viernes, 16 de agosto de 2013

LA MUJER... ¡ QUÉ GRAN REGALO PARA EL TOPUS URANO !



Motiva este post  la festividad litúrgica, en la Iglesia Católica, de la Asunción de María a los cielos, y el comentario que al respecto hizo San Bernardo muchos años antes de la proclamación dogmática que contiene esta expresión: "La asunción de María, ¡ qué gran regalo de la tierra al cielo !" 

Pero quiero proponerles a todos un pequeño esfuerzo de fantasía para reflexionar sin las limitaciones que para algunos pueden suponer las conceptualizaciones teológicas y confesionales. 

Pensemos por un momento que la asunción de María a los cielos es expresión de mitología religiosa cristiano-católica.
 
¿Qué tendríamos, entonces?...

¡ 1º La exaltación suprema de una mujer; 2º el reconocimiento de la plenitud del ser humano en una mujer; 3º la valoración, quasi-absoluta, de la mujer como el ser con autonomía biológica para el mundo y, por ende, para el cosmos !
 
¡ La Mujer Asunta nos hace ver qué maravilloso regalo de la evolución es para la tierra la mujer que, por la perfección alcanzada de su ser biológico, es potencialmente autosuficiente para hacer presente en el cosmos a la raza humana !
Lo que digo lo saben bien los biólogos, por lo que me eximo de explicarlo. 

Congéneres, varones, sin excepción religiosa... hagamos ostentación de honor, reconociendo la superioridad de la mujer sobre la nuestra; por nosotros mismos carecemos, biológicamente, de la potencialidad de hacer presente y de perpetuar a la raza humana en el cosmos; necesitamos de la mujer; ella no necesita de nosotros.
 
La asunción de una mujer "al Olimpo" es la aceptación y acogida por el "Topus Urano" de Platón, en plenitud, de la deitática perfección alcanzada por la humanidad, especialmente, a través de la mujer. Qué gran regalo, ahora sí, el que la tierra hace a la divinidad en reciprocidad al que la tierra recibiera del cosmos en expansión evolutiva.
 


La exaltación de la Mujer Asunta, bien merecería plantearnos establecer, a nivel de consenso colectivo, para el mundo y el universo, el día 15 de agosto como el " DÍA CÓSMICO DE LA MUJER ", respetando el 8 de marzo como día internacional, de la mujer, para nuestro mundo occidental.

Creo que podría ser una forma de aporte contra las diversas maneras de violencia de género: familiares, educativas, sociales, religiosas, confesionales, seudo-culturales, políticas, laborales, publicitarias, económicas, etc.

¿ Alguien se atreve a tomar la posta ?
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. Estimado Dr. Aparicio, más que un comentario quiero darle las gracias por publicar este hermoso post, porque es un reconocimiento a todas las mujeres, y por ende estoy incluida.

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    1. Querida y recordada Debora: lo que afirmas, ha sido mi intención primera aunque no la única y, por consiguiente es correcto que te sientas representada en lo que considero ha de ser un reconocimiento cósmico-universal, en el entendido de que pueda haber otros seres personales-interplanetarios, hacia la mujer como expresión de plenitud personal alcanzada en nuestro planeta.

      Esta es para mi la lectura teológica o mítica (según la pro- fe -sión que vivamos). Pero, en tu caso, el reconocimiento y la representación que sientes tiene valoración doble: por ser mujer en primer lugar y por ser judía en segundo término. Bien es cierto que este segundo aspecto es de menor alcance y peso pero comparable a lo que añade cualquier adjetivo al sustantivo que en este caso lo embellece: María Asunta, como tu, es judía.

      Gracias Debora por permitirme reconocer en María Asunta y en ti, la grandeza de la mujer.

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  2. Profesor, algunos aportes: primeramente el texto publicado es muy generoso y me invita a una profunda reflexión.Veo su clara inclinación por respetar y valorar a la mujer, cosa estupenda que comparto absolutamente.
    Como psicólogo y teólogo creo que hay que asumir lo siguiente: este tema obedece a dos puntos claves de la historia de la salvación o de la pedagogía divina, Eva-María; en la primera esta la situación que da paso a la muerte, en la segunda un paso a la Vida; por otro lado, María asunta es la clave de la incorruptibilidad salvaguardada para la inmaculada concepción,es decir, María ha sido pre servada de pecado consecuentemente de la muerte,(por eso se conoce esta fiesta como la dormisión de María)y seguidamente de la corrupción de la carne; purísima aquella que ha llevado en sus entrañas al Salvador.
    Por otro lado, en ella no solamente la muejer es resacatada, el fiat o el si de María, da paso a Cristo el hombre nuevo, por lo tanto, en El somos tanto hombres como mujeres salvos; me parece estupendo decir reconciliados en El por su amor, es decir, con la historia, con nuestra propia historia.
    En este contexto veo el proceso evolutivo como complementario, no me arriesgo a determinarlo como superior en uno u otro(mujer-hombre).
    En el marco de la sustentación espiritual, creo que necesitamos unos de otros y aunque es posible, la superioridad de uno sobre el otro, desde la perspectiva científica de las ciencias naturales, estas estan en relación al fin último que es la creación y la consecuente visión beatífica del ser humano imagen y semajanza del creador.
    En general muy interesante e ilustrativo, siga Ud escribiendo que viene bien leer, en medio de la aridez sistemática a la que nos expone el siglo.
    Permitame resaltar a la Virgen desde el espíritu marista que nos vio crecer.

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  3. Maravilloso lance teológico, que acojo con beneplácito y gozo.

    Fue mi intención segunda dar pie a exposiciones tan profundas filosófico-teológicas, como la tuya y como la que antecede a este comentario nuestro que en apariencia no tiene tanta profundidad, porque eso es abrir diálogo o, dicho de otro modo, ser muchos abiertos a la verdad que sólo puede tener un mismo origen: el Espíritu.

    Creo que la propuesta teológico-católica que haces de María en la historia de la humanidad, es un aporte formidable que enriquece a todos los que tienen su mente abierta al orden intelectual y puede enriquecer místico-espiritualmente a los que, como yo y como tu, nos esforzamos por cultivar los valores intelectuales juntamente con los espirituales en simbiosis mutua.

    Desde esta perspectiva, asumir la luz de las ciencias experimentales como una de las manifestaciones del Espíritu Santo, al ritmo que la historia va permitiendo hacerlo, es un excelente ejercicio de humildad que nos vendrá muy bien a todos pero, especialmente, a los que creemos estar obedeciendo al Espíritu y no a "nuestro espíritu".

    Quede aquí, de momento, este diálogo incipiente ante tema tan complejo científico-biológico, antropológico-social y teológico-místico... junto con mi más sincero agradecimiento por tu participación.

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