADO".  Formas de falsedad de vida.
Son tan frecuentes que llegan a constituirse en comportamientos pre-conscientes, dañan mucho las relaciones interpersonales, son la consecuencia más nefasta de la falta de educación del carácter y, muy a menudo, hacen insufribles las relaciones de pareja porque, de múltiples maneras, dan origen a comportamientos de agresión.

Cuando nuestro estado de humor es rígido, intolerante, hosco, taciturno, prepotente, criticón, irritado,impositivo y varía inmediatamente si nos tratan con mimo, con consideración, con ternura y especialmente con erotismo... es señal inequívoca de que nuestro comportamiento es habitualmente histérico con mayor o menor grado de compulsividad y es la consecuencia de no haber educado el carácter.

Cuando pensamos interiormente; no aguanto más, esto es intolerable, siempre es lo mismo, soy la única persona que hace las cosas como se deben hacer, nadie asume las responsabilidades, todos me odian, nadie me quiere "mejor que me coma un gusanito... estamos alimentando una actitud histérica, algo queremos hacer que de momento ocultamos y para lo que nos estamos dando fuerzas.

Los clásicos comportamientos de infidelidad de pareja o de opción de vida, de infidelidad de amistad o de infidelidad de asociación y las reacciones de drástica e inexorable ruptura de la relación por este motivo, son modos de comportamientos histéricos; en los primeros casos son histerias de regresión adolescente y en los comportamientos  de las reacciones son  histerias de inseguridad y temor a ser descubiertos con la misma fragilidad.

Podemos tener razones para expresar nuestro malestar arguyendo que, quienes nos rodean, no responden a las expectativas que tenemos sobre ellos y que estamos, consiguientemente, decepcionados pero si se dan las condiciones de malestar y bienestar, separadas por la ganancia emocional-erótica, queramos o no queramos reconocerlo, nuestro comportamiento es histérico.    

Los comportamientos histéricos son muy frecuentes y nefastos en los ambientes laborales y en las familias; en ambos espacios las histerias destruyen las fortalezas de las personas, se intentan remediar a través de paliativos erótico-sexuales y terminan con manifestaciones de agresividad devastadora de la valoración personal y no pocas veces de la vida misma.

En los ambientes laborales los abusos históricos tanto de la parte patronal como de la parte sindical han dado origen a sin fin de corruptelas o histerias-laborales y, por lo mismo, es difícil propiciar un clima laboral en el que prime la valoración profesional-productivo-personal por sobre la valoración emocional y, consiguientemente erótica.  La expresión "en esta empresa somos una gran familia" es una excelente expresión histérica. Una empresa puede ser familiar pero nunca una familia.
En los ambientes familiares, los atavismos en relación marcados por los "roles de género"  aún perduran y es frecuente encontrar parejas jóvenes discutiendo histéricamente en la calle sobre lo que se supone son sus derechos no respetados por la otra parte y ¿cómo suelen  buscar solucionar las discrepancias?... por la vía emocional-erótica. El sexo calma la ansiedad pero incrementa los problemas y se convierte, en tales casos, en un comportamiento histérico.
En ambos ambientes se emplea el mismo método para afrontar similares expresiones histéricas y en ambos sitios estamos condicionados a idéntica CORRUPCIÓN.  

Creo que la raíz de estos dos ámbitos de manifestaciones histéricas-caracterológicas tenemos que buscarla en el tiempo de escolaridad formal.  Ni en los colegios ni en las universidades se tiene en cuenta la formación del carácter y, consiguientemente y mucho menos se toma en cuenta la formación del carácter interactivo.   Ni qué decir tiene que las familias no tienen, en la inmensa mayoría de los casos, la más remota idea de en qué consiste el carácter y su educación.

La consecuencia es que las histerias campean a sus anchas en los comportamientos de los adultos y la expresión más emblemática de lo que afirmo es... "a esta edad ya no se puede cambiar". Los adultos nos hemos autoimpuesto la creencia de que nos es más ventajoso vivir espontáneamente que con autodominio. 





4 comentarios:

  1. Julián:
    Un tema realmente interesante, leo y releo este artículo y siento, pienso y comprendo momentos claves de mi propia vida en los diferentes ambientes denotados, es muy cierto que el caracter no se forma sino desde la gran cantidad de estimulos exógenos y endógenos movilizadores producen regresiones absurdas concentrada en el diencéfalo. Muchas veces se falsea justificando "es que es mi caracter, asi soy.." cuando en realidad se toma la fácil decisión de lo inmediato.
    Esto de lo laboral en verdad es primitivezco, dificilmente es una prioridad lo profesional- productivo- personal, me pongo a pensar si nuevamente esto ya tiene un fondo filogenético y ontogenético. Por que cada vez los sujetos van utilizando su conciencia (psicopatías) orientados por su emocionalidad para hacer daño, al otro, a su Institución y a su país, sino solo de ver que en dos semanas se van desmantelando los antros de corrupción en Huaraz, Chimbote, etc y tantas otras regiones del país incluida Lima. y por otro lado la gran imposibilidad de congresistas de no nombrar ya casi por dos años al defensor del pueblo y el del TC que de alguna manera tienen un rol de confrontador de hacer conciencia y sancionador. es acaso que la histeria adulta de momentos se hacen manadas que apetecen el poder sobre la supuesta llamada democracia?.
    Creo que habria que diferenciar entre el criticon y la indignación verdad, hay personas que se sienten en soledad y aislados de momento porque no siguen la corriente del común denominador, aqui también estaremos diciendo de consuctas histéricas?
    En las parejas, estamos hablando que mantienen una relación histérica , entonces; se concentra la conducta genital, se paga lo afectivo y realmente casi nunca exite la sexualidad. Entonces me pregunto habra fases de los comportamientos histéricos que parte de la adolescencia, aunque en la niñez ya se enfatiza el modelo histérico (familiar, social, cultural, politico y económico) . Estaremos hablando entonces que las conductas histéricas se aprenden y se asimilan en momentos en que los sujetos tienen mayor tendencia al erotismo?
    Me hago muchas preguntas y veo respuestas en los propios adolescentes es clarisimo que son los adultos los que tenemos también la responsabilidad de la crianza del caracter.
    Seguimos conversando.. gracias
    atte
    Sonia

    ResponderEliminar
  2. Sonia, me alegra que lo escrito te invite a meditar sobre este tema tomando como punto de partida la observación de la realidad.
    Los comportamientos histéricos, como bien dices y has observado, se inician desde la infancia buscando satisfacer las necesidades básicas (comer, descomer, dormir y moverse) y emocionales pero aprendemos que los adultos usamos éstas últimas como monedas de cambio para tener mayores ganancias de las necesarias y los usamos a ellos para satisfacer nuestras carencias afectivas y eróticas. Aquí arrancan las cadenas de aprendizaje asociativo de los comportamientos histéricos que tienen máxima consolidación en la pubertad y adolescencia cuando, al madurar el juicio intelectual abstracto y crítico, la persona puede hacer opción por la creatividad crítica-ontológica (la que es propia de la persona y no sólo la de ser humano) o por seguir los modelos de chantaje histérico emocional-erótico que recibió durante la infancia, lo que equivale a: guiar la vida por la falsedad, la mentira y el chantaje de todos los colores.
    Ese momento de la pubertad, coincide con la maduración neuroendocrina y base de la manifestación adulta del carácter. Si en ese momento el niño no recibe apoyo para educar su carácter, no hará opción por la creatividad crítica ontológica y, en el mejor de los casos sólo hará opción por la creatividad de supervivencia y, en la mayoría de los casos repetirá los modelos sociales bajo el eslogan de "dónde va Vicente, donde va toda la gente (con perdón de todos los que se llamen Vicente).
    Bien dices; afrontar la constante rectitud en la dirección del carácter tiene como precio -casi inevitable- sentirse diferente, sentirse solo. En realidad no es así porque hay muchos que lo hacen, pero sí aceptar ser minoría: la minoría que marca la diferencia y, desde ella, marcar el cambio de la historia, al ritmo lento y pequeñito -casi imperceptible comparado con el ritmo de la masa- que cada una de nuestras vidas puede alcanzar.
    Tienes dos niños y tu vida en los momentos de la existencia precisos para, desde la observación - meditar y tras de la meditación - dialogar y luego ensayar juntos estrategias de autocontrol caracterológico que tengan por finalidad la creatividad como personas entre personas y para las personas dispuestos a pagar el costo = H-AMAR, esto es, BUEN HUMOR

    ResponderEliminar
  3. Y ante esta realidad innegable, ¿qué alternativa tenemos?, ¿cómo empezar o seguir educando el carácter para poder progresar y desarrollar las diferentes esferas de nuestras vida?.
    Alguna pista? o consejo?.

    Como siempre padre, tus textos son excelentes y sobretodo, motivadores de reflexión y autocrítica.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. Pensándolo bien, creo que la respuesta bien merece el siguiente post. Irá de inmediato

    ResponderEliminar

Translate